martes, 18 de febrero de 2020

Síndrome de Asperger


Es un trastorno del desarrollo, englobado dentro de los trastornos del espectro autista, que se caracteriza por las dificultades que el individuo tiene en el ámbito de la comunicación y la interacción social. Las personas con síndrome de Asperger no presentan ningún déficit intelectual, pero sí problemas para relacionarse con los otros, comprender las emociones o incluso manifestar las suyas propias. En los casos más graves, esto le lleva a no saber interpretar una sonrisa y, en los menos, a no saber una ironía, a no entender las claves sociales. En general, para ellos no hay dobles sentidos ni segundas intenciones. 

En el mundo hay muchas personas con síndrome de Asperger, pero sigue siendo un síndrome que no se conoce en profundidad o no se sabe a ciencia cierta en qué consiste. Este es un síndrome que dura toda la vida y algunas veces las personas saben que lo tienen desde que son niños, mientras que otras lo descubren cuando son adultos. Las personas con síndrome de Asperger pueden hacer muchas cosas y aprender y desarrollar ciertas actividades en la que se encuentren cómodos.

Esta enfermedad tiene algunos puntos en común con el autismo sin retraso mental, pero desde 1994, después de una serie de pruebas en niños con trastornos del desarrollo, se considera una categoría separada. Ya en los años cuarenta, un pediatra vienés, Hans Asperger, habló de esta condición, de ahí que la enfermedad reciba su nombre. 

¿Cuáles son sus características? Las personas con síndrome de Asperger manifiestan intereses limitados, rutinas repetitivas, peculiaridades en el lenguaje (por ejemplo, el uso de un lenguaje demasiado formal), problemas con la comunicación no verbal o movimientos torpes y no coordinados. 

Los niños con síndrome de Asperger tienen pocas habilidades sociales, presentan dificultades para mantener el ritmo normal de una conversación (por ejemplo, no establecen contacto visual y sus gestos no se corresponden con la situación), suelen tener conversaciones restringidas a un determinado tema. 

Al igual que el autismo, el síndrome de Asperger se suele manifestar en la infancia, aunque a veces no es diagnosticado hasta que una persona es adulta. También puede pasar que, no se identifique el trastorno porque se acepta como una forma de ser de la persona, no como la personalidad que habría que analizar. 

Según estudios médicos, entre las características típicas del síndrome de Asperger se encuentran: pobre capacidad empática; interacción social inapropiada; capacidad limitada para hacer amigos; aislamiento social; lenguaje monótono; dificultad en la comunicación verbal y no verbal; interés obsesivo por cuestiones circunscritas; movimientos torpes y repetitivos; respeto por los curiosos y a menudo inútiles rituales; y por último fragilidad emocional. 

Seguramente conocemos alguna persona con Asperger, pero al no conocer cómo se manifiesta el síndrome pasan como gente rara, huraña... Hay que tener en cuenta ciertos comportamientos para comprenderlos, tratarlos y ayudarles en su personalidad especial.   

Egocentrismo inusual, con muy poca preocupación por los demás y falta de conciencia del punto de vista de los otros. 
En cuanto a las relaciones, la interacción familiar suele ser reducida y las sociales son limitadas hasta el aislamiento. 
Falta de comprensión de las normas sociales. No admiten que se le lleve la contraria, son tercos. 
Puedes definirlos como tímidos, reservados, no son muy conversadores y evitan el contacto visual. Falta de empatía y sensibilidad hacia los demás. 
Patrones de comportamiento repetitivos y estereotipados, actividades e intereses restringidos pero persistente y excesivo. 
Los pacientes afectados por el síndrome de Asperger suelen mostrar obsesiones por temas específicos como, por ejemplo, la astronomía, los dinosaurios, las manualidades, la construcción de maquetas, los ordenadores y llegan a dominar tempranamente su área de interés. Debido a este fenómeno, Hans Asperger llamó a sus jóvenes pacientes "pequeños profesores". 

En términos generales, se sienten atraídos por el orden y la clasificación de las cosas. Cuando estos intereses coinciden con una tarea útil desde el ámbito material o social, el individuo con Asperger puede lograr una vida ampliamente productiva. 

En la carrera por dominar su interés, los individuos con Asperger a menudo manifiestan un razonamiento extremadamente refinado, una gran concentración, una actitud perfeccionista y una memoria tenaz. Del mismo modo, el síndrome de Asperger también puede causar problemas en la interacción social con los padres, ya que no responden a los patrones habituales de socialización. Las dificultades para interpretar las sutiles pistas de la comunicación no verbal pueden llevar al paciente a conflictos frecuentes. El niño o adolescente con síndrome de Asperger con frecuencia se siente confundido porque no puede comprender en qué se equivocó o por qué razón es rechazado por los demás. El resultado de dichos rechazos suele generar ansiedad, nerviosismo, resentimientos, ira, conductas antisociales, conductas obsesivas y agravamiento de comportamientos inapropiados, con el consecuente aislamiento social. 

Muchos personajes conocidos con Síndrome de Asperger, trabajan y cumple diferentes labores en la sociedad y son admirados, como, por ejemplo: 

Anthony Hopkins: El actor ganador del Oscar gracias a su excelsa interpretación en “El silencio de los corderos” confirmó en una entrevista de 2017 que padecía el trastorno de desarrollo y que además su diagnóstico fue tardío: “No encajaba en ningún sitio, tenía problemas y los causaba a los demás, sobre todo en mi infancia”, confesó al Daily Mail. 

Dan Aykroyd: El famoso actor, conocido por su papel en Los Cazafantasmas reconoció públicamente que padece el síndrome de Asperger, y que le fue diagnosticado en la década de los 80. 

Daryl Hannah: La actriz que pudimos ver en Kill Bill reconoció que siempre ha tenido dificultades para expresarse ante los medios y que padecía fobia social, más tarde reconoció tener el Síndrome de Asperger. 

Greta Thunberg: Greta es una niña de tan solo 17 años y es una de las abanderadas en el mundo contra la lucha contra el cambio climático. A parte de pelear contra gobiernos y grandes corporaciones para conseguir sus metas, la joven es conocida por padecer el trastorno de desarrollo.

Susan Boyle: La cantante se hizo famosa por ganar la versión británica de Got Talent y confirmó que padece diabetes tipo 2 y Asperger, y que esto le impiden subirse a un escenario para cantar. 

Andy Warhol: Andy Warhol fue uno de los iconos del Pop Art era famoso también por los problemas que tenía para relacionarse socialmente o por su personalidad inmadura. 

Keanu Reeves: Keanu Reeves es uno de los actores mejor pagados y más carismáticos de todo Hollywood, pero sin embargo la vida no se lo ha puesto fácil en muchas ocasiones. Muchos medios estadounidenses han afirmado que al intérprete el Síndrome le dificulta su relación con los medios y a la hora de entablar relaciones sociales. 

Steven Spielberg: Steven Spielberg es otro de las personalidades a las que se les atribuye el trastorno en el desarrollo debido a su incapacidad para relacionarse y a la multitud de problemas que el cineasta ha dicho haber padecido por esto mismo durante su infancia. 

Bill Gates: Bill Gates es otra de las muestras de que el Síndrome de Asperger no es ningún impedimento para triunfar ya que es uno de los líderes de la revolución tecnológica que estamos viviendo en la actualidad al comandar Microsoft. 

Tim Burton: El director y director es otro de los famosos que figuran en la lista, según su mujer Helena Bonham Carter, el cineasta por lo obsesivo que es con los mundos que recrea, padece el trastorno de desarrollo. Tim Burton nunca ha declarado nada al respecto. 

Desde 2007, el 18 de febrero se celebra el "Día Internacional del Síndrome de Asperger" con la finalidad de hacer visible a este colectivo, sus necesidades y sus capacidades, promoviendo la concienciación de la sociedad actual.

Fotografía: Internet

No hay comentarios :

Publicar un comentario