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sábado, 16 de diciembre de 2017
La madera de sándalo
Un hombre al que habían hablado maravillas de un exótico árbol, el sándalo, del que emanaba un perfume muy especial, estaba tan obsesionado con poseer un trozo de esta madera que empezó a ponerse en contacto con todos sus amigos. El primero al que consultó fue a su maestro, un hombre a quien tenía en alta consideración y cuya sabiduría siempre le había admirado. Éste no le dio ninguna orientación sobre dónde podría conseguir lo que buscaba, pero a cambio le regaló un lápiz. Decepcionado con esa visita, el hombre decidió ponerse a escribirles cartas a todos sus conocidos con la esperanza de que alguno de ellos podría orientarle o, quién sabe, incluso enviarle un trozo de la madera con la que soñaba.
Esperó y esperó, pero nadie respondió sus cartas. Por ello, llegó a pensar que su petición, pese a no parecer nada del otro mundo, estaba muy lejos de cumplirse. Sin embargo, un día que estaba pensativo ante el papel, empezó a mordisquear el lápiz y notó con sorpresa cómo desprendía un dulce perfume de sándalo. Sin sospecharlo, lo que él buscaba con tanta insistencia lo tenía entre sus propias manos.
Así sucede en la vida real: creemos que hallaremos lejos aquello que anhelamos, cuando muchas veces lo tenemos delante de nosotros.
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