Si un día el camino, que venía liviano,
se te vuelve oscuro, y encima empinado.
Busca a tus amigos, tómales sus manos,
apóyate en ellos, para repecharlo.
No lo intentes solo, no podrás lograrlo
y si lo lograras, será a un costo alto.
Con los que te queremos, se hará más liviano.
Cuando el cuerpo afloje y te sientas cansado.
Cuando la tristeza, a tu alma haya entrado,
busca a tus amigos, busca a tus hermanos.
Cuenta con nosotros, que para eso estamos.
Se conoce el dulce, probando lo amargo.
Tras subir la cuesta, se disfruta el llano.
Así es nuestra vida, te lo juro hermano.
En los tiempos duros, encontrarás manos
abiertas, tendidas, de amigos, de hermanos,
ya para empujarte, ya para un abrazo;
y al fin de la cuesta, disfruta del llano.
Federico García Hamilton