Hay gente medicina, gente que tiene en sus brazos un bálsamo que calma los dolores. Gente cuya voz tranquiliza a los demonios y trae de regreso la esperanza con una palmada.
Hay gente que limpia tu espejo para que puedas volver a verte
como realmente eres.
Hay gente que escucha, que te mira a los ojos, que rearman lo
que se rompió, con una taza de café y una buena conversación.
Hay gente que limpia los escombros de un derrumbe que no
provocaron.
Hay gente con la que uno sonríe sin motivo, gente que incluso
abraza nuestro espacio oscuro, sin prejuicio y sin señalar.
Hay gente que no se aprovecha de nuestra vulnerabilidad, que
tampoco te obliga a estar bien.
Hay gente que trae vendas que le sobraron de su propia
tragedia y te las pone en tus heridas, aparecen sin que los llames, aunque
siempre contestan si lo haces, te reconocen el dolor, aunque lo maquilles y
sonrías.
Gente que en lugar de decirte que ya no llores más, llora
contigo, camina contigo. Te muestra los caminos que no logras reconocer.
Larga vida a esa gente que cura, que ama, que sana, que
aparece cuando la necesitas, que no abandona, que espera, que abraza.
¡Larga vida a esa gente que es medicina!
Lalo Yaha
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