La ausencia más presente… Aprende a regalar tu ausencia a quien
no valora tu presencia.
A veces, la mejor manera de hacer frente a una persona que no
valora nuestra presencia es simplemente darle lo que quiere: ausencia. No
tenemos por qué sufrir y tolerar a alguien que no nos valora y nos hace sentir
mal. En lugar de eso, podemos decidir regalarle nuestra ausencia y apartarnos
de esa persona. Alejarnos de aquellos que no nos valoran suele ser la mejor
opción para garantizar nuestro bienestar.
Verdaderamente no solemos valorar lo que tenemos. A
veces, ocurre que de pronto te vas dando cuenta que algo negativo se percibe en el ambiente, que personas que te apreciaban y en principio
deberían apreciarte, te muestran deprecio. Las situaciones de este tipo son muy
dolorosas y es por eso que debemos dejar de taparnos los ojos y tratar de averiguar qué es lo que se está tramando. La mejor actitud que podemos tomar es la de
protegernos de este tipo de relaciones que a tu espalda traman algo contra ti, porque eso acaba deteriorando y mermando
nuestra autoestima y nuestra salud emocional.
Cuando sufrimos porque alguien nos ignora no nos percatamos de que eso no es reflejo de nuestra valía personal, lo más probable es que esa persona se está dejando llevar de emociones insanas, y de un corazón corroído e insano hay que alejarse.
De todas formas, no vale de nada luchar contra viento y marea por una persona que no mueve ni un dedo por ti. No sirve ayudar constantemente a alguien que no está interesado en atendernos. No nos hace bien dar sin recibir. No podemos dedicarnos a los demás y olvidarnos de nosotros. Y es que la única gratitud sin la que no podemos vivir es la gratitud a uno mismo, pues es el pilar del amor propio y el cimiento de nuestro crecimiento personal.
Aunque nos cueste, hay que alejarse de la gente enredadora en favor de nuestra
salud. No hay nada más doloroso y desgarrador que ver a una persona que tú
quieres, que de pronto va cambiando su actitud para contigo, que notas como te va
dando de lado argumentando supuestos hechos, supuestos falsos motivos que
esconde una doble intencionalidad, ganar adeptos para que sean cómplices de su perversidad. Cuando nos
enfrentamos a situaciones complicadas en las que alguien descaradamente nos
ignora, podemos hacer uso de la indiferencia.
Conseguir que lo que alguien haga o no haga no nos afecte
actúa como un bálsamo. Puede que al principio nos cueste, pero vale la pena el
esfuerzo cuando se trata de evitar nuestro deterioro emocional. Hay que regalar
ausencia cuando sea necesario.
Quedarse cerca de alguien en quien no puedes confiar, puede
ser ir demasiado lejos, por lo que una buena solución es obsequiar a esas
personas con nuestra ausencia. Si optamos por esta opción, es posible que nos cueste aceptar que verdaderamente alguien con quién has vivido y compartido tu existencia (tus propios hermanos), puedan estar en connivencia maquinando hundir tu prestigio con falsos testimonios y mentiras, para crear un personaje digno de desprecio. Y si pides explicaciones te contestan cínicamente que, tú estás loca, tú quién te crees que eres... Aunque duela, habrá que sacar fuerzas para seguir adelante, pero no queda más que apartarnos del camino en el que nos apedrean. Está claro que frente a ciertas actitudes tenemos que encomendarnos al cielo para tomar la mejor decisión y "regalar tu ausencia" es una conveniente decisión. Resulta doloroso a corto plazo, pero sin lugar a dudas, convivir con nosotros mismos
es la más deseable: aconseja la psicóloga Raquel Aldana.
Por esta razón, tenemos que trabajar nuestra decepción y
dejar de caminar jugándonos la vida. Hay que saber cuándo es conveniente
regalar nuestra ausencia. Entonces será el momento de dejar atrás y de no
olvidarnos de que son situaciones imprevistas, que al poder superarlas, encierran en ellas una gran
semilla de crecimiento y de liberación.
“Cuando mantienes tu resentimiento hacia otra persona, estás
amarrado a esa persona o a esa situación, por un vínculo emocional que es más
fuerte que el acero. Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y
lograr la libertad”.
Catherine Ponder.
Cuando regalamos nuestra ausencia a quienes no nos valoran,
estamos enviando un mensaje claro: no eres imprescindible. No te necesito. Mi vida no la comparto con quienes no me quieren ni me valoran. No te tengo por qué dar mi tiempo ni mi compañía si no me estás dando lo mismo a cambio. Dar y recibir; recibir y dar.
Al alejarnos de esas personas estamos liberando espacio en
nuestra vida para gente que sí nos valora y nos hace sentir bien. Estamos
tomando el control de nuestra vida y decidiendo quienes queremos que formen parte de mi espacio vital. Y eso es algo muy poderoso.
Así que, si te encuentras en una situación en la que sientes
que no estás siendo valorado, no dudes en darle la ausencia a esa persona. No
te merece la pena sufrir por alguien que no te aprecia.
"Algunas veces hay que sacar gente de nuestra vida sin aviso. Ya estamos grandes para explicar lo que ellos saben que están haciendo mal".
Tratemos de liberar el dolor y aunque cueste perdonar, perdonemos... Darle alas al sufrimiento es la
única manera de no hacer de nuestro cuerpo la tumba de nuestra alma.
Fotografía: Internet
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