“Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”. Proverbios 16: 3
Muchas
veces creyendo que estamos solos contra el mundo, buscamos refugiarnos en algo
o en alguien, pero la Biblia nos enseña que la felicidad sólo viene de Dios. Él
se preocupa por Su creación, especialmente por los que creen en Él que somos
portadores de Su imagen y semejanza.
La
felicidad es vivir con la esperanza puesta en Dios, es confiar que Él es el que
satisface nuestras necesidades y da sentido a la vida, y no lo material ni la
falsedad humana, y menos ese tipo de persona que no razona y no ve sus errores
y va de justiciero con los demás. Dios sabe la verdad de todo y de todos, sabe
lo que piensa y siente cada cual, por tanto, Dios es la mejor compañía, la
mejor elección para caminar por la vida. La vaciedad de los hombres prepotentes,
sin cordura, sensatez, humildad, honestidad, sinceridad no es buena compañía. Aun
cuando haya personas que cegados de rencores quieran pisotearte y las cosas
parecen oscuras, hay razón para tener esperanza si estamos en manos de Dios.
El
no tener esperanza en Dios hace personas frustradas, deprimidas y la depresión
es casi endémica o frecuente hoy día (debemos reconocer que la depresión tiene
causas físicas y también espirituales). La persona que verdaderamente tiene
esperanza, vive tranquila en paz y serenidad. Su vida está en manos de Dios. El mundo está
en manos de Dios…
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