Darwin nos informó que somos primos de los monos, no de los
ángeles.
Después supimos que veníamos de la selva africana y que
ninguna cigüeña nos había traído desde París.
Y no hace mucho nos enteramos de que nuestros genes son casi
igualitos a los genes de los ratones.
Ya no sabemos si somos obras maestras de Dios o chistes malos
del Diablo.
Nosotros, los humanitos:
los exterminadores de todo,
los cazadores del prójimo,
los creadores de la bomba atómica, la bomba de hidrógeno y la
bomba de neutrones, que es la más saludable de todas porque liquida a las
personas, pero deja intactas las cosas,
los únicos animales que inventan máquinas,
los únicos que viven al servicio de las máquinas que
inventan,
los únicos que devoran su casa,
los únicos que envenenan el agua que les da de beber y la
tierra que les da de comer,
los únicos capaces de alquilarse o venderse y de alquilar o
vender a sus semejantes,
los únicos que matan por placer,
los únicos que torturan,
los únicos que violan.
Y también,
los únicos que ríen,
los únicos que sueñan despiertos,
los que hacen seda de la baba del gusano,
los que convierten la basura en hermosura,
los que descubren colores que el arcoíris no conoce,
los que dan nuevas músicas a las voces del mundo
y crean palabras, para que no sean mudas
la realidad ni su memoria.
Eduardo Galeano - Espejos.
El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar
de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro
en lugar de imaginarlo. En las escuelas son obligatorias las clases de
impotencia, amnesia y resignación. E. Galeano.
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