Para estar mañana en el recuerdo de tus hijos, debes estar hoy presente en su día a día, porque el que deja una imagen suya en sus hijos solo muere a medias.
Decía Teresa de Calcuta: «El amor es un fruto que madura en todas las estaciones, y que se encuentra al alcance de todas las manos». Aunque una familia unida llena de amor es un lujo difícil de conseguir, pero le da sentido a nuestro existir.
Un padre sabe que un buen hijo sigue sus pasos, por eso no se precipita y mira primero por dónde camina. Aunque haya hijos desagradecidos que no valoren a sus padres, un padre actúa por amor a sus hijos. No siempre logran darle lo que quieren, pero en amor han de educarles y cuidarles. No deben comprar sus afectos ni consentirles todos sus deseos, llegará el tiempo en que los hijos se den cuenta de todo lo que sus padres hicieron por amor a ellos, aunque como decía Teresa de Calcuta:
Enseñarás a volar, pero no volaran tu vuelo;
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño;
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.