Cuando hablamos de personas discutidoras nos referimos a ese tipo de personas a las que calificamos como ‘difíciles de tratar’ ya sea porque son autoritarias, chismosas, discutidoras, sabelotodo, quejosas, negativas o personas egoístas que sólo piensan en ellos y se olvidan de las necesidades de los demás y amargan el día.
No es fácil enfrentarse a personas que solo buscan la confrontación ácida. A algunas personas les gusta discutir por discutir, y a veces con esa palabrería ruidosa intenta ocultar sus errores, pero nunca reconocerá que está equivocada. Para discutir es posible que ni siquiera importe el tema, solo sienten la necesidad de tener la razón o parecer superiores y no están dispuestas a estar equivocadas. La mejor forma de lidiar con este tipo de gente es no hacerle caso. Nada le molestará más que alguien le quite la oportunidad de discutir y rehúse tomarla en serio señalando sus errores, pero hay que saber enfrentarse a este tipo de personas y la psicología aporta diferentes métodos para poder lidiarlas y evitar vanas discusiones…
Frente a ese tipo de personas alteradas, procura mantener la calma y respira serenamente para crear una barrera imaginaria como una especie de pantalla de cristal que impida que la energía negativa que trasmite te alcance. Haz de tener siempre presente que aquello que esas personas dicen o hacen tiene muchísimo más que ver con ellas misma que contigo. Y no es cuestión de ponerse a la defensiva o intentar razonar con esa persona de si su actitud es o no correcta. Se trata de poner límites a ciertos comportamientos que no has de permitir bajo ningún concepto (insultos, gritos, calumnias, falta de respeto…)
Debes establecer una línea entre lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no. Pero la pregunta que todos nos hacemos es, ¿qué podemos hacer cuando nos encontramos con este tipo de persona? ¿Cómo actuamos para evitar que las personas tóxicas nos contagien su malestar y nos acaben amargando el día?
No discutas. Puede parecer difícil evitar ser arrastrado a un debate. Cuando te enfrentes con una persona muy discutidora, es importante recordar que tu antagonista probablemente no quiere escuchar tu opinión o que le señales sus errores. Nada de lo que digas será lo suficientemente convincente para resolver la discusión, y una persona discutidora probablemente no lo admitirá aunque esté equivocada. Ahórrate el dolor de cabeza y solo di que no vas a debatir acerca del tema.
Mantén la calma. No te dejes irritar. Dejar que una persona discutidora vea que la discusión está afectando tus emociones, probablemente le dará la sensación de victoria o superioridad que secretamente ansía y la animará a seguir discutiendo. Si no pareces afectado por el desacuerdo, la otra persona se sentirá insatisfecha con los resultados. Con el tiempo podría incluso rendirse y buscar a otro blanco más excitable.
Mantén tu voz calmada. Cuando una persona alza la voz la otra se siente forzada a hablar más alto. Hablar calmadamente podría incluso hacerte parecer más sabio, lo que molestará a tu oponente. Las discusiones les dan a las personas discutidoras un sentimiento de superioridad, y si muestras falta de interés en discutir el tema, por discutir, sin querer clarificar y llegar a la verdad, le parecerás superior y con capacidad de descubrir sus artimañas, y eso los puede encolerizar.
Concuerda sin estar de acuerdo. Di algo como: “Probablemente tienes razón, pero me gusta mi manera”. Una vez que hayas dicho esto, no hay nada más que discutir. También puedes asentir con la cabeza sin estar de acuerdo. Deja que exponga su opinión y luego continúa con la conversación como si hayan llegado a un acuerdo. Otras de las estrategias que también puede servir es afearle sus maneras… Dile a la otra persona que está equivocada, y ella sabe que está equivocada. No lo respaldes con ningún hecho que pueda debatir. Solo dile que está equivocada y niégate a proveer más explicaciones.
Concuerda sin estar de acuerdo. Di algo como: “Probablemente tienes razón, pero me gusta mi manera”. Una vez que hayas dicho esto, no hay nada más que discutir. También puedes asentir con la cabeza sin estar de acuerdo. Deja que exponga su opinión y luego continúa con la conversación como si hayan llegado a un acuerdo. Otras de las estrategias que también puede servir es afearle sus maneras… Dile a la otra persona que está equivocada, y ella sabe que está equivocada. No lo respaldes con ningún hecho que pueda debatir. Solo dile que está equivocada y niégate a proveer más explicaciones.
Nada enfurecerá más a una persona discutidora que escuchar que está equivocada, especialmente si cree tener la razón. Señala su mala gramática, si resulta que tu oponente usa palabras incorrectamente al discutir, asegúrate de detenerlo y señalárselo. Esto no solo interrumpirá su ímpetu al hablar, sino que también hará que se sienta intelectualmente inferior. Si la discusión es acerca de algo que no es importante, asegúrate de señalar que tu antagonista está exagerando debido a su naturaleza mezquina. A las personas discutidoras les gusta atacar como si cada discusión fuese importante, porque realmente solo se trata de tener la razón. Si le demuestras a tu oponente que su forma de discutir lo ves como un defecto, podría hacer que sea más reacios a seguir discutiendo contigo.
Las personas discutidoras a menudo discuten con el deseo de ver una respuesta emocional en su oponente. No muestres si la interacción te molesta o no. Sonríe. Muéstrale a tu antagonista que no vas a dejar que una discusión te pueda. A veces eso es todo lo que busca una persona enojada y discutidora. En vez de tratar de convencer a una persona discutidora de que vea las cosas a tu manera, hazle preguntas para que explique su punto de vista. A menudo esto te ayuda a llegar a la raíz de la discusión. Por ejemplo, puedes preguntar “¿Cuál es el razonamiento que sustenta esa idea?”. Aparte de no tener que justificar tu propia posición a tu oponente, le darás una oportunidad de desahogarse y sentir que escuchan su voz.
Muchas veces esto será suficiente para calmarle, incluso si no resuelve el desacuerdo.
Controla tus emociones. Debes saber cuándo marcharte, si sientes que la situación no se va a resolver de forma positiva, solo aléjate de ella. Siempre puedes retomar el tema cuando sientas que pueden discutirlo de manera razonable...
No te enfrentes a personas enredadoras, hipócritas e irresponsables. No te pongas a su altura, demuéstrale que tienes más categoría y calidad humana. Dale ejemplo de educación y saber estar. Sonríe a lo largo de la conversación, eso le molestará al creer que su incordio no te molesta. No rompas el contacto visual, pensará que está convenciéndote de alguna forma acerca de su argumento.
Ve siempre con la verdad y mantente firme e incondicional en tu argumento. Y cuando veas que la discusión no va a ninguna parte, que tu paciencia se agota, la impotencia te genera estrés y sientas que vas a explotar, intenta por todos los medios mantener la calma, ser objetivo te dará los mejores resultados. Imagínate la situación que estás viviendo como si tú no estuvieras dentro de ella y el protagonista fuera otra persona. Seguramente no lo verías del mismo modo y darías los mejores consejos para resolver o para salir airoso. Seguro que sin tener en cuenta las implicaciones emocionales, serias capaz de actuar de un modo distinto y mejor. También puedes plantearle la situación a alguien de confianza que te ayude a considerar las consecuencias de una decisión determinada y escoger la alternativa más adecuada. Una persona ajena al problema tiene la capacidad de ver soluciones que tú mismo no puedes ver, y sobre todo, te ayudará a mantener la calma y te dirá su punto de vista objetivo desde una postura externa al conflicto.
Ve siempre con la verdad y mantente firme e incondicional en tu argumento. Y cuando veas que la discusión no va a ninguna parte, que tu paciencia se agota, la impotencia te genera estrés y sientas que vas a explotar, intenta por todos los medios mantener la calma, ser objetivo te dará los mejores resultados. Imagínate la situación que estás viviendo como si tú no estuvieras dentro de ella y el protagonista fuera otra persona. Seguramente no lo verías del mismo modo y darías los mejores consejos para resolver o para salir airoso. Seguro que sin tener en cuenta las implicaciones emocionales, serias capaz de actuar de un modo distinto y mejor. También puedes plantearle la situación a alguien de confianza que te ayude a considerar las consecuencias de una decisión determinada y escoger la alternativa más adecuada. Una persona ajena al problema tiene la capacidad de ver soluciones que tú mismo no puedes ver, y sobre todo, te ayudará a mantener la calma y te dirá su punto de vista objetivo desde una postura externa al conflicto.
Sabemos que mantener la calma frente a personas discutidoras, mentirosas y manipuladoras no es una tarea fácil. Y más, cuando tú le has descubierto cubiertos de envidias y rencores y le afeas sus acciones, se revelarán en venganza y van a ciegas a derribarte; ese tipo de comportamiento requiere de mucha serenidad y paciencia, porque, aunque tú les recrimines esas prácticas, sigues mirando con el corazón al hermano al hijo al amigo, por eso, cuando parezca que la situación se nos va de las manos, debemos mantenernos firmes mentalmente y espiritualmente para no darnos por vencidos, y con la esperanza puesta en que llegará el momento en que todo se aclarará por el bien de todos: los buenos descansarán y los malos descansarán aun más...
"Paz no significa estar en un lugar idílico donde no haya ruido, ni problemas, ni dificultades ni gente discutidora, significa estar en medios de todas esas cosas y tener la capacidad de mantener la calma en la mente en el corazón y en el alma".
“No hay más serenidad, paz y sosiego que la engendrada por la razón”.
Fotografía: Internet
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