viernes, 7 de julio de 2017

Las culpas

Un hombre arrodillado se lamenta.


Hay recetas para todo y si no vean… La escritora Idoia Berridi propone un método creado por ella misma: «La receta definitiva para combatir las culpas, las cargas y una autoestima por los suelos», son seis pasos para alcanzar la felicidad luchando contra nuestros propios fantasmas.

Los libros de autoayuda suelen ser esperanzadores para personas desesperadas y que han tocado fondo, y patrañas para los que están bien y todo les va bien. Frases como «sé feliz», «claves para el éxito», «cómo triunfar en el trabajo, en el amor, en la vida». Frases tan aparentemente llenas de contenido, solo parecen un eco cuando avistas el abismo.

Para transformar las intenciones en acciones, Idoia Berridi, que le gusta presentarse a sí misma como una «life and health coach», algo así como una entrenadora de la vida y la salud, ha creado un método que ella denomina «Belove» y que se resume en hacer un ejercicio de amor hacia uno mismo. En su libro «Transforma tu vida, el método Belove». Belove, es decir, «ser o estar en amor».

«Nadie puede ser feliz si no establece un vínculo amoroso consigo mismo sin esperar de fuera lo que tiene que darse a sí mismo. Si no te valoras en ningún área, y en el trabajo solo esperas palmaditas de tu jefe; si no eres tú mejor compañero en todo y te olvidas de que eres único y especial, no podrás disfrutar de nada», asegura Berridi. Su método consta de seis pasos muy sencillos que nos ayudarán a vivir con autoestima, felicidad y éxito. Son los siguientes:

El primero, lógicamente, es tener claro el objetivo: «aclarar adónde quieres ir, porque la vida cotidiana te hace dispersarte, queremos hacer cosas, pero pasan los años y no cambiamos nada».

El segundo implica identificar cuáles son las creencias que limitan nuestra vida y que muchas veces no son reales. «Se trata de creencias, no tanto ideológicas o culturales, sino ideas sobre uno mismo que limitan las capacidades, por ejemplo, un paciente dice que es raro y nadie lo entiende. Pero eso es una idea, ¿quién le ha dicho que era raro? U otras más genéricas como: «la vida es dura», «el trabajo es aburrido o malo», etc. Mientras sostienes una idea te las terminas creyendo», explica la experta.

El tercer paso, uno de los más importantes, es la autoestima. «Hay que identificar cualidades, valores, qué me hace especial, qué me hace merecedor». Para ello, Berridi ha recurrido a la figura de la «sanación del niño interior». Todos llevamos en nuestro interior un niño herido y necesitado de atención, amor y aprobación. En este tercer paso buscamos la parte de nosotros que representa nuestras emociones y nuestro subconsciente y que tiene un gran poder sobre nuestra vida, nuestras reacciones y sobre el modo en que nos sentimos. Existe dentro de nosotros, simbólicamente, un adulto sano, que representa nuestra parte racional y es nuestra capacidad de cuidarnos, sostenernos y apoyarnos a nosotros mismos. Pero también existe un adulto disfuncional, que es crítico y exigente y se ocupa de reñir al niño interior y anular sus necesidades de diversión. En terapia, Berridi hace que el paciente cree un diálogo consigo mismo en el que comunicarse con ese niño interior. «El trabajo del niño interior repara mucho porque te prestas atención de forma más dulce, identificas cualidades, qué haces bien, eliminas las exigencias, los “debería”, tomas conciencia de cómo te hablas a ti mismo y cómo eres capaz de juzgarte».

La culpa siempre busca un castigo. Esto da paso al cuarto paso que es el liberarse de las cargas, de las culpas, de lo que se hizo mal. «Para liberarse del peso de las culpas hay que permitirse el error y también permitírselo a otros, no vivir con la mochila del rencor. Los hechos pasados no tienen remedio; libérate del pasado perdonándote tus culpas para que puedas reconciliarte con aquellos que hiciste llorar».

El quinto, es un trabajo en familia, con los padres. «Si queremos ser felices tenemos que sanar algunas cosas, si exigimos a nuestros padres lo que no nos dieron o rechazamos lo que sí, al final, nos estamos rechazando a nosotros mismos. Hay que sanar en ese sentido y saber que lo que recibimos de ellos fue la vida».

Por último, un plan de acción. Una vez claro el objetivo, conseguida la autoestima, eliminadas las culpas, y llegando a una reconciliación con el entorno, se puede empezar libres y ligeros de cargas mentales.

¿Por qué pesan tanto las culpas del pasado? Podemos ver cómo hay personas que no viven tranquilas con su conciencia y necesitan mentir para poder endosar ‘la carga de sus culpas’ a la persona que ellos creen que tuvo mejor comportamiento. Y actuando así, ¿pueden vivir tranquilos?

Fotografía: Hartwig HKD, cc.

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