Las golondrinas son anunciadoras de la primavera, pero existe una leyenda muy bonita que hace que se las quiera y proteja, dicha leyenda, aunque se conoce no es muy popular entre la gente el hecho que se les atribuye y que las encumbró a la divinidad, aquello de que quitaran las espinas de la corona a Jesús, pero los que conocen bien la leyenda saben de la divinidad de las golondrinas y nos dirán que «las Golondrinas son de Dios y no se matan», ese sentimiento de protección, sin duda, está asociado al carácter divino que se les otorga por haber aliviado el dolor de Cristo.
Dice la tradición popular que un bando de golondrinas aminoraron el sufrimiento de Jesús de Nazaret durante su martirio en el Monte de El Calvario, arrancando con sus picos las espinas de la corona que clavaban y herían su frente. Dice esta leyenda que la primera de las golondrinas que le quitó una espina a Jesús cuando ya estaba crucificado, salió volando con la espina en el pico y anduvo perdida, quién sabe cuánto tiempo, surcando el cielo, cruzando mares, valles y montañas, hasta que vino a caer rendida sobre la cumbre de un anónimo cerro que desde entonces tomó su nombre. Se trata del Cerro de La Golondrina, en las inmediaciones de la madrileña localidad de Navacerrada.
Numerosas alusiones a este hecho se recogen en el folklore popular español en forma de cantares y coplillas…
Ya bajan las golondrinas
con el vuelo muy sereno
a quitarle las espinas
a Jesús el Nazareno.
Ya vienen las golondrinas
con el pañuelo en la mano
pá quitarle las espinas
a Jesús el Nazareno.
También se dice que el color oscuro del dorso de las golondrinas, es señal del luto que se pusieron por la muerte de Cristo.
Pues hagamos como las golondrinas y quitémosle las espinas a Jesucristo, esas que son puestas por nuestras malas acciones porque no es justo que pague justo por pecador.
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