lunes, 27 de febrero de 2012

La vida se lleva dentro

Una chica extiende los brazos y siente la vida.


Fue un encuentro estelar, casual, en un lugar donde no hay reloj para marcar el tiempo, todo va pausado y sereno, y escuchas en el viento latidos y en el aire suspiros…

«Hay un momento en la vida que tú sabes quién es importante para ti, quién nunca lo fue y quién ya no lo es y quién lo será siempre», por eso, voy abriendo puertas y cerrando heridas, porque no existe ninguna fuerza que me haga olvidar a las personas que por algún motivo me hicieron feliz. Tengo alegría en el alma y luz en la esperanza, en la noche escucho cantos de grillos y de cigarras y los pájaros que cantan al alba. Serás querido porque yo te indicaré el camino, en los problemas te guían tus pasos, nada hay imposible, no estás solo, yo te ayudaré…

Imposible atravesar la vida sin que un amor nos abandone. «La persona crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo para vivirla. Uno crece cuando es fuerte por carácter sostenido por formación, sensible por temperamento y humano por nacimiento. Crezco porque creo, espero y confío. Nunca te duermas sin un sueño y despiertes sin un motivo».

La paz, la fe, el amor y la esperanza mantienen viva la vida. La vida se vive cuando entras en su misterio y te embelesa su magia. Déjate llevar del rumor del mar y deja que te acaricie el viento. Deja que te abrace el sol y que el ocaso embrujado abrigue tus sueños. Deja que el rocío te empape y las gotas de lluvia besen tu cara, y deja que la romántica luna con rayos de hechizo te bañe de plata…

Para recibir gracias y bendiciones hay que tener fe. La vida es un jardín en el que aquello que se siembra, brota; por eso debo procurar sembrar en el surco abierto, cubro de tierra con mimo y cuidado, y vigilo para que nada imprevisto lo aborte.

Tenemos que saber la importancia de nuestros pensamientos que se convierten en palabras, palabras en acciones y éstas en costumbre que forjan el carácter, por eso la importancia de cuidar que nada indeseable anide en el corazón, porque lo que hay en mi corazón tiene como destino otro corazón. Somos energía y nuestra fuerza interior tiene el poder de realizar sueños, la fe hace que nuestros deseos se cumplan.

Los pensamientos pueden ser como una piedra, unos la ven como un problema y otros sacan provecho: el despistado tropieza con la piedra, el violento la lanza, el arquitecto construye, el niño juega, el campesino se sienta a descansar y el artista se inspira y esculpe esculturas… Como la vida misma, la dificultad no está en la piedra, está en el hombre: hay que aprovechar los obstáculos para aprender sabiendo que hay que vivir por ti y por los que amamos, y recuerda que cada día es una bendición; no te lamentes por las piedras del camino, ellas te servirán para tu propio crecimiento personal.

Es bueno tener presente que el hombre posee capacidades pero también límites. Sólo desde ese conocimiento emana el poder interior, esa fuerza revitalizadora que busca el sentido vital a todo lo que acontece en rededor. Encontrar razones a lo inexplicable desde un contexto sobrenatural nos ayuda a tomar conciencia de nosotros mismos. Si en algún momento alguien extiende su mano para ayudarte, puede ser que vea lo que tú no alcanzas a ver… A veces, algunas veces, actuamos retando porque nos sentimos contrariados con lo que nos toca vivir y maldecimos nuestra suerte: no somos capaces de ver lo hermoso, todo lo hermoso que poseemos y nos perdemos en menudencias que agigantamos para presentarnos como víctimas de nuestra insensateces con ideas imaginarias que restan agradecimiento y plenitud de vida.

No quiero verte morir destruyendo lentamente tu amor propio. Mírame a mí, no tengo de qué quejarme, estoy encantada con mis raíces y he aprendido a ser cómo quiero ser. Estoy viva y no es sólo por el hecho de respirar, es porque siento latir, en lo más profundo de mí ser, el alma. Esa es la fuente y el motor de la vida.
Aunque alguien se empeñe en hacerte la vida imposible, sigue con la sonrisa en los labios, la mirada limpia y el corazón exultante de buenos sentimientos para compartirlos, porque el que muere lentamente es el que vive con rencor y odio, los demás no mueren, transcienden de la vida material a la espiritual, sin ruptura, de forma natural.

La espiritualidad es el vehículo para conectar con tu ser interior donde se esconden todos los enigmas y se encuentra al verdadero hombre. Ahí grita la voz que invita e impulsa a tomar el camino mejor, ese que trasciende religiosamente sin apego a rituales, y rindes culto a todo lo que te envuelve, porque todo es sagrado, todo viene de Dios. Dios no es religión, Dios es libertad, nos proporciona la paz y nos colma de amor. Ese amor que es alimento de la espiritualidad individual que aglutina universalmente el pensamiento consciente de un paraíso que piso y el paraíso que sueño.

Ese paraíso, morada de Dios, es lo que llamamos cielo, pero como Dios está en todas partes, pues donde está Dios, hay un cielo. Lo que sí sabemos es que el paraíso está abierto para los que moran en el Señor. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría que un día gozaremos. Sabemos que esta fase terrenal tiene límite y somos conscientes de que mientras caminamos en este mundo, estamos llamados a buscar las cosas de arriba, el lugar que con tanto amor Dios Padre nos ha preparado para estar juntos por siempre, y Jesucristo es el artífice de ese gran misterio milagroso.

Fotografía: Ilario Reale, cc.

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