jueves, 26 de marzo de 2020

Virus mortales


¿Qué es un virus? En biología, un virus (del latín virus, en griego ἰός «toxina» o «veneno») es un agente infeccioso microscópico acelular que solo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos. 

Los virus infectan a todo tipo de organismos, desde animales, hongos, plantas, hasta bacterias y arqueas. También infectan a otros virus; en ese caso reciben el nombre de virófagos. Los virus son demasiado pequeños para poder ser observados con la ayuda de un microscopio óptico, por lo que se dice que son submicroscópicos; aunque existen excepciones entre los Virus nucleocitoplasmáticos de ADN de gran tamaño o girus, tales como el Megavirus chilensis que se logra ver a través de microscopía óptica.

Los virus, según Wikipedia, son partículas formadas por ácidos nucleicos rodeados de proteínas, con capacidad para reproducirse a expensas de las células que invaden. El primer virus conocido, el virus del mosaico del tabaco, fue descubierto por Martinus Beijerinck en 1899, y actualmente se han descrito más de 5000, si bien algunos autores opinan que podrían existir millones de tipos diferentes. Los virus se hallan en casi todos los ecosistemas de la Tierra y son el tipo de entidad biológica más abundante. El estudio de los virus recibe el nombre de virología, una rama de la microbiología. 

A diferencia de los priones y viroides, los virus se componen de dos o tres partes: su material genético, que porta la información hereditaria, que puede ser ADN o de ARN; una cubierta proteica que protege a estos genes —llamada cápside— y en algunos también se puede encontrar una bicapa lipídica que los rodea cuando se encuentran fuera de la célula —denominada envoltura vírica—. Los virus varían en su forma, desde simples helicoides o icosaedros hasta estructuras más complejas. El origen evolutivo de los virus aún es incierto, pudieron haberse originado de las primeras biomoléculas autorreplicantes en el momento que se estaban formando las primeras células, lo que implica que evolucionaron independientemente de los organismos celulares, aunque también se ha propuesto que algunos podrían haber evolucionado a partir de plásmidos (fragmentos de ADN que se mueven entre las células), mientras que otros podrían haberse originado desde bacterias. Además, desde el punto de vista de la evolución de otras especies, los virus son un medio importante de transferencia horizontal de genes, la cual incrementa la diversidad genética. 

Los virus se diseminan de muchas maneras diferentes y cada tipo de virus tiene un método distinto de transmisión. Entre estos métodos se encuentran los vectores de transmisión, que son otros organismos que los transmiten entre portadores. Los virus vegetales se propagan frecuentemente por insectos que se alimentan de su savia, como los áfidos, mientras que los virus animales se suelen propagar por medio de insectos hematófagos. Por otro lado, otros virus no precisan de vectores: el virus de la gripe (ortomixovirus) o el resfriado común (rinovirus y coronavirus) se propagan por el aire a través de los estornudos y la tos y los norovirus son transmitidos por vía fecal-oral, o a través de las manos, alimentos y agua contaminados. Los rotavirus se extienden a menudo por contacto directo con niños infectados. El VIH es uno de los muchos virus que se transmiten por contacto sexual o por exposición con sangre infectada. 

Los Coronavirus son un género de virus ARN de vertebrados de Coronaviridae. Son virus envueltos con un genoma de ARN de cadena sencilla con polaridad positiva y simetría helicoidal. El nombre coronavirus deriva de la apariencia de la envoltura bajo el microscopio electrónico de estar coronado con un anillo de estructuras redondeadas. Esta morfología está formada por proyecciones (peplómeros) de la envoltura, que son proteínas que salen de la superficie del virus y le determina el tropismo por su hospedador. Los síntomas descritos para la neumonía de Wuhan provocada por el nuevo coronavirus son fiebre y fatiga, acompañados de tos seca y, en muchos casos, de disnea (dificultad para respirar). Puede transmitirse de persona a persona. 

Pues, este desconocido virus se está extendiendo imparable por el mundo y está dejando desolación y muerte por donde pasa. El Coronavirus o Covid-19 es un virus nuevo venido de China, desconocido para la Ciencia y a medida que pasan los días las cifras de contagiados y muertes son demoledoras y aunque se está haciendo todo lo que se puede, como no se conoce el virus, sobre la marcha se está estudiando su comportamiento para crear el medicamento y la vacuna que lo pueda vencer. 

Ahora mismo, día 26 de marzo, España tiene unos 56.188 contagiados y la escalofriante cifra de 4.089 muertes; esto es aterrador. Para parar los contagios, España ha decretado “El Estado de Alarma” y ha confinado a toda la población en sus casas. “Quédate en casa” es el lema del encierro obligatorio que es la mejor solución para parar la propagación de ese bicho pegajoso y mortífero que va metido en las gotitas de saliva. Una persona infectada del Coronavirus puede estar hasta 15 días sin manifestar síntomas (fiebre, tos seca y ahogamiento), y sin saber que está contagiado tiene la capacidad de contagiar por dónde quiera que pasa, por eso las medidas a tener en cuenta son: mantener la distancia de 2 metros entre personas y lavarse bien las manos con jabón cada vez que llegamos de la calle y mantener en casa la higiene adecuada a cada quehacer, otra cosa es que haya alguien contagiado em la casa, entonces hay que extremar las medidas de higiene que marque los sanitarios. Las invisibles gotitas de saliva que salen de la boca al hablar, toser o estornudar llevan dentro el virus mortal. No saliendo a la calle, todos podemos contribuir a parar la pandemia, porque no podemos ser contagiados y si ya estamos contagiados, no contagiaremos a los demás. 

Los virus han afectado a España en diferentes épocas y ha tenido que hacer frente a epidemias que dejaron una estela de miseria, muerte y dolor: peste negra, tifus, viruela, paludismo, fiebre amarilla, difteria, cólera, tuberculosis, gripes…). Cuando un virus desconocido se presenta, la medicina no tiene el medicamento para vencerlo, por eso, hay que dar tiempo para estudiarlo, mientras tanto, el virus se va extendiendo y diezmando a la población. La desesperación y la impotencia se adueña del todos los afectados y su mente se bloquea sintiéndose víctima indefensa. 

De pequeña yo no conocía ni sabía de virus, pero desde niña comprendí que había enfermedades que se contagiaban, porque cuando uno de mis hermanos cogía un catarro, todos terminábamos con catarro, y también cuando el sarampión, la rubeola, las paperas, la varicela… Aunque en aquel momento el contagio no nos suponía ningún problema, más bien era divertido; la locura fue para mi madre que durante días tenía que aguantar a tantos niños incansables jugando y saltando en su cama. 

Ahora que, siempre que alertan de enfermedades contagiosas nos entra el temor de ser posibles víctimas. La alerta más reciente fue sobre el Ébola, también recuerdo, las Vacas locas, la Gripe aviar, el Sida, etc… 

Virus peligrosos, mortales, contagiosos nos acechan, por tanto, los Países deben de dotar a los investigadores con los medios necesarios para que la Ciencia lleve a cabo las investigaciones que den luz a los nuevos retos que se van presentando. La Ciencia y la tecnología tienen que estar por delante de los acontecimientos, y deben estar al servicio de la medicina y esta al servicio de la humanidad. 

A estas alturas de los siglos pensábamos que las epidemias o pandemias era cosa de tiempos pasados de hambruna y miseria, cuando ni la Ciencia ni la Medicina estaban tan avanzadas como ahora, y menos que golpeara a la rica Europa, donde la opulencia destaca ocultando la pobreza existente. De pronto, aparece un virus y hace tambalear al mundo, sin distinción entre ricos y pobres. Los poderosos amos de la guerra que se creen invencibles con sus arsenales llenos de tanques, misiles y bombas para aniquilar a la gente, quedan en evidencia frente a un invisible virus que se los puede llevar a todos ellos por delante… 

Es hora de que los que gobiernan las naciones se dediquen a facilitar la vida de sus conciudadanos: invirtiendo en educación, sanidad, formación profesional, y apoyando para que la agricultura y ganadería sea eficiente, que abastezca las necesidades de la población. No menosprecien la tierra. La tierra está para cultivarse; la tierra es la despensa de la humanidad. 

Los políticos de países democráticos malgastan mucho dinero sin justificar. Y, no llamen ‘grandes potencia’ a los países que fabrican armamento para vendérselo a los países pobres regidos por sátrapas que, llevados por las ansias de poder mal entendido, pone las armas en manos de gente que no valora la vida del otro, para que siembren cadáveres y destrucción y reaviven odios y sed de venganza. 

Hoy, España esta sumida en una crisis sanitaria sin precedentes. Se ha actuado mal y tarde. Los hospitales saturados de infectados por el coronavirus. Los sanitarios sin equipo de protección se están contagiando por miles, los españoles confinados en sus casas desde el día 14 de marzo y se prolongará hasta el día 11 de abril. En cada casa se vive una tragedia diferente de la que les obliga a permanecer sin salir: familias mal avenidas, parejas maltratadoras, niños imparables que necesitan corren y jugar, gente que no puede salir a pasear ni hacer deporte, empresas que cierran y deja en el paro a un millar de personas, etc… Cuando pase todo, los testimonios de situaciones personales saldrán a la luz y nos quedaremos consternados al saber de tanto sufrimiento.

Los más desolador está en los hospitales y los más desgarrador, los cientos de muertos diarios. Mueren solos sin poder despedirse de sus seres queridos ni estos pueden reunirse para velar su cuerpo. No, esto no parece que pueda ser verdad, parece una pesadilla lo que estamos viviendo. 

No es malo tener miedo. Lo malo es dejar que el miedo domine tu vida. El covid-19 ha golpeado la salud, la familia, la sociedad, la economía, el comercio, el turismo, las aerolíneas, el deporte y muchas cosas más... no dejemos que golpee nuestra Fe, mantengamos la calma y oremos con esperanza y paz en el corazón.

No perdamos la esperanza. Tú cuerpo sanará. Tú corazón sanará. Tú mente sanará. Tú alma se reparará así misma y la felicidad volverá a tu vida. Los tiempos malos vinieron a enseñarnos algo, no a quedarse...

Fotografía: Internet

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