sábado, 19 de diciembre de 2020

Con las alas abiertas

 


Unas alas abiertas expresan libertad, capacidad, poder. Expresan que nos ponemos en camino para cumplir una misión. Expresan que tenemos confianza y seguridad en nosotros mismos. Expresan libertad de acción…

Representan ligereza, espiritualidad, posibilidad de volar y elevarse al cielo. Aspiración del alma al estado supraindividual. Trascendencia de la condición humana. Facultad cognoscitiva, imaginación, pensamiento, libertad y victoria.

Las alas en las diferentes culturas guardan cierto simbolismo casi religioso, como por ejemplo…

Hindúes: Liberación de la materia, fruto de la contemplación. Permiten alcanzar el paraíso. En el Rig Veda representan la inteligencia, como la más rápida de las aves. El Arquitecto Celestial crea el mundo agitando sus brazos guarnecidos de plumas.

Egipto: Cuando los dioses egipcios portan alas, indica que están protegiendo, ya sea a los que cubren con ellas, como a los recintos y templos, sobre cuyas puertas se ponía una representación alada de Amon Ra. Reunidas la serpiente Butho y el buitre Nekhebet, símbolos del bajo y el alto Egipto respectivamente, darán nacimiento a una serpiente alada (que recuerda a la célebre serpiente emplumada, el Quetzalcoatl de los aztecas), representando la unión del cielo y la tierra.

América: Símbolo del cielo al que puede elevarse con sus alas; el águila en Méjico y el cóndor en Perú representan el sol. El ave simboliza la regeneración, el trabajo realizado en la tierra y le permite volar hacia un mundo superior (esto nos recuerda también al escarabajo egipcio que, tras irse arrastrando por la tierra, al final de su vida despliega sus alas para dirigirse al sol). El colibrí simboliza el astro en su nacimiento y el alma que se eleva de la tierra.

Grecia: Hermes las lleva en los talones, símbolo del viajero y del mensajero, de los sueños, del impulso, de la dinamización. Los griegos representan con alas al Amor y a la Victoria. Según Platón, las alas son símbolo de la inteligencia; por esta causa aparecen en algunos animales fabulosos, como Pegaso, expresando entonces la sublimación del simbolismo específico del animal.

Cristianismo: En el simbolismo cristiano, las alas no son sino la luz del Sol de Justicia, que ilumina siempre la inteligencia de los justos. Dios protege con la sombra de sus alas (Salmos) y el hombre que se aleja de Dios, las pierde. Los ángeles son la máxima expresión del espíritu alado.

Todavía hay mucha gente que sabe conectar con su ángel y desde la mística angelical nos ofrecen iluminados consejos para sanar nuestras angustias y miedos: Con toda la fuerza que irradian acuden a nuestro encuentro para que podamos generar una poderosa onda expansiva, luminosa y reluciente, que diluya la oscura barrera que a través del miedo procuran densificar, bloqueando los corazones que presienten que ya es momento de abrirse y despertar para poder humanizar. Sentir esta incitación consciente a expandir la más cristalina y revolucionaria señal del cambio, sirviendo por amor con las alas abiertas.

Nos podemos preguntar cómo haremos para desencadenar un pulsar que emita una energía tan vigorosa y brillante, sin embargo, tu espíritu sonríe porque sabe la respuesta: nos vamos a vaciar. Daremos vuelta la bolsa para que caiga hasta la última semilla. Por amor, liberaremos todo lo aprendido. Vamos a compartir, sin restricciones, lo que hayamos podido generar. Así es como lograremos provocar una profunda e increíble eclosión que abra todos los corazones.

 Podemos imaginar la colosal ola de luz que gestaremos al transferir lo más apreciado que hemos creado. Visualiza, a modo de ejemplo, a miles de seres liberando las patentes de sus inventos, anulando los derechos de autor, ofreciendo sus descubrimientos y herramientas sanadoras por amor. ¿Sentís el alto impacto? Tuvimos que aprender para luego desaprender, recuperando la inocencia, ahora es el tiempo de vaciarse para volver a llenarse y experimentarse en plenitud.

Vaciarse implica desapegarse. La mente protestará, justificará su bronca en que nadie valorará el fruto del esfuerzo realizado. Ante esa situación, quien sienta su corazón sabrá que nada nos pertenece, y que si vinimos a servir debemos aprender a soltar, compartiendo lo más puro que tengamos. Ese dar sin esperar, esa ferviente entrega consciente, será un bello y luminoso acto de amor, que por dentro dejará el dulce sabor de la tarea cumplida.

Que nuestra respuesta al miedo sea la plena confianza en que vibrando en el amor co-creador creando una armónica realidad, en donde Ser luz ya no es una excepción, sino la más simple y cotidiana expresión de una sincera y humana convivencia. Hoy la existencia nos estimula a impulsar esta gran onda de amor para que los corazones se abran y sincronicen con su verdadera esencia. La Madre Tierra necesita de más seres despiertos que amen y honren la vida con las alas abiertas.

Dicen que los ángeles son energía pura, espíritus trascendentales. Fueron creados perfectos, libres de las condiciones humanas. Son seres de luz que existen para alabar a Dios. Están en el mundo antes que el ser humano. Su función es concentrar, intensificar y amplificar las energías de Dios en beneficio de toda la creación, atendiendo las necesidades de la humanidad, exaltando los sentimientos de fe, esperanza, caridad, honor, integridad, verdad, libertad, misericordia y justicia.

Recordemos que somos ángeles humanos, pero hay quienes no han podido abrir sus alas porque las tienen llenas de podredumbre…


Fotografía: Internet

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