¡Bendita sea tu pureza...! El 8 de septiembre la Iglesia católica conmemora la Natividad de la Virgen María. ¿Quién es la Virgen María? Es la mujer que escogió Dios para ser la Madre de nuestro salvador Jesucristo. Para ser la madre de su Hijo, Dios pensó en la mujer más buena y hermosa que jamás haya existido, y se fijó en una virgen llamada María. ¡Dios te salve, María, llena eres de gracia...!
La Virgen María nació en Nazaret. Los padres de María se llamaban Joaquín y Ana. Eran de la Tribu de Judá y descendientes del Rey David.
La Virgen era una joven humilde, bondadosa y sobre todo
vivía muy cerca de Dios. Dedicaba mucho tiempo a orar, y había prometido a Dios
servirlo y amarlo durante toda su vida. ¡Bendita Tú eres entre todas las mujeres...!
De la vida de la Virgen María, los evangelios solo aportan, los datos
fundamentales y algunas anécdotas. Consta que antes y después del nacimiento de
Jesús vivió en Nazaret, pequeña ciudad de Galilea, y que, según la ley, estuvo
casada con el artesano San José, descendiente de la casa del rey David. María
acompañó a Jesús de Nazaret durante su ministerio de un lugar a otro, junto con
las mujeres que le acompañaron desde Galilea y los "cuatro llamados hermanos
de Jesús": Santiago, José, Simón y Judas, hijos de María y Cleofás.
Tanto María como los que les acompañaban fueron rodeados de
una atmósfera de veneración que siguió en aumento, puesto que María cumplía de
modo convincente las condiciones propias de los ciudadanos del reino. Como
ejemplo del recuerdo que los primeros discípulos conservaban de María se
encuentran las palabras que se colocan en boca de Isabel: "Bienaventurada
tú que has creído". (Lc. 1,45). Tiene también un recuerdo vivo la frase
de San Lucas: "María conservaba todos esos recuerdos, meditándolos en
su corazón". (Lc. 2, 19).
María estuvo al pie de la cruz y fue testigo de la
resurrección. Su mención en el cenáculo (Act. 1,14) junto con los doce
apóstoles, las demás mujeres y los "hermanos de Jesús", es el inicio
de una presencia viva y constante en el seno del cristianismo primitivo. La comunidad
de Jerusalén honró también a María como "Madre del Señor", título con
el que hacían participar a María de la gloria de Jesús e iniciaban con ello el
proceso de reflexión teológica en torno a lo que ha venido a llamarse "las
glorias de María".
Desde el punto de vista de la fe cristiana, la figura de la
Virgen María tiene una relevancia singular y creciente a lo largo de los
siglos. Por lo que se refiere al Antiguo Testamento, la tradición ha señalado
numerosos textos en los que se encuentran anuncios proféticos sobre María. Un
pasaje que ha tenido suma trascendencia es la profecía del Emmanuel (Is. 7,14).
En ella el profeta Isaías anuncia como signo divino el alumbramiento por parte
de una doncella (hebrero almah y griego parthénos), en el que la iglesia ve el
anuncio de la Madre del Mesías y de su virginidad.
En el Nuevo Testamento, las narraciones de la infancia de los
evangelios de San Mateo y San Lucas recogen las enseñanzas acerca de la
concepción virginal y el nacimiento de Jesús, transmitidas en la primitiva
comunidad cristiana. Narra San Mateo que María concibió virginalmente al
Mesías, cumpliéndose así la profecía del Emmanuel. "Habiendo concebido por
obra del Espíritu Santo, da a luz (continúa diciendo el envangelista) a un hijo
a quien se pone por nombre Jesús, Salvador" (Mt. 1, 20-25).
En San Lucas la concepción virginal y la maternidad mesiánica
y divina de María se describen en el marco narrativo de la Anunciación como
obra del Espíritu Santo (Lc, 1, 26-35). San Lucas presenta a la Virgen como
figura central del evangelio de la infancia, unida, por tanto, al nacimiento de
Cristo; y vuelve a subrayar su presencia en los hechos de los apóstoles al
narrar la vida naciente de la iglesia. San Juan Evangelista describe su
presencia en Caná, interviniendo activamente en el primero de los milagros
realizados por Jesucristo, y al pie de la cruz.
Algunos autores cristianos reflexionaron sobre la
significación de María en el conjunto del misterio de la salvación y en su
relación con Cristo, su hijo. Así, San Ignacio de Antioquía (siglo II) indagó
en el misterio de Jesús nacido de María, mientras que San Justino defendió la
concepción virginal de María y San Ireneo propuso un paralelismo entre las
figuras de Eva-María y Adán-Cristo.
También a mediados del siglo II aparecieron unos textos
apócrifos (como el Protoevangelio de Santiago) donde se contaba la vida de
María, desde la de sus padres Joaquín y Ana hasta después del nacimiento de
Jesús. En otros textos (Transitus) se explicaba la muerte de María y su asunción
en cuerpo y alma a los cielos.
Desde los siglos IV-V se consideró a María como el modelo
perfecto de fe y santidad a imitar por las vírgenes cristianas, según la
doctrina previamente elaborada por los grandes doctores de la Iglesia (San
Atanasio, San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín de Hipona). En el año 431, el
Concilio de Éfeso reconoció a María como Madre de Dios, confirmando así la
creencia de muchos fieles que ya desde mucho antes intercedían ante ella.
Para los Padres de la Iglesia era un tema de discusión la
perpetua virginidad de María y su santidad personal. Progresivamente llegó a
imponerse la idea de una virginidad "antes del parto, en el parto y
después del parto" y de una total exención de pecado. La perpetua
virginidad quedó definida en el concilio de Letrán (649 a.C.) y en la epístola
dogmática del papa Agatón (680 a.C.). El concilio de Trento, por su parte,
sancionó en 1547 su total exención del pecado.
Después de siglos de discusión entre las escuelas, la Iglesia
fue llegando a la conclusión de que María había sido redimida en atención a los
méritos de Cristo, pero que, desde el primer instante de su ser, se había visto
libre de la mancha original. Éste es el dogma de la Inmaculada Concepción
definido por Pío IX en 1845. En la bula Munificentissimus Deus, Pío XII definió
en 1950 el dogma de la glorificación o Asunción, según el cual María fue
asumida en cuerpo y alma al cielo después de su muerte sin conocer la
corrupción del sepulcro.
Esta biografía de la Virgen María fue publicada por: Fernández, Tomás y Tamaro, Elena, en la web.biografiasyvidas.
La Virgen María es venerada en infinidad de advocaciones, todas ellas nos llevan al Corazón de la Santísima Virgen María, Madre de Dios.
Hoy estamos de fiesta en Gran Canaria y la provincia de Las Palmas, Veneramos a nuestra Patrona "Nuestra Señora la Virgen del Pino". ¡Bendita Virgen del Pino guíanos por buen camino! ¡Felicidades a las que lleven por nombre, Pino. ¡Feliz día a todos los canarios de bien!
Fotografía: Internet
No hay comentarios :
Publicar un comentario