Señor, quédate conmigo durante este día...
Guía mis pensamientos y deseos, mis acciones y mis proyectos.
Guía mis pasos para que caminen ligeros al encuentro de los cansados y
desanimados.
Guía mis manos, para que acompañen a aquellos que se
perdieron en el camino.
Abre mis brazos, para que pueda abrazar a los que se sienten
solos y sin esperanza.
Ilumina mis ojos, para que puedan ver claramente todo lo que
tu deseas que vean, y así hacer tu voluntad y no la mía.
Vuelve atentos mis oídos al clamor de mis hermanos, y que mis hermanos estén atentos a mi clamor.
Dame un corazón que sienta y ame como el tuyo y tierno como
el de la Santísima Virgen María, capaz de amar sin distinción, y de interceder
en todo momento por sus hijos.
Padre Nuestro, deposito en tu protección mi jornada de
trabajo y mi descanso y el de todos mis amigos y seres queridos.
Coloco en tus Manos, nuestra tierra, nuestras ciudades,
nuestro mundo tan azotado por la violencia, por las catástrofes, por las
guerras, por las injusticias y por las maldades.
Ilumina Señor, la mente y el corazón de los poderosos de la
tierra. Que siempre pueda por tu gracia, abrir las manos para compartir lo que
soy y lo que tengo, y con tu ayuda pueda ver aparecer a la aurora de un mundo
nuevo, donde reine el Amor y la Paz. Gracias Señor. Amén.
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