Todo sería diferente si hubiese amor y perdón.
En ocasiones solemos herir lo más profundo de nuestro corazón y nos olvidamos que somos seres humanos e imperfectos.
Pero para eso Dios nos regaló el don del PERDÓN, para que lo utilicemos en nuestro día a día.
Nunca olviden que la vida es muy corta y cada segundo perdido no se recupera más, nos perdemos tantas cosas por no saber valorarlas… por ello sería bueno que pensáramos que el AMOR es el remedio más fuerte para cualquier dolor, el amor mueve montañas.
Si en vez de decirnos, vete, damos la mano y decimos, ven te espero, sería diferente…
Si en vez de vez de decir, ADIÓS, dices hasta luego, no sentiríamos el corazón dolorido…
Si en vez de dejar de hablarnos, dialogáramos más sin discutir,
todo sería más constructivo y menos doloroso...
A veces los seres queridos, estando cerca uno del otro crean intraspasables distancias; pero sin embargo, mal llevamos las distancias obligadas, porque los seres queridos siempre nos necesitamos.
Sabemos que la distancia impide un beso, un abrazo, pero jamás impide un sentimiento.
El amor verdadero a distancia es posible, porque cuando dos corazones se quieren, por más kilómetros que los separen, el amor siempre estará latente.
Malo es, cuando alguien se empeña en torpedear el cariño con artimañas injuriosas, pero hay que saber resistir, porque el tiempo hace que aflore lo mejor de cada Ser.
Con amor verdadero todo sería diferente. El amor todo lo puede, y si se le pone sinceridad y corazón de seguro que se puede lograr limar asperezas y sanar heridas. Pedir perdón y perdonar lleva al amor... Por el amor ¡vale la pena intentarlo!
Señor, muchas veces el orgullo nos arrastra a hacer cosas que no están bien, y también nos imposibilita ver nuestra propia arrogancia. Ayúdanos a ver nuestros errores y danos fuerza para cambiar y ver tus advertencias para no seguir dañando a la gente y evitar caer en lo que es contrario a tu voluntad.
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