miércoles, 30 de noviembre de 2011

Homo sapiens

Estatua, Casa del Conocimiento. Burdeos.


Ser humano: biológicamente, especie animal y científicamente, Homo sapiens. Aunque el Homo sapiens prácticamente desconoce los alcances y destino de su propia especie, no ha cejado en investigar para averiguar el origen de su existencia que se remonta a través del tiempo hasta el neandertal en busca de las raíces y el nexo con la humanidad actual. Aunque mucho se ha descubierto, todavía quedan gran cantidad de respuestas que clarifiquen todas las incógnitas que se presentan y que crean lagunas…

«Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano». Isaac Newton.

El humano, mientras busca pistas de su procedencia, se ha ido organizando existencialmente para definirse filosóficamente a sí mismo a través de la historia de la humanidad, otorgándose un propósito positivo o negativo de su propia existencia.
Los humanos son conscientes de sí mismos, esa capacidad les lleva a plantearse proyectos de tipos diversos: religiosos y culturales, creando códigos morales y dogmas orientados al manejo de ciertos comportamientos y responsabilidades frente a peligros provenientes de la naturaleza y del propio humano.

La morfología humana, como en todas las especies, posee un nivel alto de complejidad, por la interrelación tan compleja que mantiene en funcionamiento cada órgano, sistema, aparato, tejido.
Si el cuerpo humano nos sorprende no digamos la mente. El cerebro, esa masa gris, encierra los mayores misterios que se pueda uno imaginar. Los pensamientos definen todo lo que la mente puede generar, tanto las actividades racionales del intelecto como las abstracciones de la imaginación. Todos los aspectos de entendimiento y conciencia combinan la capacidad de raciocinio, percepción y emoción que abre las puertas a la imaginación y atrapa en su memoria todos los aspectos voluntarios e involuntarios… Malo, si por ser «listo» utilizas lo perverso, y a conciencia y voluntad mientes para dañar a alguien y te burlas alegando que fue sin querer, queriendo, y no te arrepientes…

«El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho».
William Shakespeare.

La palabra sabiduría deriva de saborear, gustar y gozar de la verdad. La sabiduría es la forma correcta de aplicar el conocimiento de lo elemental de la vida.
Podemos decir que la sabiduría va más allá que el mismo intelecto y se desarrolla si posees la habilidad de aplicar con inteligencia la experiencia para sacar conclusiones que nos aporten un mayor entendimiento y nos lleva a reflexionar para llegar al discernimiento de la verdad, de lo bueno y lo malo, y está muy interrelacionada con la moral, con la acción y el desarrollo del buen juicio y del sentido común.

«Con sabiduría se edifica la casa, y con discernimiento resulta firmemente establecida. Y con conocimiento los cuartos se llenan de todas las cosas preciosas y agradables de valor».
Proverbio.

En la historia de la humanidad ha habido grandes sabios, sabios que estudian, observan y trabajan para desarrollar amplios conocimientos que ponen en práctica y comparten para el bien común; ahora que, la sabiduría aplicada sabiamente que admiro es la del rey Salomón. Él, en el momento de ponerse al frente de su gente sólo pidió a Dios, sabiduría para regir a su pueblo con acierto y justicia y así fue, justo y sabio.

¡Cuánto bien aportan los sabios! En todos los ámbitos se necesitan hombres sabios y justos. Urge en España un gobierno de hombres sabios, con arrojo y responsables para sacar al país del abismo, porque vamos descubriendo, un día sí y el otro también, la sensación de que gran número de los políticos de turno son «unos listillos» al acecho de la oportunidad de «pillar» creyendo que no van a ser pillados y se pillarán más tarde o más temprano…Y es de justicia que paguen. Sí, me niego a creer que todos los que se aprovechan de los ciudadanos, les «roban y engañan», podrían quedar impunes. No quiero pensar que no hay justicia cuando se trata de los más poderosos.
La sabiduría es el juicio sano basado en conocimiento y entendimiento y la aptitud de valerse con éxito de ello para resolver problemas y evitar peligros para alcanzar ciertas metas.

«El sabio: donde mora, se acerca más deprisa a la tierra. En el gobierno, se acerca más deprisa al orden. Hablando, se acerca más deprisa a la verdad. Haciendo tratos, se acerca más deprisa a los hombres. Actuando, se acerca más deprisa a la oportunidad. En el trabajo, se acerca más deprisa a la competencia. En sentimientos, se acerca más deprisa al corazón… No lucha, y así permanece libre de culpa».

Mi apuesta es que nos acerquemos a la sabiduría de la verdad para alcanzar el amor.

«Hay dos maneras de difundir la luz… ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja».
Lin Yutang.

Fotografía: Adrien Sifre, cc.

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