Debemos de tener claro que todos los vicios de la mente son fruto de interpretar la realidad de forma egocéntrica, esa actitud impulsiva e inconsciente que nos impide aceptar lo que sucede tal como viene y a los demás tal como son.
Ésta es la causa real de todo nuestro sufrimiento, que además nos encierra en un círculo vicioso muy peligroso. Para poder amar, primero hemos de albergar amor en nuestro corazón.
En este caso, el problema es en sí mismo la solución, y lo primero que debemos saber es qué es el amor. No al que estamos tan acostumbrados, sino al de verdad. Porque una cosa es querer y otra muy distinta, amar.
Querer es un acto egoísta, es desear algo que nos interesa, un medio para lograr un fin.
Amar en cambio es un acto altruista, pues consiste en dar, siendo un fin en sí mismo.
Queremos cuando sentimos una carencia. Amamos cuando experimentamos plenitud.
Mientras querer es una actitud inconsciente, relacionada con lo que está fuera de nuestro alcance, amar surge como consecuencia de un esfuerzo consciente, que nos hace centrarnos en lo que sí depende de nosotros.
Cuando uno ama no culpa, ni juzga, ni critica, ni se lamenta. Los que aman intentan dejar un poso de alegría, paz y buen humor en cada interacción con los demás, por muy breve que sea.
Amar también es aceptar y apoyar a las personas más conflictivas, porque son precisamente las que más lo necesitan.
Cuando has amado y sientes el desprecio de los que amas, sufrirás en lo más profundo de tu ser, pero, como nadie está obligado a amarte aunque le ames, tendrás que aceptarlo y apartarte de su camino.
Amar de verdad es sinónimo de profunda sabiduría, pues implica comprender que puede ser, que aquellos que empujados por la envidia te hacen daño, no son conscientes de su maldad, y que todo puede ser fruto de su ignorancia e inconsciencia.
Lo importante es amar, amar aunque no te amen. La paradoja es que el amor beneficia primeramente al que ama, no al amado, porque el amor sana y revitaliza la mente y el corazón de quién lo genera y lo siente, por eso saben perdonar, porque saben valorar cualquier gesto de cambio de comportamiento, cuando han tenido contigo actitudes despreciables.
¡No ames para que te amen, ama simplemente para vivir, porque el amor es vida!
No hay comentarios :
Publicar un comentario