sábado, 5 de noviembre de 2022

Amistades o conocidos

 


Una buena amistad refresca el alma y enriquece la vida… Tenemos que reconocer que las relaciones son muy particulares y peculiares, porque hay familias que son desconocidos y amigos que son familia. La buena gente sí que merecen la pena  que estén a nuestro lado, por eso, debemos saber identificar a las personas que merecen la pena y las que no. Identificar algunos puntos importantes en las personas de tu entorno pueden ayudarte a aclarar quienes forman parte de tu grupo de amistades y quienes forman parte de tu grupo de conocidos.

Sabemos que la buena amistad tiene repercusión en la salud y en el bienestar de cada persona, pero no siempre es fácil forjarlas o mantenerlas. Tenemos que saber valorar la importancia de las conexiones sociales, y lo que podemos hacer para forjar y fomentar amistades duraderas. Verdaderamente la amistad es un tesoro, pero no siempre son verdaderos amigos aquellos que lo parecen.

Personas que merecen la pena. Así nos lo explica la psicóloga Laura Moratalla: «Vivimos rodeados de personas: Familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo... Somos 'animales sociales' y sentirnos conectados a estas personas nos resulta muy beneficioso a todos los niveles. Sentirnos parte de un grupo aporta beneficios como fomentar nuestro desarrollo y crecimiento personal, fortalecer nuestra autoestima, sentir apoyo social en momentos complicados, mayor apertura mental, un aumento del interés por cuidar la salud física e, incluso, existen multitud de investigaciones que han demostrado que propicia un mejor pronóstico para las personas enfermas que cuentan con una red social de apoyo frente a aquellas que no lo tienen».

En definitiva, los beneficios de contar con una red social de apoyo son innumerables, tal como demuestran las investigaciones que se han llevado a cabo en este campo, pero también es cierto, que, en ocasiones, el ámbito social puede ser una fuente de estrés, trastornos de ansiedad o incluso de un estado de ánimo bajo.

«Esto último suele suceder cuando sentimos un desequilibrio en las relaciones que mantenemos, es decir, cuando esperamos algún tipo de reacción o acción por parte de una persona a la que consideramos cercana y esta actúa de una manera diferente», revela la psicóloga.

En este punto la experta aconseja tener en cuenta la importancia de disminuir (ya que eliminar por completo es algo que resulta inviable) nuestras expectativas con respecto a la actuación de los demás. «Tenemos que tener claro que nadie va a actuar tal y como esperamos o tal y como nosotros haríamos», apunta.

Ahora bien, la psicóloga añade que tan importante es lo anterior, es decir, reducir las expectativas sobre la posible actuación o comportamiento de la gente de nuestro entorno, como tener un equilibrio en las relaciones que mantenemos con los demás. ¿Has sentido que un amigo te falló cuando más lo necesitabas? ¿Has descubierto que esa compañera de trabajo que parecía adorarte te critica a tus espaldas de la forma más cruel? ¿Sientes que la relación con tus hermanos lleva años en un punto muerto?

Veamos los puntos que destaca la psicóloga y que pueden ayudar a identificar con una mayor claridad a esas personas que merecen la pena, las que aportan alegría en tu vida:

Estas personas se alegran de manera genuina por aquellas cosas que a ti te hacen feliz.

Se mantienen a tu lado tanto en los buenos como en los malos momentos.

Te dicen lo que piensan (aunque sea contrario a lo que piensas tú) con asertividad y empatía.

No desean acaparar todo tu tiempo, entienden que tienes otras personas o cuestiones en la vida que has de atender.

No te juzgan o critican de manera destructiva.

Asumen sus errores, disculpándose por ello y tratando de mejorar la relación.

Puedes confiar en ellos. No se dedican a contar a los demás aquellas cosas que les compartes.

Te animan cuando decaes en la consecución de algún objetivo o cuando dudas de ti mismo en algún aspecto de tu vida.

¿Amigos o conocidos? Identificar ciertos puntos en las personas de tu entorno puede ayudar a aclarar quienes forman parte de tu grupo de amistades y quienes forman parte de tu grupo de conocidos. Esta distinción resulta importante, ya que la vinculación que tengamos con uno u otro grupo será distinta y sabremos qué podemos esperar de cada persona, y qué compartir y que no. 

A pesar de que recibir críticas y criticar a otras personas forma parte de nuestro día a día, la aprobación que recibimos del exterior suele tener un peso importante y por eso resulta difícil recibir las críticas de forma constructiva. A veces resaltan nuestras inseguridades y nos hacen vulnerables, pero otras pueden ser un buen recurso para conocernos mejor, aceptar lo que se está cuestionando sobre nosotros y sacar partido a los efectos que provocan en nosotros esos comentarios. La dinámica parece sencilla, pero ¿cómo podemos identificar cuáles son las críticas constructivas, las que ayudan a mejorar, de las que son puro chisme o incluso van malintencionadas? Tal como explica Silvia Valdunciel, psicóloga de Mundopsicologos.com, lo que nos sucede es que a menudo nos sentimos «juzgados» en lugar de «informados» y consideramos las críticas como juicios con los que nos etiquetan o con los que menosprecian nuestros comportamientos, actuaciones o formas de pensar. Sin embargo, la experta pone el acento en el hecho de que el emisor de la crítica no tiene por qué tener siempre una intención negativa y que está en uno mismo la capacidad de traducir esos juicios en información que podremos valorar como «útil» o como «inútil».

Existen algunas claves que pueden ayudarnos a interpretar las críticas como una oportunidad para mejorar y conocernos mejor son: averiguar si la crítica es constructiva o destructiva, no responder inmediatamente, evitar el pensamiento polarizado, hacer preguntas para entender bien la idea, buscar qué hay de verdad en lo que se está diciendo, porque si alguien cercano a ti está vertiendo falsos testimonios contra ti, deja claro que no te quiere y por eso te desprestigia para ganar tu lugar. Tras esa conducta se encuentra la envidia y la relación que mantienen contigo es claramente falsa y lo falso es tóxico y por tanto, no conviene estar cerca de seres oscuros, que por delante te muestran una cara y por detrás te despellejan.

Estos comportamientos se pueden dar, tanto entre amigos como entre  hermanos. Cuando estos comportamientos se dan hay que separar los sentimientos de los hechos y hacer algo bueno por uno mismo. La psicóloga Moratalla aconseja que: «En este caso, será necesario tener una conversación para exponer nuestro malestar y marcar ciertos límites saludables y, en caso de no aceptar su responsabilidad ni de ser respetado por dicha persona, lo mejor será alejarse de ella». Es muy importante identificar a las personas que actúan de manera hipócrita. Son personas tóxicas con falsas identidades, las cuales son muy perjudiciales, y no merece la pena que estén en nuestra vida.

Para valorar a las personas que merecen la pena, hay que saber diferenciar entre amistades o conocidos; entre auténtico y falso. Las personas que merecen la pena son sinceras, honestas, leales, cariñosas y atentas; las que no merecen la pena, no merece la pena...


Fotografía: Internet

 

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