"El hermano es un trozo de niñez que nunca olvidaremos". Pero, un hermano no necesariamente es un amigo. El concepto de "hermano" y el concepto de "amigo" pueden tener algunas similitudes, pero también hay diferencias significativas.
En términos generales, la definición "hermano" se utiliza
para referirse a una persona que comparte la misma sangre y vínculo familiar,
mientras que "amigo" se refiere a alguien que ha desarrollado una
relación basada en la afinidad, la simpatía y el afecto mutuo.
Aunque la relación entre hermanos se basa en el parentesco,
no siempre es una relación cercana y afectuosa, porque las envidias y las rencillas destruye los vínculos. Por otro lado, los amigos
pueden ser personas que no tienen ningún vínculo familiar, pero que comparten
intereses y valores comunes y tienen un fuerte lazo emocional.
En algunos casos, una persona puede considerar a un amigo tan cercano y querido que lo ve como a un hermano. De hecho, el término "hermano" se utiliza en un sentido metafórico para describir una relación de amistad profunda, cercana confiable y duradera. Aunque la relación no se basa en el parentesco, la amistad puede ser tan significativa y duradera como la relación entre hermanos biológicos, explica José A. Ferreira Dapía.
Es importante tener en cuenta que la relación entre hermanos no siempre implica una amistad cercana. Aunque los hermanos comparten una conexión única basada en el parentesco, no necesariamente significa que tengan los mismos intereses, valores y personalidades. A veces, las diferencias entre hermanos pueden generar conflictos y una falta de cercanía emocional. Y aunque haya amor y respeto por el vínculo familiar, puede ser difícil considerarse amigos cercanos.
Es muy posible que los hermanos no tengan la misma afinidad y
conexión emocional que se desarrolla en una amistad cercana. En cambio, su
relación puede ser más funcional, basada en la responsabilidad familiar y en
mantener una relación cordial, pero distante.
Se considera a un amigo cercano como un hermano, especialmente si la relación se ha desarrollado a lo largo del tiempo y se ha fortalecido a través de confidencias de experiencias compartidas de momentos buenos y otros no tanto. En algunos casos, los amigos cercanos pueden llegar a tener un vínculo tan fuerte que se consideran parte de la familia y se llaman "hermanos" de corazón. Este término describe una relación cercana y de apoyo emocional que se asemeja a la de hermanos de sangre.
Pero esa envidia... La envidia entre hermanos es un problema común que puede surgir en cualquier familia. A veces, se produce cuando los hermanos sienten que no se les trata de manera justa o que uno de ellos recibe más atención o afecto de los padres; otras veces es por egoísmo, por querer ser el centro de toda atención de los padres; y muchas veces son por motivos infundados, lo cual nos lleva a pensar que deben tener alguna dificultad para gestionar sus propias emociones.
La envidia se manifiesta de diferentes maneras: con celos, hostilidad y agresividad. Los hermanos pueden sentir que están en una competencia constante por el amor y la atención de los padres, lo que puede generar sentimientos de resentimiento hacia el hermano que parece estar en una posición más privilegiada, bien por ser más pequeño, por estar enfermo, por ser alegre cariñoso con sus padres. Llama la atención que un niño pueda estar controlando como interactúan los demás para sopesar que a todos se quieran menos a él.
La envidia también puede surgir cuando uno de los hermanos es
sociable y simpático y despierta admiración sus hechuras o que tenga habilidades o talentos especiales que el otro no tiene, lo que puede hacer que
el hermano menos talentoso se sienta inseguro o inferior y llevado de los
celos, trate de dañarlo y de difamarlo.
Entre los hermanos pasa algo sorprendente, hermanos con los mismos padres, educados con las mismas enseñanzas y valores, y resulta que aparecen comportamientos y actitudes bien diferenciadas y alejadas de las vivencias que transmitieron los padres. Sabemos que cada persona es única, pero al vivir bajo el mismo techo se aprende, se imita, se comparte... Es ahí, en las diferencias, donde la envidia puede aparecer. Aunque los padres fomenten una cultura igualitaria de apoyo y respeto mutuo en la familia, pero aun así, nada se consigue, porque para los envidiosos no hay lecciones que valga. Ellos viven en un sin vivir, empujados por sus obsesiones e instintos malévolos y hasta que no daña al que envidia, no para. Y lo peor de esta gente envidiosa, es que son capaces de persuadir a otros hermanos, para que se unan a su ruin plan, con el fin de desprestigiar al hermano que aborrece.
Qué hermoso pertenecer a una familia de padres amorosos y hermanos buenos y respetuosos. "Los hermanos pueden ser los mejores amigos y confidentes,
siempre que se respete la individualidad, se escuche el consejo y se acepte la
corrección".
Ojalá, todos los hermanos disfrutaran de la suerte de ser hermanos y pudieran construir una relación cercana y saludable. Esto implica una comunicación abierta, honesta y sincera, con un compromiso mutuo desde el cariño y el respeto. Esas vivencias compartidas quedaran por siempre en la memoria; llantos y risas, juegos e ilusiones. Son compañeros de juegos, peleas y confidencias. Hermanos que apoyan y consuelan, que alegran y animan, que son bastón y alas.
Nos queda claro que lo deseable sería que los lazos de sangre entre los hermanos fueran inalterables, pero, por desgracia, suele surgir ese hermano enemigo celoso y conflictivo que altera la convivencia y complica las relaciones. Y cuando tu hermano se convierte en tu enemigo, echas de menos a ese amigo hermano, de corazón mucho más poderoso que todas las diferencias que puedan surgir. Ese compañero incondicional que siempre estará a nuestro lado, pase lo que pase, porque siempre permanecerá ese vínculo sincero, inquebrantable que nace en el corazón y permanece para siempre.
Hermano amigo: amigo hermano. "Un verdadero hermano es un regalo para el corazón y un amigo para el
espíritu".
Fotografía: Internet
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