Cómo duelen aquellos orfanatos rumanos y las hambrunas de Somalia y Sudán; cómo duele el genocidio de los tutsi de Ruanda y la debacle humanitaria de los hutus en el antiguo Zaire; cómo duelen las masacres de Bosnia-Herzegovina y la deportación de centenares de miles de kosovares; cómo duele Chechenia en llamas. Cómo duele el mundo en ruinas ante la incompetencia política y diplomática y con nuestras naciones, las más poderosas, haciendo negocios mercantilistas en el horror de la guerra. Cómo duele no encontrar la compasión, de la que tú siempre hablas, en hombres sin atributos que dirigen los destinos de la humanidad.
Palabras que recogen, sin duda, algunas de las reflexiones y memorias que han trazado, con sangre en blanco y negro, el camino de su carrera profesional y vital dentro del foto-reportaje de los principales conflictos bélicos ocurridos en Europa, Asia, África y América Latina.
Sí que duelen tantas guerras que al día de hoy asolan a tantos rincones del mundo. También nos duele cada injusticia con la que nos topamos en nuestra vida diaria, en nuestra tierra, entre nuestra gente, pero, nada duele más que sentir el desprecio de los tuyos, con los que compartiste plato y cama.
¡Ay, cómo duele!
No hay comentarios :
Publicar un comentario