sábado, 19 de julio de 2014

Cómo dar una noticia

Un hombre se disgusta al recibir malas noticias por teléfono.

Les cuento una historia ya contada. Nos ponemos en situación…

Un hombre de negocios tiene que salir al extranjero durante algunos días. Llama entonces a su fiel y apreciada ama de llaves y le explica la situación:
—Mira Eulogia, voy a salir al extranjero unos días. Cuida que todo esté bien por aquí y si hay algún problema llámame por teléfono.
—Sí señor, no se preocupe.
Tras algunos días, al no tener noticia alguna, el hombre de negocios llama a su ama de llaves.
—Hola Eulogia, ¿qué tal están las cosas por ahí?
—¡Muy mal!
—¿Por qué? ¿Qué ha pasado?
—Se ha roto el mango de la pala.
—¡Pero por Dios!, casi me provocas un infarto, me dices que todo está muy mal y el único problema es que se ha roto el mango de la pala.
Aun así y preso de remordimiento, piensa que su empleada podría sentirse mal y entonces en tono más comprensivo le pregunta:
—¿Cómo se rompió?
—Enterrando al perro.
—¿Quéééé? ¡Mi perro, al que yo amo como un hijo! ¿Qué pasó?
—Se cayó a la piscina.
—Pero ¡oye, era un Terranova!, un perro que nada muy bien, ¿cómo ha podido ahogarse?
—No se ahogó, se cayó en la piscina, que estaba vacía.
—¿Cómo vacía?; si la semana pasada yo la hice limpiar y llenar de agua para el verano.
—Sí, pero el agua la usaron los Bomberos para apagar el incendio.
—¡¿Qué incendio?!
—Es que su casa se incendió.
—¡¿Quéééé?! ¿Qué coño pasó?
—Pues que… en la Capilla Ardiente de su Sra. Madre, una vela que estaba cerca de las cortinas se cayó y se prendió fuego.
—¡¿Que mi madre está muerta?! ¡Pero, si el otro día estuvimos festejando su cumpleaños y estaba como una reina, con solo 70 años…!
—Sí, pero anteayer por la noche, su madre como no podía dormir fue a su habitación para pedirle una píldora a su esposa.
Entonces se la encontró con su mejor amigo en la cama y como consecuencia de la impresión se murió de un infarto.
—En fin, o sea que mi mujer me traicionaba con mi mejor amigo. Me ausento de la casa durante cuatro días y mi vida se ha convertido en un infierno. ¿Verdaderamente, es que no hay nada positivo?
—Sí, don Ramón, no todo son malas noticias, ¿se acuerda que la semana pasada se hizo usted una prueba para el SIDA?
—¡Sí..!
—Bueno, esto al menos le ha salido ¡POSITIVO!

¡Vaya sofoco…! No me digan que Eulogia no ha sido diplomática, esto es tener sentido común. Se las ha ingeniado para dar las noticias al ‘golpito’, poco a poco, empezando por lo más suave; así el Señor se va preparando para recibir la noticia más impactante y trágica, aunque en esta historia todas son a cual peor.

Pero vamos a lo que iba… Sin embargo, y esto no es un cuento,  en este país nuestro, los españoles tenemos experiencia sobre lo contrario, a nosotros sólo nos dan buenas noticias para recibir palos.

Cuando un político dice que «España va bien», va bien para él y sus amigos, y si dice que ve brotes verdes no lo pongas en duda, los ve él y sus amigos. Ante cantos triunfalistas los españoles ya tenemos que desconfiar y tomar medidas previsoras, como la hormiga, porque las cigarras se multiplican y ya estamos cansados, indignados e impotentes frente a tantas injusticias y mentiras.

La política está desprestigiada, la han convertido en politiquería y juego sucio. Los partidos están más preocupados por la popularidad que por la responsabilidad. Ellos, abanderando sus siglas, van de ideologías diferenciadas pero los ideales de sus programas no son firmes porque se venden fácilmente. En las soflamas no hay diferencia de ideologías, aunque al escuchar su verborrea lo parezca. Esa realidad se hace evidente mientras están en el gobierno, porque todos por igual nos dejan con la misma sensación de que al Estado lo exprimen, lo ordeñan lo vuelve inoperante y lo pudren en corrupción, quedando impunes porque son inmunes.

Todos callan y están unidos, y de acuerdo para adjudicarse concesiones y prebendas y blindarse con aforamientos, y ni los de la izquierda ni los de la derecha han dado un paso para cambiar la partitura para que la música española suene igual para todos…

Es hora de que nos den buenas noticias que nos endulce la vida. Que los que se meten a políticos sepan que son unos españoles más, pero han utilizado la ley para hacerse superiores, acaparando prebendas y privilegios. En democracia no se puede utilizar los ‘Poderes’ en propio beneficio como ocurre actualmente con estos obreros que se meten a políticos para incumplir la Constitución, creando desigualdades e injusticias, y con eso han conseguido desafecto y desconfianza hacia ‘la casta’.

No se puede ‘por mor de la crisis’ ir recortando sueldos, sueldos que en la mayoría de los casos no cubren las mínimas necesidades de una familia mientras ellos, pagados con el sudor del pueblo, siguen cobrando lo mismo y más, se asignan a su antojo lo que quieren cobrar, y con todos los gastos pagados también por el pueblo. Además, contribuyen a que el paro aumente, eliminando puestos de trabajo, mientras para ellos han montado una serie de chiringuitos pagados por el pueblo, para enchufarse entre sus afines y vivir divinamente.

No. No es justo, que unos puedan sacar maletines llenos de dinero del país evadiendo, ocultando y todos los demás delitos que acarrearía averiguar el origen de esos dinerales…, mientras que hoy en España, ‘como en tiempo de la guerra’ se está hablando de pobreza infantil, cifras alarmantes que delata las carencias de millones de familias que no tienen para alimentar a sus hijos. Es triste que 3 de cada 10 niño viva bajo el umbral de la pobreza y pasen hambre. Esto es increíble con los dinerales que despilfarran y manejan los gobiernos (aquí son muchos los que gobiernan) para hacer lo que les viene en gana, porque cada gobierno en su ‘cortijo’ destinan las partidas, como en el juego de cartas, haciendo trampas.

Cómo dar una noticia… No es cuestión de promesas, el bienestar es un derecho sagrado, y es hora de que las buenas noticias sean una realidad para todos los hogares.

Todos los españoles tenemos derecho a comer y a vivir dignamente, y que el trío; gobiernos, bancos y patronales se dejen de triquiñuelas, apaños y secretismo y tomen conciencia de que están al servicio, no para servirse…

Fotografía: Sascha Kohlmann, cc.

No hay comentarios :

Publicar un comentario