«Mamá, ¿puedo dormir hoy en la casa de la abuela?».
Escuché a un niño preguntar a su mamá.
Cuando miré al niño me hizo volver al pasado con solo una
frase, me quedé pensando y viajé lejos con el recuerdo… y me pregunté: ¿Cuándo
pasó el tiempo y nos hizo adultos llenos de prioridades aburridas?
La casa de la abuela es una de las cosas que todo el mundo
necesitaría para ser feliz.
La casa de la abuela es donde las agujas del reloj toman
vacaciones junto con nosotros y pasan los minutos sin prisa de llegada.
La casa de la abuela es donde una simple pasta y un pan casero ganan sabores diferentes, deliciosos.
La casa de la abuela es donde una inocente tarde puede durar
una eternidad de bromas y fantasías.
La casa de la abuela es donde los armarios esconden prendas
antiguas y herramientas misteriosas.
La casa de la abuela es donde las cajas cerradas se
convierten en cofres de tesoros secretos, listos para ser descubiertos.
La casa de la abuela es donde los juguetes rara vez están
listos, porque se inventaron recién.
La casa de la abuela, es en donde todo puede pasar
increíblemente y sin preocupaciones.
La casa de la abuela es donde la gente encuentra los restos
de la infancia de nuestros padres y el inicio de nuestras vidas.
La casa de la abuela, solo adentro, en la dirección de
nuestro afecto más profundo, todo está permitido. Este maravilloso momento no
me pertenece más, lamentablemente, vivirá conmigo sólo en recuerdos, aun así,
si pudiera pedir un deseo, pediría lo mismo que ese niño:
¿Puedo dormir hoy en la casa de la abuela?
Saulo Subirá-2015
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