“Mira ese
punto. Eso es aquí. Eso es casa”.
El astrofísico y divulgador Carl Sagan (1934-1996) escribió estas
palabras inspirado por una fotografía de la Tierra tomada el 14 de febrero de
1990... Convirtió una fotografía tomada a más de 6.000 kilómetros de la
NASA, en una llamada urgente de concienciación y protección. La tierra vista en la distancia...
“Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es
casa. Eso es
nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo
aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas.
La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas
religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada
héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada
campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado
niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto,
cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia
de nuestra especie vivió ahí, en una mota de polvo suspendida en un rayo de
luz del sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena
cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y
emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos
momentáneos de una fracción de un punto.
Piensa en las interminables crueldades visitadas por los
habitantes de una esquina de ese pixel para los apenas distinguibles habitantes
de alguna otra esquina; lo frecuente de sus incomprensiones, lo ávidos de
matarse unos a otros, lo ferviente de su odio. Nuestras posturas, nuestra
imaginada auto-importancia, la ilusión de que tenemos una posición privilegiada
en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una mota solitaria de luz en la gran
envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no
hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos
de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga
vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra
especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este
momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.
Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad
y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de
los prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo.
Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más
amablemente, y de preservar el pálido punto azul, el único hogar que jamás
hemos conocido”.
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