Cuando sufrimos una tragedia podemos seguir dos caminos:
perder la esperanza y llevar a cabo hábitos autodestructivos,
o usar el desafío para encontrar nuestra fuerza interior.
Solemos encontrarnos con personas que tienen tendencia a lamentarse
porque están llevando una vida llena de fracasos,
continuos pesares o escasas oportunidades.
De esta forma no perciben
que están continuamente atándose con miedo a su pasado,
empleándolo como excusa para detener y no avanzar en su "ahora".
Evidentemente, cada persona tiene una experiencia vital distinta al resto,
pero no podremos ser conscientes del aquí y ahora
si nos atamos al pasado y pasamos nuestros días
pensando en lo que hicimos o podríamos haber realizado.
Tu pasado no lo puedes cambiar,
vive el presente para seguir mejorando en todos los aspectos,
creciendo interiormente consigues la paz para alcanzar la felicidad.
Dalai Lama
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