A los que se fueron demasiado pronto.
A los que nos dejaron sin querer marcharse.
A los que ya no sabemos si lo que queremos es abrazarles o que nos abracen.
A los que brillan cada noche allá arriba.
A los que están en nuestro sueño día sí y día también.
A los que tuvimos que decir adiós sin querer, sin esperarlo.
A los que nos dejaron huellas, momentos y recuerdos inolvidables.
A los que nos hacen soltar una lágrima cada vez que los evocamos.
A los que nos dejaron un poco más solos, aunque no se hayan ido del todo.
A los que nos dejaron miles de cosas por decir.
A los que serán siempre, aunque no vuelvan nunca.
A los que me dieron la vida, vida que ha quedado huérfana añorándolos.
A los que un día esperamos volver a ver… en ese cielo… en esa vida, y podremos agarrarles fuertes para no soltarnos más y decirles una y mil veces cuánto les hemos echado de menos y cuánto les queremos…
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