Si vamos a morir, ¿cuál es el sentido de la vida? Es justo al revés: el hecho de que vamos a morir es lo que da sentido a la vida. ¿Qué sentido tendría la vida si fuéramos eternos? ¿Por qué me voy a esforzar hoy si lo puedo hacer dentro de seis meses o dentro de seis milenios? Por el contrario, se me ha dado la oportunidad (sin yo pedirla) de abrir los ojos al universo, contemplar sus maravillas, vivir experiencias únicas, aprender y convivir con otros como yo; y un plazo (unas pocas décadas a lo sumo) para hacerlo: eso llena de sentido mi vida. Una vida sin tiempo, pero limitada; pues aprovechemos el tiempo, porque el tiempo dura lo que dura la vida.
Como decía el sabio Sócrates “el hombre que no piensa sino en
vivir, no vive”. Al igual que vivir, morir forma parte del ciclo de la vida,
sin embargo, en muchas culturas, entre ellas la occidental lo difícil es
aceptarlo. Ahí comienza el miedo y el sufrimiento, la negación ante una
realidad que ya conocemos, pero que no queremos que llegue.
Y cuando el miedo se convierte en una pesadilla nos llenamos de ansiedad, y ese estado perjudica al
día a día, entonces, ya estamos hablando de la tanatofobia. ¿De dónde surge el nombre? En la
mitología griega, Tánatos era el dios griego de la muerte. Hoy su nombre se
relaciona con la muerte.
La tanatofobia solo afecta al dos por ciento de la población.
No obstante, sin obsesionarnos, es buen pretexto para recordarnos que hay que
pensar en la muerte y sobre todo, aprender a verla como parte de este viaje que
es la vida. Exponer lo que se teme es una de las técnicas que ayuda a ver las cosas con matices, porque entre lo negro y lo blanco están los grises.
“En nuestra sociedad ha habido un cambio en las últimas décadas con respecto a la muerte. Antes se le rendía culto en rituales de largos duelo. Ahora, ha ido evolucionando hacia una negación y una ocultación de la muerte. Cuando muere alguien no hay niños, ni se les habla de lo que significa morir y eso genera un efecto negativo”, dice el psicólogo, Antonio Caso.
Teniendo miedo de la muerte entregamos la libertad de la vida. Pero, si vamos a morir, ¿cuál es el sentido de la vida? La pregunta del millón. Si te haces esta pregunta, es porque tu vida actual no está llena de luz, porque no vives el aquí y el ahora. La vida tiene mucho sentido, aunque el tren solo pasa una vez. Debemos dar las gracias cada mañana por haber existido, por la salud de la que se goza, por haber disfrutado de este mundo, por comer y respirar, por haber conocido a personas maravillosas, por tener una familia, por vivir en una sociedad democrática, por tener derechos, por saber distinguir el bien del mal, por tener un trabajo que realizar, por tener en qué ocupar el tiempo, por poder contar con buenos amigos, por haber aprendido y adquirido conocimientos increíbles, por haber dejado una huella en la posterioridad que otros verán.
Y, entonces ¿por qué el miedo a morir? Realmente es que no le encontramos el sentido al nacer para morir, sin embargo, esa es la realidad. Muchos pensarán que si
haces buenas obras dejas buenas huellas y vivir habrá valido la pena, pero al que muere, pronto se olvida y sus obras las disfrutarán otras
personas. La vida te impone sobrevivir y ese es el único sentido que tiene la
vida. Todo lo que hacemos es desechable y todo lo que nos cuesta mucho trabajo
hoy, mañana ya no tiene importancia. Tanto trabajo para nada, ese sería el resumen de
la vida, pero así es… La realidad es que nacemos para morir y la supervivencia
es sobrevivir, es tirar, consumir, destruir, descartar. Nadie pide nacer, es
una cadena impuesta a los que vivimos un breve tiempo disfrazados de
complejidad, donde lo más complejo es saber el porqué naces simplemente para morir y ser enterrado en el olvido. Aunque también pudiera ser; que los que viven son los muertos y los muertos son los que viven.
La vida es la que es: Llegaste desnudo y te irás desnudo. Llegaste débil y te irás débil. Llegaste sin bienes y sin dinero y te irás sin bienes y sin dinero. Entonces, ¿por qué tantos recelos, tantos odios, tantas envidias, tantos resentimientos? Sé bueno y haz cosas buenas. Tenemos un tiempo limitado en la tierra, no lo desperdicies en cosas innecesarias. No te olvides de que el amor da los mejores frutos y el mundo está muy necesitado de amor, vive la vida con alegría y agradecimiento. La vida es un viaje corto, vívela conscientemente. Tenemos la libertad de elegir qué persona queremos ser, que valores queremos compartir, que tan lejos queremos volar. Nosotros elegimos cuál es la razón que nos impulsa cada mañana a vivir. Así es la vida, y para hacer el camino, juntémonos con buenos compañeros... Cuidemos del cuerpo y del alma. La salud es la fuerza del cuerpo; el amor es el impulso del corazón y la paz es la armonía que nos permite disfrutar de una vida en plenitud.
"Somos un suspiro en la vida, disfrutémosla antes de que el aire se acabe".
De todas las cosas que valen la pena, hay una cosa que constantemente pasa inadvertida: la vida. Verdaderamente, no somos eternos; la vida que conocemos es la que vivimos, pues vivamos sin miedos, porque el miedo nos roba vivencias... ¡Vive la vida! Respira, abre los ojos, escucha tu voz interior, busca tu felicidad, lo que
amas, lo que te hace sentir bien, la vida te ofrece un amplio abanico de posibilidades. Por eso, vive la vida en plenitud, saborea cada
momento, porque cada momento es único e irrepetible. Eso es vivir y la vida es ahora… Mañana
Dios dirá.
Un beso al cielo por esas personas que nos dejó un vacío inmenso, pero que nos envía fuerzas para seguir de pie...
Fotografía: Internet
No hay comentarios :
Publicar un comentario