Dios con nosotros...
Cuando Dios quiso crear peces, le habló al mar.
Cuando Dios quiso crear árboles, le habló a la tierra.
Cuando Dios quiso crear al hombre, se volvió a Sí mismo y dijo:
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.
Sabemos que, si sacamos un pez del agua, morirá.
Si removemos las raíces de un árbol, también morirá.
Igualmente, cuando el hombre se
desconecta de Dios, muere.
Dios es nuestro entorno natural.
Fuimos creados para vivir en Su presencia.
Tenemos que estar conectados con Él,
porque solo con Él existe la
vida.
Permanezcamos conectados con Dios.
Recordemos que el agua sin peces sigue siendo agua,
pero los
peces sin agua no es nada.
La tierra sin árboles sigue siendo tierra,
pero el árbol sin tierra no es nada.
Dios sin el hombre sigue siendo Dios,
pero el hombre sin Dios
no es nada.
Cuando una persona actúa emocionalmente aislado de la
presencia de Dios, puede dar rienda suelta a manifestaciones dolosas, que en
muchas ocasiones son el producto de heridas, rechazos, falta de perdón, rabia,
rencor, lo cual le hace formar una barrera espiritual que le impide conectar
con Dios. Dichas actuaciones llevan a la persona a hacer y decir cosas que no
vienen de su espíritu, porque se siente vacía por dentro.
Haz que tu relación con Dios sea tu primera prioridad en tu
vida. Los afanes de la vida nos desgatan y consumen. No permitas que todas las
cosas de este mundo roben el tiempo que le pertenece a Dios.
Ora. Dile lo que está en tu mente. Háblale acerca de tus preocupaciones. Pídele lo que necesitas y lo que quieres. Reza por las necesidades de otras personas, por los que te critican y humillan para que se den cuenta de su error y se arrepientan.
Dios contigo: Tú con Dios. Ya lo decía Santa Teresa: ...Quien a
Dios tiene nada le falta, solo Dios basta...
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