Prometo mostrar en mi vida lo que realmente soy y no la imitación de alguien más.
Prometo evitar menospreciarme y describirme con la palabra "simplemente". Por ejemplo, no diré: "Soy simplemente una madre", o "soy simplemente una mujer" o "soy simplemente una persona normal".
Prometo darme 10 minutos de silencio y calma cada día para conectarme con mi corazón y poder oír mi voz interior.
Prometo usar mis palabras para conectar mis sueños con mis acciones.
Prometo usar mi voz para fortalecerme a mí y a los que no dejan que hablen.
Prometo servir a mi comunidad con lo que sé y puedo, animando a los demás.
Prometo preguntarme "quién soy", "en qué creo" "de qué estoy agradecida" y "qué es lo que defiendo".
Prometo seguir señalando al horizonte que conduce a la vida.
Prometo seguir leal a mis principios a pesar de los desprecios.
Prometo esperar a que tú recuperes la sensatez para volver a mirarnos a los ojos.
Prometo sentarme a escribir cuál es mi misión en la vida.
Prometo vivir con la conciencia de dejar un legado en el tiempo.
Prometo compartir estas promesas con otras mujeres; madres, hijas, hermanas, esposas, tías o abuelas, naciste para entregarle algo valioso a tu familia, donarle algo positivo a la comunidad en que vives y dejar tu huella impresa en el planeta.
Si te atreves a cumplir con lo que has leído, definitivamente marcarás una gran diferencia en esta vida, porque todas tenemos el poder de cambiar el mundo.
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