Las almas nobles son como la madera del sándalo, perfuman hasta el hacha que las golpea.
La verdadera nobleza es la humildad, es la ayuda
desinteresada, es callar la boca antes de ofender, el aceptar a las personas
por lo que son y no por lo que uno quiere que sean. Es tener la sensibilidad
interna para experimentar lo que otro siente y crear una conexión, llegando a
entender sus momentos de desánimo y de profunda alegría, porque todos merecemos
estar bien, aunque muchos lloran en silencio esperando que alguien los motive a
seguir y los aliente a caminar.
“La verdadera nobleza consiste en saber valerosamente sufrir
por los demás y no permitir que los demás sufran por nosotros.” Thomas Carlyle.
El alma le hace caso al corazón; en eso reside toda su nobleza... La nobleza del alma vale más que cualquier riqueza.
La nobleza como valor humano es el verdadero valor de una
persona y no se mide por las ropas que usa o por los bienes que posee. El verdadero
valor de una persona se mide por su carácter, sus ideas y la nobleza de sus acciones.
La verdadera nobleza es caminar toda la vida con pasos que
salen del corazón; que tus actos estén de acuerdo con tus ideas, aunque el
precio sea alto. La verdadera nobleza se adquiere viviendo.
En cada lugar de la tierra el sol sale al amanecer, no hay
razas inferiores; todas ellas están destinadas a alcanzar la libertad ya que la
verdadera nobleza se adquiere viviendo y no naciendo. Todos los hombres son
iguales y la diferencia entre ellos no está en su nacimiento, sino en sus virtudes.
La nobleza se considera como una clase social
compuesto por individuos que tienen un ancestro real que los coloca en tal
posición en la sociedad. En el ámbito de
los valores humanos se conoce como ‘nobleza’ a la capacidad que tiene el ser
humano para entender y propiciar el bienestar propio y de sus semejantes a
través de otros valores como la empatía, la solidaridad y el amor.
De esta forma, una persona que practique la nobleza procurará
siempre escuchar y comprender a las personas de su entorno, a fin de ser
solidarios y ayudarlos en aquello que necesiten. Igualmente, una persona noble
será aquella que siempre estará alerta de los estados de ánimos de sus
familiares y compañeros, a fin de acudir en apoyo de aquellos que estén
atravesando momentos de necesidad y tristeza.
Así mismo, el valor de la nobleza incluye la capacidad de
poder perdonarse a sí mismo y a los otros, se hayan o no disculpado. En este
sentido, noble será aquel que esté dispuesto a ayudar a alguien así estén
disgustados o el otro le haya ofendido sin pedir perdón nunca. Un valor por sí
mismo importante.
Por otro lado, algunas disciplinas como la psicología han
señalado el impacto individual que tiene el valor de la nobleza. En sintonía
con esto, profesionales del comportamiento humano han indicado que en la medida
en que un ser humano integra la nobleza dentro de su sistema de valores, será
una persona percibida por su entorno como un ser comprensivo, accesible y
solidario, generándole relaciones interpersonales sólidas, basadas en la
amistad y la cooperación, lo que a la larga también se traducirá en una alta
autoestima y en el fortalecimiento de la alegría y la felicidad.
Desde un punto de vista más social, los psicólogos también
han descrito los beneficios que presenta una sociedad donde la mayoría de sus
miembros practiquen el valor de la nobleza, pues según lo indicado será una
comunidad que establece relaciones interpersonales positivas y de cooperación, que produce unión en la comunidad haciéndola avanzar conjuntamente hacia
estadios de solidaridad, que van reduciendo los índices de inequidad o
desamparo. De tal modo, por ser un valor estrechamente relacionado con la
capacidad de perdonar, será también una sociedad donde las personas no guarden
rencor ni busquen venganza, alejándose así de escenarios de violencia y por el
contrario se acercan a la armonía del bienestar.
¿Cómo se adquiere la Nobleza? A pesar de que el valor de la
nobleza es un hecho natural e inherente al ser humano, la psicología ha
señalado la pertinencia e importancia de dar ejemplo, enseñarlo y estimularlo
en los niños, a fin de formar adultos que sean conscientes de la necesidad de
que tanto ellos como los otros sean felices y vivan en un estado de bienestar.
Como siempre que se trata de la enseñanza de una actitud o valor, la mejor herramienta será el ejemplo. De esta forma, un niño que crezca viendo cómo sus padres son empáticos y solidarios entre ellos, así como con los otros de su entorno, conocidos o no, será un infante y un adulto que tenga conciencia de las emociones y situaciones de sus semejantes, al tiempo que buscará ayudarlos en sus situaciones difíciles.
Las buenas acciones, el dar de corazón eso que llaman la nobleza del alma, vale más que cualquier riqueza material. Si ofreces tu ayuda y apoyo sin esperar nada a cambio jamás te sientes pobre, eres un ser humilde que da cuanto posee. Hay un caudal de sentimientos fluyendo en todo tu ser, posees una fortuna invaluable dentro de ti.
Las personas nobles y sensibles hacen todo con el corazón, y
aun teniéndolo lleno de cicatrices, nunca cambiarán. Continuarán haciendo todo
con el corazón, porque esto no se trata de una elección sino que es una manera
de ser, una manera de vivir.
“La verdadera nobleza es caminar toda la vida con pasos que
salen del corazón; que tus actos estén de acuerdo con tus ideas, aunque el
precio sea alto”. Rosa Montero.
Fotografía: Internet
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