Vivir es
un reto porque la vida te va poniendo pruebas, que día a día debes ir
superando.
Cuando en
tu corazón se abra, llena de vida, la flor perfumada del amor, recuerda que
alguien la plantó un día dentro de ti.
Cuando tu
corazón se ilumine con el suave colorido de la puesta del sol, recuerda que
alguien amaneció contigo.
Cuando el
fuego de la pasión queme tu corazón, consumiendo todas tus fibras en la
inmolación del placer, recuerda que alguien encendió esa llama.
Cuando tu
corazón esté bordado de sueños dorados, tejidos con hilos de luz de luna,
recuerda que alguien coloreó tu mundo interior.
Cuando la
noche te encuentre con el corazón partido y angustiado por las amarguras
recogidas en el día, recuerda que hay alguien esperándote con el pañuelo en la
mano.
Cuando el
insomnio te haga dar vueltas desesperadamente en la cama, recuerda que alguien
puede sembrar sueños de paz en tu mente.
Cuando la
soledad te oprima y tu grito no encuentre eco, recuerda que allá, al otro
lado, alguien ama tu compañía y entiende tu clamor.
En las
horas felices, comparte tus sonrisas. En las horas de soledad, levántate y busca el amor donde quiera que esté.
No mires
el reloj ¡Qué importan las horas! Ama que la vida es tan corta… No hay tiempo que
perder.
Tú que amas, abre tus labios y canta al
milagro del amor, porque sólo el "amor" aproxima a las personas y
hace que hablen el mismo lenguaje.
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