Los seres humanos deberíamos pensar profundamente acerca de nuestras acciones. Utilizamos la violencia, la ironía, la agresividad, la sorna y la burla para tratar de lograr nuestros objetivos. Pero no nos damos cuenta de que, con esos métodos son más difíciles de alcanzar.
Una sonrisa siempre puede lograr mucho más que el más fuerte de los gritos. Y basta con ponerse por un momento en el lugar de los demás para comprobarlo. ¿Preferimos una sonrisa o un insulto? ¿Preferimos una caricia o una bofetada? ¿Preferimos una palabra tierna o una sonrisa irónica? Pensemos que los demás seguramente prefieren lo mismo que nosotros… Entonces, tratemos a nuestros semejantes de la misma manera en la que nos gustaría ser tratados. Así veremos que todo será mejor. Que el mundo será mejor. Que la vida será mejor… Pero, nunca hagas a los demás lo que no quieras para ti.
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