domingo, 29 de noviembre de 2020

Gaslighting


 

Buscando conocer más sobre el comportamiento de aquellas personas que parece que han nacido para hacer daño y sembrar el sufrimiento, me he topado con un nuevo término para identificarlas: «Gaslighting».

Gaslighting es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva. Este término, que realmente no tiene traducción al español, viene de la película clásica de Hollywood llamada «Gaslight», en la que un hombre manipula a su mujer para que crea que está loca y así robar su fortuna…

El gaslighting o hacer «luz de gas» a una persona es una forma de abuso psicológico que consiste en manipular la percepción de la realidad del otro. Si nos dicen «¿de qué estás hablando?», «¡estás loca!» o «no hagas drama» de manera esporádica, no es necesario prestarle demasiada atención, pero cuando estas y otras frases se repiten en nuestro diálogo con personas que nos rodean, deberíamos comenzar a activar todas las alarmas porque muy probablemente estamos siendo víctimas de ese efecto.

Este término tiene su origen en una obra de teatro del mismo nombre en el año 1938 y la posterior película estadounidense en 1944. En ellas, un hombre manipula objetos de su casa y recuerdos para hacer creer a su mujer que está loca y quedarse con su fortuna. Ahora, este vocablo ha llegado a nuestro día a día para identificar a personas empujadas por el mal.

Sobre el gaslighting, también llamado «luz de gas», Laura Fuster Sebastián, psicóloga clínica en Valencia, explica que el abusador manipula consciente a su víctima para que dude de su propio criterio: «Esta persona, a través de estrategias como negar algo que ocurrió, siembra la duda en la víctima, que ya no sabe qué creer y esto le aporta ansiedad, angustia, confusión, etc.».

Señales que demuestran que sufro gaslighting. Para detectar si estas sufriendo «luz de gas» debes conocer el proceso y evolución de este fenómeno, fijarse en cada una de las conversaciones que se tienen para luego poder diferenciar las tres etapas que podrían darse: idealización, devaluación y descarte.

Explica la psicóloga Laura Fuster, que en la etapa de idealización, a la víctima le encanta la persona que hace «luz de gas», pues proyecta una imagen de sí misma como el compañero perfecto: «Generalmente se da en parejas, por lo que la víctima puede enamorarse del abusador, aunque también puede pasar en relaciones de hermanos y de amistad, etc., con los que conectamos mucho desde el inicio y no les vemos ningún defecto».

La etapa de la devaluación es, cuando la víctima pasa de ser «adorada» a ser incapaz de hacer algo bien, pero la víctima aún sabiendo que no ha hecho nada para que la persona se muestra en actitud de enfado o de ofensa, puede desesperarse por arreglar las cosas para que no vayan a más, pero fracasará.

Etapa de descarte: aquí empiezan los problemas y el abusador ya no se preocupa de arreglar la situación, como mucho intenta compensar con algún momento distendido. Pero no te fíes, porque el abusador para despistarte se hará la víctima y va encadenando situaciones mientras va forjando una estrategia en tu contra.

El manipulador, a través de estrategias como negar algo que ocurrió, siembra la duda en la víctima, dice Laura Fuster Sebastián. Y, mientras se viven estas situaciones, ¿cómo reacciona el abusado ante estas situaciones? 

Bajo estado de ánimo: «Toda esta situación te hará sentir triste, inferior e inseguro. Te preguntarás si eres demasiado sensible y te culparás por no saber disfrutar de la vida, recordando tiempos mejores», comenta la psicóloga.

No conseguirás nada, aunque pases el tiempo justificándote, ni reuniendo el valor para hablar del conflicto, todo terminará en discusión, porque esos personajes no tienen empatía y tratan de escurrir el bulto cargándote a ti su carga: «Se dará la vuelta a esta situación y terminarás pensando que son imaginaciones tuyas, que no era para tanto, o que debes incluso disculparte».

También puede suceder que tú te des cuenta de las artimañas y por prudencia dejas que pase a ver si pasa, pero no, porque mientras esperas se va consolidando una estrategia para anularte, entonces todo resulta ficticio y frío, y percibirás una visión negativa en tu círculo o incluso puede que se vuelvan en tu contra, y todo se enredará por no haberte alejado desde que notaste cambio en la relación, así que muy probablemente para alejarte de una gran mentira cada vez te relaciones con menos gente...

Cómo salir de aquí. En ocasiones pensamos que romper con una persona que nos trata mal es fácil, pero en la mayoría de casos ocurre todo lo contrario. Según la experta en psicología, las víctimas a las que se le ha hecho «luz de gas» unas ya no saben cuál es el criterio o la realidad, otras aunque se dan cuenta del complot y viendo que son de su sangre espera la oportunidad favorable que rompa el mal... Por lo tanto, es posible que este tipo de abuso emocional pueda ser más difícil de detectar para la persona que lo sufre y para su entorno, que si fueran abusos físicos.

«Lo primero que debemos hacer es detectar las señales anteriormente citadas y reconocer que tenemos un problema. En estos casos la comunicación entre las partes se verá muy mermada, pero hablar es una de las claves para solucionar el problema», dice Laura Fuster, y anima a que se empiece a comunicar con libertad, decir lo que se piensa y no sentirse culpable por ello: «Es responsabilidad de los afectados arreglar la situación, por lo tanto, no te justifiques en exceso y no pidas disculpas».

Otro punto a tener en cuenta es el de reforzar los sentimientos. «Nadie puede decirte qué emociones debes tener ante ciertas situaciones, y no debes disculparte por estas triste o ser sensible».

Si te sientes atrapada debes recuperar las relaciones sociales y puede que se haga necesario pedir consejo a alguien de tu confianza, eso te ayudará a sentirte mejor y a ver las cosas desde otro punto de vista y a la vez fortalecerás tu autoestima. «No dudes en pedir ayuda y expresar lo que sientes a tu entorno. Si es necesario, un psicólogo puede ayudarte a saber si lo que te pasa es gaslighting y a ponerle solución», concluye la experta.

También el lenguaje que utiliza el abusador puede darte pistas de que te está haciendo «luz de gas». Laura Fuster manifiesta las que pueden ser algunas de las frases más frecuentes, por ejemplo:

«Estás loca... Necesitas ayuda... Yo no hice eso... Siempre buscas conflictos... Te enfadas por nada... No hagas dramas... Yo nunca he dicho eso... Siempre estás a la defensiva… De qué estás hablando... Es por tu culpa... Eres muy sensible... Le das la vuelta a las cosas... Deja de imaginarte cosas... Tus recuerdos están equivocado... Contigo siempre pasa lo mismo...».

Estas tácticas están en el extremo más dramático de la escala y en las relaciones los signos pueden ser mucho más sutiles. Y, tal como cuenta Laura Fuster, la personalidad de los que abusan emocionalmente de alguien, tendrá más o menos, las siguientes características:

Son expertos en mentir, y no solo eso, si se sienten descubiertos sutilmente se agarra al arte interpretativo del chantaje emocional y fingiendo llanto lo negará todo. Da igual que le repitas por activa y por pasiva de la certeza que haya dicho o hecho algo, porque según la psicóloga, «estas personas niegan la realidad a pesar de que tengas pruebas».

Te dará «una de cal y otra de arena». Durante todo el día te machacará diciéndote que exageras o que estás loco, pero después, utilizará el refuerzo positivo para compensar e ir ganándote. Hará que compartas sus inseguridades, ya qué, si él o ella se siente inferior, te hará sentir a ti de igual forma para sentirse ellos mejor, pero si consiguen hacerte sentir pequeño, tendrás mayores problemas para salir del bucle tóxico.

No te fíes, saben cómo manipular, y no sólo a ti, pueden mentir a tu entorno para ponerlos en tu contra... «También pueden hacer que tengas una visión negativa de tus seres queridos para que no confíes en ellos y no les cuentes cuál es el problema, y te aísles completamente», comenta la experta.

Cuanto más consciente seas de este tipo de rasgos y señales, mejor equipado estarás para evitar caer en la trampa del gaslighting. No es una ciencia exacta y las relaciones son complicadas, pero si sientes que constantemente están comprometiendo tu propia cordura y tienes que estar defendiéndote más de lo que parece normal, estás frente a un sutil y descarado manipulador que te pone como culpable para recibir aprobaciones por parte de los demás y conseguir que se aparten de ti.

Ellos se sienten ganadores porque confían en el poder de la mentira, pero no, la verdad es la verdad y esa la sabe Dios... Frente a este tipo de gente viene bien tener en cuenta esta frase de Leo Pavoni: 

Nunca debes perder: tu forma de ser, tu esencia, la humildad de tu alma, la voz de tu corazón, el respeto a ti mismo y el valor por la vida.

Déjate llevar de la bondad de tu alma, porque todo es temporal: emociones pensamientos, personas, paisajes. No te apagues, solo disfruta el momento presente y agradece. Recuerda, Dios está contigo porque a visto tu limpio corazón. Y, cuando Dios es todo lo que tienes, tienes todo lo que necesitas...


Fotografía: Internet

 

No hay comentarios :

Publicar un comentario