Unas alas abiertas expresan libertad, capacidad, poder.
Expresan que nos ponemos en camino para cumplir una misión. Expresan que
tenemos confianza y seguridad en nosotros mismos. Expresan libertad de acción…
Representan ligereza, espiritualidad, posibilidad de volar y
elevarse al cielo. Aspiración del alma al estado supraindividual. Trascendencia
de la condición humana. Facultad cognoscitiva, imaginación, pensamiento,
libertad y victoria.
Las alas en las diferentes culturas guardan cierto
simbolismo casi religioso, como por ejemplo…
Hindúes: Liberación de la materia, fruto de la contemplación.
Permiten alcanzar el paraíso. En el Rig Veda representan la inteligencia, como
la más rápida de las aves. El Arquitecto Celestial crea el mundo agitando sus
brazos guarnecidos de plumas.
Egipto: Cuando los dioses egipcios portan alas, indica que
están protegiendo, ya sea a los que cubren con ellas, como a los recintos y
templos, sobre cuyas puertas se ponía una representación alada de Amon Ra.
Reunidas la serpiente Butho y el buitre Nekhebet, símbolos del bajo y el alto
Egipto respectivamente, darán nacimiento a una serpiente alada (que recuerda a
la célebre serpiente emplumada, el Quetzalcoatl de los aztecas), representando
la unión del cielo y la tierra.
América: Símbolo del cielo al que puede elevarse con sus
alas; el águila en Méjico y el cóndor en Perú representan el sol. El ave
simboliza la regeneración, el trabajo realizado en la tierra y le permite
volar hacia un mundo superior (esto nos recuerda también al escarabajo egipcio
que, tras irse arrastrando por la tierra, al final de su vida despliega sus
alas para dirigirse al sol). El colibrí simboliza el astro en su nacimiento y
el alma que se eleva de la tierra.
Grecia: Hermes las lleva en los talones, símbolo del viajero
y del mensajero, de los sueños, del impulso, de la dinamización. Los griegos
representan con alas al Amor y a la Victoria. Según Platón, las alas son
símbolo de la inteligencia; por esta causa aparecen en algunos animales
fabulosos, como Pegaso, expresando entonces la sublimación del simbolismo
específico del animal.
Cristianismo: En el simbolismo cristiano, las alas no son
sino la luz del Sol de Justicia, que ilumina siempre la inteligencia de los
justos. Dios protege con la sombra de sus alas (Salmos) y el hombre que se
aleja de Dios, las pierde. Los ángeles son la máxima expresión del espíritu
alado.
Todavía hay mucha gente que sabe conectar con su ángel y
desde la mística angelical nos ofrecen iluminados consejos para sanar nuestras
angustias y miedos: Con toda la fuerza que irradian acuden a nuestro encuentro
para que podamos generar una poderosa onda expansiva, luminosa y reluciente,
que diluya la oscura barrera que a través del miedo procuran densificar,
bloqueando los corazones que presienten que ya es momento de abrirse y
despertar para poder humanizar. Sentir esta incitación consciente a expandir la
más cristalina y revolucionaria señal del cambio, sirviendo por amor con las
alas abiertas.
Nos podemos preguntar cómo haremos para desencadenar un
pulsar que emita una energía tan vigorosa y brillante, sin embargo, tu espíritu
sonríe porque sabe la respuesta: nos vamos a vaciar. Daremos vuelta la bolsa
para que caiga hasta la última semilla. Por amor, liberaremos todo lo
aprendido. Vamos a compartir, sin restricciones, lo que hayamos podido generar.
Así es como lograremos provocar una profunda e increíble eclosión que abra
todos los corazones.
Podemos imaginar la
colosal ola de luz que gestaremos al transferir lo más apreciado que hemos
creado. Visualiza, a modo de ejemplo, a miles de seres liberando las patentes
de sus inventos, anulando los derechos de autor, ofreciendo sus descubrimientos
y herramientas sanadoras por amor. ¿Sentís el alto impacto? Tuvimos que
aprender para luego desaprender, recuperando la inocencia, ahora es el tiempo
de vaciarse para volver a llenarse y experimentarse en plenitud.
Vaciarse implica desapegarse. La mente protestará,
justificará su bronca en que nadie valorará el fruto del esfuerzo realizado.
Ante esa situación, quien sienta su corazón sabrá que nada nos pertenece, y que
si vinimos a servir debemos aprender a soltar, compartiendo lo más puro que
tengamos. Ese dar sin esperar, esa ferviente entrega consciente, será un bello
y luminoso acto de amor, que por dentro dejará el dulce sabor de la tarea
cumplida.
Que nuestra respuesta al miedo sea la plena confianza en que
vibrando en el amor co-creador creando una armónica realidad, en donde Ser luz
ya no es una excepción, sino la más simple y cotidiana expresión de una sincera
y humana convivencia. Hoy la existencia nos estimula a impulsar esta gran onda
de amor para que los corazones se abran y sincronicen con su verdadera esencia.
La Madre Tierra necesita de más seres despiertos que amen y honren la vida con
las alas abiertas.
Dicen que los ángeles son energía pura, espíritus
trascendentales. Fueron creados perfectos, libres de las condiciones humanas.
Son seres de luz que existen para alabar a Dios. Están en el mundo antes que el
ser humano. Su función es concentrar, intensificar y amplificar las energías de
Dios en beneficio de toda la creación, atendiendo las necesidades de la
humanidad, exaltando los sentimientos de fe, esperanza, caridad, honor,
integridad, verdad, libertad, misericordia y justicia.
Recordemos que somos ángeles humanos, pero hay quienes no han podido abrir sus alas porque las tienen llenas de podredumbre…
Fotografía: Internet
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