Hay que aceptarlos con esa condición,
hay que
criarlos con esa idea,
hay que
asumir esa realidad.
No es que se
van...
es que la
vida se los lleva.
Ya no eres
su centro.
Ya no eres
propietario,
eres
consejero.
No diriges,
aceptas.
No mandas,
acompañas.
No
proyectas, respetas.
Ya necesitan
otro amor,
otro nido y otras
perspectivas.
Ya les
crecieron las alas y quieren volar.
Ya les
crecieron las raíces y maduraron por dentro.
Ya les
pasaron las borrascas de la adolescencia y tomaron el timón.
Ya miraron
de frente la vida y sintieron el llamado,
para vivirla
por su cuenta.
Ya saben que
son capaces de las mayores aventuras
y de la más completa
realización.
Ya buscaran
un amor,
que los
respete, que quiera compartir,
sin temores
ni angustias las altas y las bajas en el camino,
que les endulce
el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.
Y si esa
primera experiencia fue equivocada,
tendrán la sabiduría
y las fuerzas, para soltarla, así,
otro amor
les llegará para compartir sus vidas en armonía.
Ya no les
caben las raíces en tu maceta,
ni les basta
tu abono para nutrirse,
ni tu agua
para saciarse,
ni tu
protección para vivir.
Quieren
crecer en otra dimensión,
desarrollar
su personalidad,
enfrentar el
viento de la vida,
al asombro
del amor y el rendimiento de sus facultades.
Tienen un
camino y quieren explorarlo.
Lo
importante es que sepan desandarlo.
Tienen alas
y quieren abrirlas.
Lo
importante es que sean limpias,
de un vuelo
alto y de conciencia recta.
Tienen
juventud y quieren vivirla.
Lo
importante es el corazón sensible,
la libertad
asumida y la pasión a flor de piel.
Que la
rienda sea con responsabilidad,
y la
formación, llena de luz.
Tú quedas
adentro:
En el
cimiento de su edificio.
En la raíz
de su árbol.
En la
corteza de su estructura.
En lo
profundo de su corazón.
Tú quedas
atrás:
En la estela
luminosa que deja el barco al partir.
En el beso
que les mandas.
En el
pañuelo que los despide.
En la
oración que los sigue.
En la
lágrima que los acompaña.
Tú quedas
siempre en su interior,
aunque
cambies de lugar.
Zenaida Bacardi
de Argamasilla
No hay comentarios :
Publicar un comentario