domingo, 10 de marzo de 2019

Abrazada a mis raíces


Desde mi cuerpo cansado, veo pasar los años galopando hacia el ocaso, pero la niña sigue abrazada a sus raíces. Mis raíces están intactas y la copa del árbol me cubre y protege, y mirando al cielo exclamo: ¡Gracias vida! 

Cuando nacemos a la vida los padres son las primeras personas en darnos amor, en cuidar de nosotros, en velar por nuestro bienestar. Nos entregan todo su tiempo, su vida y sus desvelos. Son las únicas personas que siempre estarán a nuestro lado, no solo en los momentos buenos sino también en los malos y los hijos agradecidos le recompensamos con respeto y cariño.

La vida es un milagro, pero no deja de ser un misterio el por qué llegamos a este mundo, pero en muchas ocasiones no somos conscientes del gran esfuerzo que significa para unos padres mantener una familia, criar de los hijos y ser su referente y un ejemplo a seguir. La vida nos enseña que la tarea de ser padres es más difícil y sacrificada de lo que esperábamos y por eso es necesario que agradezcamos a nuestros progenitores toda la dedicación y el cariño que nos dieron.

Pronto comprendí todos sus sacrificios y mi corazón se estremece al saber que escondían sus lágrimas para que yo pudiera sonreír, y les doy las gracias porque fueron unos padres pacientes y esmerados, por eso, traté retribuirles con creces todo el amor que depositaron en mí, y se fueron a las estrellas sabiendo que los quise y admiré. 

No hace falta esperar al día de la madre o del padre para dar las gracias a nuestros familiares más queridos: nuestros padres. No hace falta que sea un día especial para recordarles cuánto los quieres y le agradeces todos los sacrificios que han hecho por ti. 

Los hijos que tomamos conciencia de todas las atenciones, cuidados, desvelos, sacrificios y esfuerzo que supone para unos padres sacar adelante a una numerosa familia, los valoramos y le ofrecemos nuestra sonrisa con palabras de respeto y agradecimiento, y les hacemos sentir importante en nuestras vidas. 

Ser padres no es tarea fácil, porque no es lo mismo ser ‘buenos padres’ que ‘padres buenos’: ‘El padre bueno’ sólo sabe decir sí y hace de su niño un pequeño dios que acaba en un pequeño demonio: ‘El buen padre’, dice sí cuando es sí y no cuando es no, educa con amor y disciplina, transmite valores con ideas firmes para construir un hombre de bien. De una forma u otra, puedes correr el riesgo de ser juzgados por tus hijos implacablemente. 

Desde el día en que nací no hay nada que valore más, que el amor que me brindaron mis padres. Fueron y son para mí el tesoro más preciado que la vida me ha dado. Si no fuera por ellos yo no estaría aquí y ahora, en el atardecer de mi vida. Nunca me cansaré de agradecerles la vida, el cariño, las enseñanzas y el amor que me dieron en vida y que ahora me envían desde el cielo. 

Quien te mira con el corazón conocerá tu alma, por eso nuestros padres nos pueden leer hasta los pensamientos y nos alienta, nos guía y nos aconseja. Después de tenerlos a mi lado, gozarlos, respetarlos y quererlos, se fueron a la eternidad y me quedé huérfana, triste y sola y como un bebé indefenso busco la protección entre las estrellas y le pido a Dios que los tiempos que vengan sean mejores. Que me de las fuerzas para cambiar todo lo que me afecta y las ganas de seguir luchando por lo que quiero, y que su amor llene todos mis vacíos. 

Yo solo le pido a la vida que sea buena conmigo, solo pido que nunca me falten estas ganas de continuar. Que pueda seguir llorando, pero también que quiera seguir levantando. Que ría, gane, pierda, me traicionen, me amen, me mientan; pero con la certeza de que podré seguir. Yo solo le pido a la vida no tener miedo a vivir. 

No desesperemos, porque todo en la vida tiene tres vías: una solución, una fecha de caducidad y una enseñanza. Hasta Jesús, desde que nació hasta que lo clavaron en una cruz, sufrió en sus propias carnes la humillación y el desprecio, por eso cuando todas las puertas se me cierran, Él me ofrece sus hombros su corazón y sus brazos. Señor, gracias porque tus hombros llevan mis cargas. Gracias porque tus brazos siempre están abiertos. Gracias porque en tu corazón siempre encontraré el consuelo. 

Sé que entre alegrías y tristezas está el sentido de la vida cuya esencia es: existir, resistir, persistir. Todos cambiamos, nadie es la misma persona que era hace un año, a veces somos mucho mejor y otras veces peor. Todos tenemos algo que nos hace cambiar, ya sea una alegría, una amistad, un amor, una traición o un dolor, y el dolor de su ausencia es lo que me ha cambiado la vida, nada es como cuando yo podía llamarles: mamá, papá y podía mirarme en sus ojos. 

Y hoy, cuando recostada en mi almohada me dispongo a renovar la esperanza y a construir los sueños, siento la presencia de quienes me dieron la vida que me impulsa a seguir caminando, porque cada mañana nacemos de nuevo y sé que la felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace está en armonía. No puedo volver atrás para vivir de nuevo aquellos maravillosos años que pasamos juntos, pero puedo recordarlos y revivirlos con añoranza y emoción. 

Todo se agita a mi alrededor, el oleaje amenaza mi entereza porque no he podido detener las olas, pero he aprendido a navegar… Hoy quiero dar las gracias por lo que soy y por lo que no soy. Por lo que tengo y por lo que no tengo. Por haber nacido donde he nacido, por tener la familia que tengo, por tener los amigos que tengo, por sentir, por recordar, por olvidar, por querer, por ser querida, por lo que me rio, por lo que lloro, por estar viva… 

Se sana cuando te vuelves a conectar con las raíces, ese lugar sagrado dentro de ti, que debe ser venerado y respetado, nunca dañado. Es tu verdadero ser, siempre presente desde el cual puedes volver a nacer infinitas veces. La esencia es indestructible. Vivo hoy sin el peso del ayer ni la ansiedad del mañana, porque mis raíces nutren y alimentan la ilusión de los sueños que afloran cada amanecer. 

Hay que conservar lo que tienes, olvidar lo que duele, valorar lo que posees, perdonar a los que te hieren y disfrutar de los que te aman. Con el tiempo las cosas buenas llegan, lo verdadero se queda, lo destinado se cruza y lo que es de uno regresa. Hay que soltar lo que pesa, amar lo que tienes y agradecer lo que llega, porque la verdad va en el tiempo y en la vida eres maestro de lo que has vivido, espectador de lo que estás viviendo y soñador de lo que queda por vivir. Hoy es un excelente día para estar orgullosa de quién eres. Celebra tus propias victorias, porque nadie más entiende realmente lo que te costó alcanzarlas. Deja fluir. No te aferres a nada ni a nadie, todo tiene un momento en nuestra vida y también un por qué… 

Desde mi atalaya, observo el pasado como un camino de recuerdos y el futuro como un camino de sueños. Fue el tiempo, mis raíces y los avatares quienes hicieron lo que hoy soy, y he descubierto que ser felices depende más de nuestra actitud que de nuestras circunstancias. Con el paso del tiempo vas dándote cuenta de que la vida no es un camino de rosas, pero entre espinas y esperanzas vamos emocionándonos con cada amanecer, deseando que cada día la felicidad salga a nuestro encuentro y haga olvidarnos de todo menos de ser feliz en el emocionante viaje de la vida. 

Y, aquella niña casi anciana que desde la cuna se abrazó a sus raíces, sigue bebiendo de la sabia de árbol del que nunca se soltará... Sus raíces están intactas, volverán a florecer...

Fotografía: Internet

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