domingo, 6 de marzo de 2016

¿Cuándo el Día de la Igualdad?

Una mujer y un hombre trabajando en una oficina.

¿Día de la Mujer, o Día de la Mujer trabajadora? Día de la mujer es un día sí y el otro también, y como trabajadora lo es y mucho, no ha parado desde principios de los tiempos.

Hay quienes sólo ven liberaciones con respecto a las ataduras con el varón y en su libertad de abortar como el culmen de libertades para la mujer. En primer lugar, la mujer nace libre, pero el machito opresor —nacido de mujer—, ha dictado leyes para someterla y tenerla bajo su dominio y las leyes injustas hay que corregirlas; y sobre el derecho a abortar, que no es aborto es asesinato porque se aniquila una vida, eso me parece injusto, que la mujer que reclama libertad se convierta en verdugo cercenando la libertad de un ser que tiene derecho a su libertad: no se puede pedir libertad individual y ser opresor…

Gracias a años de continua lucha se ha conseguido que las leyes sean más justas, pero lo que es la libertad se la han tomado por sí solas. La mujer ha decidido llevar el control de sus acciones y decisiones, aunque todavía en la equiparación laboral exista una brecha machista que no hay gobierno ni de izquierdas ni de derechas que ponga las cosas en su lugar y que, hasta hoy, nadie se lo ha tomado en serio.

Podríamos hacer mención relacionando todos los artículos de la ley donde dejaba claro cuál era el papel de la mujer en el mundo. No nos olvidemos de millones de mujeres que sufrieron y sufren las desigualdades, la humillación y las injusticias porque el varón lleva intrínseco la necesidad de ser superior dominando a su rival.

Es una ironía; nacemos de mujer y viene el varón y se apropia de nuestra vida. Primero somos propiedad de los padres o de los hermanos y después del marido. Y suerte tienes si el marido es elegido con acierto por ella. Lo peor es cuando son los mismos familiares los que te obligan a casarte, bien sea por cultura o religión, o a cambio de tierras o animales, como si de una mercancía se tratara.

Hay que reconocer que este día es fruto de una lucha donde muchos se lo han jugado todo, y no olvidemos lo que este día significa. La igualdad en general, y la de la mujer en particular, ha sido caballo de batalla de las ideas socialistas a los que, sin remedio, se van sumando otros partidos. Pero centrados en la celebración, hay que recordar que fue el Partido Socialista norteamericano el que por primera vez señala un día, el 28 de febrero de 1909, para reivindicar los derechos de la mujer —por entonces, en España sin voto, y a voluntad del varón en todos los aspectos de la vida—, en lo que denominaron el Día de las mujeres socialistas, conmemorando «una manifestación de trabajadoras que se había realizado en Nueva York en 1857. Pero el suceso que marcó la celebración moderna del Día Internacional de la Mujer fue el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en esa misma ciudad, el 25 de marzo de 1911, que causó la muerte de 146 trabajadoras, la mayoría de ellas jóvenes inmigrantes. De las cenizas de ese trágico evento surgió la llama de la búsqueda de justicia social para mujeres y hombres». Así lo relata la propia Organización Mundial del Trabajo.

Cuando llega marzo, confieso que desearía no tener que hablar, ni discutir, ni escribir sobre el tema, y me alegraría que se pudiera pasar por alto. El día 8 de marzo está escrito con sangre. Recuerda una historia muy dramática como para frivolizar con regalos de braguitas y lápiz de labios. Reclamamos igualdad, y la igualdad significa igualdad de derechos y deberes, y es una lucha no de la mujer sola, sino de todos los que abogan por una sociedad cada vez más justa. Por eso no es el día de la mujer por el hecho de serlo, es el día de la igualdad en el trabajo, de la igualdad porque es una igual, porque puede asumir cualquier papel de los que tradicionalmente se atribuyen al varón. Por eso desligar el día de la posibilidad de asumir cualquier rol, esto es, desligarlo del trabajo, que es donde nace la reivindicación, y que explica todas las demás facetas de la vida.

Vaya mi solidaridad con millones de mujeres que son vejadas, maltratadas, humilladas, ultrajadas, violadas, acosadas y asesinadas por el machismo. Varones «machitos» que sintiéndose inferiores y valiéndose de su mayor fortaleza física, oprimen a la persona más débil. Pero esos canallas y miserables al final de sus días tendrán que rendir cuentas.

Es justo recordar a tantos nombres de mujer que lucharon y su lucha les costó hasta su propia vida por conseguir lo que se ha logrado. No ha sido fácil para millones de mujeres llegar hasta aquí, a pesar de lo conseguido. Todavía la brecha que existe entre varones y mujeres indigna, y en estos días, esos políticos llamados progresistas nos llenarán de promesas y de aparente lucha por la igualdad. Pero todo seguirá como está.

Por mucho que ellos lo quieran ignorar, como dijo Virginia Woolf: «Las mujeres han servido todos estos siglos de espejos que poseían el poder mágico y delicioso de reflejar la figura de un hombre el doble de su tamaño natural».

Eso no nos ha bastado y las mujeres nos seguimos preguntamos: ¿Cuándo el Día de la Igualdad? A los gobiernos, a las leyes, a las empresas, para ¿cuándo la igualdad real y efectiva? Seguiremos reivindicando y esperando…

Fotografía: Maria Eklind, cc.

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