lunes, 24 de diciembre de 2018

Tiempo de esperanza


"Donde nace Dios, nace la esperanza. Donde nace Dios, nace la paz, y donde nace la paz, no hay lugar para el odio..." Papa Francisco. Hablando de esperanza y de la vida, hoy en día, tratando de buscarle sentido a la vida, los filósofos nos suelen dar algún tipo de esperanza y sentido, pero, aunque la vida no tuviera sentido en sí misma, todos tenemos la capacidad de darle sentido a nuestras propias vidas con nuestros actos. 

Aunque no lo creamos, cada uno de nosotros puede ser la esperanza de otros, como los hijos son la esperanza de los padres.  El amor siempre nos llena de esperanza y nos reconcilia con la vida; la esperanza surge en los momentos de gozo que son los que nos inclinan a creer en algo mejor. Verdaderamente cuando la vida nos parece maravillosa estamos más cerca de Dios, y cuando el dolor nos acosa Él es nuestra alivio y esperanza y nos refugiamos en su amor.

El deseo y la esperanza se corresponden, porque es el deseo el que hace posible la esperanza y sin deseos no hay esperanza. Así para el que desea vivir, cada mañana es la esperanza de un nuevo día. El que tiene esperanza tiene fe y puede creer, porque no hay fe sin esperanza. El que no tiene esperanza se desespera y puede ser una víctima de la desesperación. El conocimiento y la fe nos conectan con la trascendencia y son nuestra mayor esperanza. El hombre es tiempo y es esperanza. Nada que deseamos ocurre en el mismo instante que lo pensamos, hay que esperar los acontecimientos en el tiempo, hay que esperar, porque la vida es espera... 

Para comenzar el año litúrgico, la Iglesia vive con esperanza este tiempo de Adviento y celebra la llegada de Cristo con una gran fiesta a la cual llamamos Navidad. Esta fiesta es muy importante para los cristianos y la Iglesia, antes de celebrarla, prepara a sus hijos durante el período conocido como Adviento. Ya desde tiempos remotos la Iglesia acostumbra tener esta preparación. 

Etimológicamente el término Adviento proviene del latín ‘adventus Redemptoris’ que significa ‘venida del Redentor’. Es el primer período del año litúrgico cristiano que consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración de la Navidad; el nacimiento de Cristo. Navidad y Adviento no son fiestas independientes la una de la otra, ya que el Adviento es la celebración para preparar la Navidad, así como la Cuaresma es la preparación para la Pascua. 

El tiempo de Adviento corresponde a las cuatro semanas que preceden a la celebración de Navidad. Es una oportunidad que se nos entrega para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor. Es un periodo privilegiado para los cristianos, ya que nos invita a: 

Recordar el pasado, celebrando y contemplando el nacimiento de Jesús en Belén: por eso es una gran idea que en familia se prepare la casa con adornos navideños y el pesebre, para que nos recuerden el periodo en que nos encontramos. Y cuando queden nueve días para el nacimiento del Señor, rezar la Novena al Niño Dios. 

También se nos invita a vivir el presente de nuestra vida diaria, considerando la presencia de Jesucristo en nosotros y por nosotros: ayuda mucho a esto el fijarse unas metas diarias, como podría ser la de saludar física o mentalmente los sagrarios de las Iglesias que nos topamos en nuestro camino, poner especial cuidado en bendecir las comidas y/o cuidar de decirle gracias a Dios muchas veces al día, o como señalaba San Alberto Hurtado: “Contento Señor, contento”

Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De repente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad! (Lc 2, 8-14) 

Realmente estamos contentos y alegres porque cada Navidad nos ofrece la oportunidad de nacer de nuevo, entendiendo todo lo que significa y representa el nacimiento de Jesús. Dios ha nacido y sigue naciendo entre todos los hombres de la tierra. Esta es una Noticia que sólo podemos proclamar y extender con nuestra vida, siendo nosotros mismo ‘Navidad’. La auténtica Navidad se vive y se expresa con la vida, superando nuestras debilidades como cristianos. Ante Jesús que nace en el pesebre no hay divisiones, todos somos amigos y hermanos. De esa forma, la Navidad o nacimiento del Hijo de Dios se identificará con nuestra vida cristiana, con nuestro testimonio de esperanza y nuestro camino de paz sobre la tierra. 

La Navidad es el tiempo en el que recordamos y celebramos, mejor dicho, actualizamos el nacimiento de Jesús de Nazaret, Salvador de la humanidad y Sol que nace de lo alto para iluminar y guiar nuestros pasos por el camino de la alegría, del amor y de la paz. Sí, la Navidad es un tiempo de Amor y Paz, tiempo de perdón, de reflexión, de alegría, de esperanza, de luz, de unión, vivámosla con el corazón abierto e ilusionado, con abrazo amoroso y palabras sinceras, porque ha nacido un Salvador, Cristo, el Señor, y los ángeles cantan: "Gloria a Dios en los cielos y en la tierra Paz a los hombres de Buena Voluntad". 

Ojalá este tiempo sirva para darte cuenta de los errores y te ayude a corregir el camino. Que nuestra senda de vida sea vivir por y para el amor, que la paz more siempre en nuestros corazones. Que el amor infinito cubra y trascienda a todos los seres, haciéndonos más sensibles, respetuosos, honestos y nobles. El camino del amor es dar sin esperar recibir, amar sin expectativas y sin buscar reciprocidad ni compensación, siendo solo amor, ese que trasciende todo, deseando el bienestar de mi prójimo sin cabida a sentimientos mezquinos hacia aquellos que de alguna forma nos lastiman, difaman, desprecian; encomendémoslos a Dios cubriéndolos con nuestro amor,  porque no somos responsables ni podemos controlar los actos de los demás. Lo importante es como actuamos cada uno de nosotros ante cualquier ofensa o circunstancia y es ante nosotros mismos a quien rendiremos cuenta. 

Que esta sea una ocasión propicia para liberarnos de nuestro equipaje inservible, dejando ir todo aquello que ata nuestra alma a culpas, odios, rencores, mentiras, remordimientos y sufrimientos, impidiendo dar paso al cambio para nuestra purificación, pues bien, aprovecha este tiempo para reconciliarte contigo y con quienes has dañado con infamias, piensa que al amor se llega con la verdad y la verdad te hará libre. Este tiempo de Navidad es tiempo de amor y los cristianos queremos y debemos celebrar con alegría la gran noticia del Nacimiento de Dios. 

Cada cristiano es Navidad, es presencia de Dios, Dios que nace y nos renueva desde el interior porque nos colma de amor; dejemos que los nobles sentimientos nos invadan y habiten en nuestra alma. Celebrar la Navidad es celebrar nuestro nacimiento, nuestra vida como don de Dios. El nacimiento del Niño Dios es mi nacimiento, porque ha nacido mi Salvador. 

Esta noche es Nochebuena/ y mañana Navidad;/ Niño Dios, luz y esperanza/  ha nacido en el Portal/. Para todos los hombres de buena voluntad: Paz, Amor, Alegría, Esperanza... Y que el Niño Jesús traiga luz a los corazones apagados y paz a los corazones atormentados.

Que esta Navidad convierta cada deseo en flor, cada dolor en estrella, cada lágrima en sonrisa y cada corazón en dulce morada. ¡Feliz Navidad!

Fotografía: Internet 

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