domingo, 1 de enero de 2023

Deseos para un nuevo año

 


Adiós diciembre, un mes lleno de alegrías, pero también de grandes tristezas, unos tendrán a su familia completa, otros ausencias forzadas y ausencias injustificadas y miles de recuerdos... Despedimos el día de tan especial mes y nos damos cuenta que otro año termina, y por fortuna, otro año está por empezar…

Y para este nuevo año todo son buenos deseos, mi deseo de los deseos es que todo deseo se cumpla... Te deseo tanta Salud como agua tiene el mar, tanto Amor como estrellas tiene el cielo y tanta Suerte como arena tiene el desierto. Un brindis por las cosas buenas que nos han sucedido y por las malas que nos han ayudado a crecer y a ser más fuertes. 365 días de esperanza. 365 días de nuevas oportunidades.

Da igual si este año fue bueno, regular o malo, siempre hay algo bueno por lo que dar las gracias, y algo realmente adorable y entrañable de estas fechas, es que también siempre hay alguien o algo a lo que le dedicamos nuestros más sinceros y hermosos deseos para el año nuevo que comienza, y empezamos a programar nuevas metas, nuevos objetivos, nuevos propósitos y con las ilusiones encendidas el camino se nos hace más llevadero. 

Decir que las culturas occidentales celebran la llegada del Año Nuevo desde hace tan sólo unos 400 años, pero esta tradición se remonta a hace nada más y nada menos que 4000 años. La fiesta como tal comenzó en la antigua Babilonia (hoy Irak) alrededor del año 2000 a.C., y aunque el que era el año nuevo de los babilonios coincide con nuestro mes de marzo, podemos apuntar hacia ellos como los responsables de iniciar esta hermosa tradición de los propósitos de año nuevo. Sí, no hemos inventado nada. Claro que el que era el más popular de los deseos dista mucho de quitarnos vicios o perder unos kilos o devolver las herramientas agrícolas. Quizás nos acerquemos un poco más al de los antiguos romanos cuyo propósito más generalizado era el de pedir el perdón de sus enemigos, algo que cuadra más con nuestra idea de empezar el año nuevo sin cargas emocionales y siendo buenos y positivos.

Con el final de los 365 días se acaba el año y nos da por proponernos una lista de cosas con las que creemos que podríamos ser más felices que el año que termina. Quién más o quién menos, en estos días nos da por revisar nuestros propósitos para ver qué cosas podemos incluir, cuántas matizar y las que debemos exterminar de nuestro día a día para mejorar nuestras vidas. Aunque con los propósitos nos faltan ideas porque siempre se repiten: cambiar de trabajo, perder kilos, hacer un viaje, aprender idiomas, y, porque no poner en la lista también lo de ser mejores personas... 

Como si de otra tradición navideña más se tratase, vuelven a salir a la palestra los propósitos que nadie consigue cumplir. ¿Por qué ocurre esto? ¿Nos falta constancia en la obtención de nuestras metas, somos demasiado impacientes, o realmente nos hemos venido demasiado arriba con esos deseos a realizar? La doctora Andrea Bonior plantea en Psychology Today que para que los propósitos se cumplan y sean todo un éxito, la clave está en reajustar y amoldar estos deseos a nuestras verdaderas capacidades y posibilidades de mantener ese compromiso: “Hay que encontrar el equilibrio adecuado para que sea un reto, pero no irreal, y también tenemos que plantear estrategias y métodos para cumplir esas metas”.

Bonior insiste en que hay que ser realistas y centrarnos sólo en un propósito en lugar de ponernos una numerosa lista para buscar “una transformación extrema de todo nuestro ser” o dar más importancia al proceso que al resultado.

Cada año en la lista se repite más de un deseo que nunca se cumple, pero seguimos pidiéndolo al sonar las 12 campanadas mientras comemos las 12 uvas. Seguro que si no se cumple el deseo es que pedimos sin propósito de cumplirlo. Aquí no hay magia, para que no desperdicies los deseos de las 12 uvas hay que ponerse manos a la obra para ayudar a que se cumplan. No tengas miedo a soñar en grande, pero recuerda que para hacerlos realidad, necesitarás un compromiso al menos del mismo tamaño que el de tus deseos.

Sé positivo. Un deseo puede llevar un tiempo para cumplirse, pero debes mantener una mentalidad positiva, ser optimista y creer en ti, porque la buena actitud es una gran motivación para luchar por lo que quieres hasta conseguirlo.

Sé constante. Un deseo complejo requerirá de tu parte un mayor grado de compromiso y trabajo que un deseo simple. De cualquier forma, la constancia es determinante para conseguir lo que deseas y superar con éxito los obstáculos del camino.

Estamos acostumbrados a postergar, porque se vive bajo la lógica de “si tengo que hacerlo ya lo haré”. Vivimos bajo el esquema de “ya voy, ya lo hago” y nos hemos acostumbrado a decir “bueno no hay que correr, esperemos un poquito”.

No demores cuando son decisiones importantes, porque los resultados también serán importantes. Las decisiones vitales que hacen bien, que aseguran cambios positivos, crecimiento personal, mejoras en la salud, optimización del tiempo que nos permite acercarnos a personas positivas, decisiones que nos alejen de personas tóxicas, acciones que nos permitan vivir tranquilos, decisiones que nos permiten tener menos carga emocional y andar más ligeros, son decisiones que hay que tomarlas hoy, y no mañana.

Verdaderamente son pocos los deseos que se cumplen por arte de magia, generalmente tenemos que trabajar con constancia para hacerlos realidad. Por lo tanto, tomar acción para conseguirlo debe de ser tu propósito, eso es determinante para que un deseo se haga realidad. Este Año Nuevo no te conformes con pedir deseos, busca la manera de hacerlos realidad. ¡Suerte!

¡Año nuevo, vida nueva! Lo pasado pisado, lo bueno guardado y lo malo olvidado... Cierra los ojos y piensa en todo lo que te hizo sonreír en el año que termina y olvídate de lo demás. Ojalá para este 2023 esas sonrisas se multipliquen por mil, para que revitalice y renueve en nosotros la esperanza, la salud, la prosperidad, el bienestar y la felicidad.

Vamos a comenzar este año nuevo caminando con fe y poniendo cada proyecto en las manos del Señor. Que Dios nos regale  un año lleno de felicidad y fraternidad, y sobre todo que no nos falte sus gracias y bendiciones. 

Yo brindo por los que me quieren y quiero. Por lo que ayer me dolió y hoy superé. Por los que supieron dejar una huella en mi vida y no una cicatriz. Por los viejos tiempos y sus grandes momentos. Por lo que se fue, por lo que está y por lo que vendrá. Por los que partieron, pero están en mi corazón. Por las bendiciones recibidas y las lecciones aprendidas. Por los que me transmitieron la fe y que ilumina mi esperanza. Po todos aquellos con los que compartí una sonrisa, una lágrima, un sueño, un instante y dejaron huella en mi corazón.

Para este 2023 le deseo a toda gente de bien: Salud, Éxito, Prosperidad y mucho Amor, porque habiendo amor, todos los deseos se hacen realidad. A los me quieren y quiero, y a los que me quisieron y ya no me quieren, les deseo mucho amor para que no les falte de nada. ¡Feliz Año Nuevo!

 

Fotografía: Internet

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