lunes, 25 de marzo de 2019

Día del niño no nacido


La Solemnidad de la Anunciación coincide en algunos países del mundo con el Día del Niño por Nacer, que se celebra cada 25 de marzo y que busca conmemorar, promover y defender la vida humana desde la concepción en el vientre de la madre. En esa fecha, el movimiento provida organiza a lo largo del mundo celebraciones y actividades destinadas a la concienciación sobre la necesidad de defender la vida desde la concepción y en todas sus etapas. 

El evento más impresionante de las Sagradas Escrituras que revela la dignidad del niño no nacido es el hecho de que Jesucristo mismo se encarnó en el vientre de María Santísima y vivió como niño no nacido.

Desde el vientre hace el primer milagro de gracia. Ocurre en la visita de la Virgen Santísima a su prima Santa Isabel. Jesús, no nacido, comunica su gracia santificadora a Santa Isabel y a su niño no nacido, San Juan Bautista. 

Lucas 1:41...Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo, Santa Isabel como respuesta bendice a la Virgen y a Jesús: Lucas 1:42... y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno". Santa Isabel además reconoce que el bebé no nacido que vive en María es su Señor. 
Lucas 1:43-44... "y, ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno". 

En la encíclica ‘El Evangelio de la vida’, publicada el 25 de marzo de 1995, San Juan Pablo II, refiriéndose al aborto: “Es la influencia de la cultura de la muerte”, como lo definió el Papa. “Estamos frente a una realidad más amplia, que se puede considerar como una verdadera y auténtica estructura de pecado, caracterizada por la difusión de una cultura contraria a la solidaridad, que en muchos casos se configura como verdadera 'cultura de muerte'”. 

“El hombre, desde el seno materno pertenece a Dios que lo escruta y conoce todo, que lo forma y lo plasma con sus manos, que lo ve mientras es todavía un pequeño embrión informe y que en él entrevé el adulto de mañana, cuyos días están contados y cuya vocación está ya escrita en el 'libro de la vida'” (Sal 139/138, 1:13-16). 

Incluso cuando está todavía en el seno materno, como testimonian numerosos textos bíblicos. “Me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí” (Jeremías 1: 4-5). El salmista, por su parte, se dirige de este modo al Señor: "En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas de mi madre” (Sal 71/70, 6; cf. Is 46, 3; Jb 10, 8-12; Sal 22/21, 10-11). También el evangelista Lucas —en el magnífico episodio del encuentro de las dos madres, Isabel y María, y de los hijos, Juan el Bautista y Jesús, ocultos todavía en el seno materno (cf. 1, 39-45)— señala cómo el niño advierte la venida del Niño y “exulta de alegría”. (nº 62) 

Y para los que justifican el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al menos hasta un cierto número de días, no puede ser todavía considerado una vida humana personal, san Juan Pablo II les recuerda una verdad científica: “Desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces. A esta evidencia de siempre… la genética moderna otorga una preciosa confirmación. Muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas”. 

La Instrucción General del Misal Romano (IGMR), nº373, designa el 22 de enero como un día especial de oración y penitencia, llamado el “Día de oración por la protección jurídica de los niños no nacidos en todas las diócesis de los Estados Unidos de América”. Se nos recomienda observar este día a través de las prácticas penitenciales de oración, ayuno y limosnas. 

San Juan Pablo II nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer y trabajar con constancia y valor, para que se instaure finalmente en nuestro tiempo, marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de la vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor (Evangelio de la Vida # 77). 

En distintos puntos del planeta, la celebración -en muchos casos oficial- del "Día del niño por nacer" marcó una opción positiva a favor de la vida y el desarrollo de una cultura que asegure la promoción de la dignidad humana en todas las situaciones. 

El Salvador fue el primer país que decretó una celebración de este tipo en el año 1993, con el nombre de "Día del Derecho a Nacer". Así lo proclamó la Asamblea Legislativa gracias a los esfuerzos del movimiento pro-vida, especialmente a la propuesta de la "Fundación Sí a la Vida" (afiliada a "Vida Humana Internacional"). 

Diferentes países se suman a la celebración del “Día Nacional del Niño No Nacido”: El Salvador, Argentina, Guatemala, Chile, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, Brasil, Perú, Uruguay, España, México, Austria, Eslovaquia, Cuba, Filipinas, Ecuador. Todo unidos para concienciar y defender la vida, se realizan marchas pacíficas, encuentros, seminarios... 

De manera común a todos ellos, se trata de una jornada en defensa de la figura del nasciturus, habiéndose escogido la fecha por el día en que los católicos celebran la Fiesta de la Anunciación, fecha en la que Jesucristo fue concebido en el seno de María. 

El 28 de septiembre del 2005, bajo el decreto nº. 267-2005 se declaró que el 25 de marzo de cada año se conmemore el “Día del Niño no Nacido”, el que se celebrara como fiesta nacional sin suspensión de labores, bajo la presidencia del Congreso Nacional de Porfirio Lobo Sosa. Este día se celebra en conmemoración a todos los niños indefensos abortados y los bebés que están por nacer. 

Para hablar del aborto dicen que hay que ser valiente. Defender la vida no es de valiente, defender la vida es de humanos. El aborto es un drama que no cesa. Se habla de baja natalidad y no se mencionan a los millones de niños que se les arrebata vilmente la vida. 

También más veces de las deseadas se escuchan llantos de bebés en contenedores o en portales que son escuchados por personas que acuden en su auxilio. En medio del drama doloroso, esos bebés ejercen su derecho natural de llorar reclamando amor y protección. Sus madres biológica les permite que vivan, para que otra madre le dé el calor y el amor que quizás ellas, por diferentes circunstancias, no les puede dar. No podemos decir lo mismo de millones de vocecitas que han sido apagadas en el vientre de sus madres, por deseo de sus madres. Muchas de esas después de descuartizar la vida de su hijo no viven en paz y atormentadas escuchan su llanto constante. 

Ay, ¡cuánto llanto se ha ahogado en el tiempo y el espacio! Es el llanto silencioso de los niños no nacidos, que según las estimaciones llega a los 60 millones, solo en Estados Unidos, desde el 22 de enero de 1973 que se legalizó el aborto. La palabra aborto trata de ahogar la tragedia, porque la realidad es que se legaliza la muerte, matar, quitar la vida.

Fotografía: Internet  

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