viernes, 27 de mayo de 2016

El país de la risa

Un maestro estaba comunicativo y sus discípulos trataron de que les hiciera saber las fases por las que había pasado en su búsqueda de la divinidad. Les dijo:
Primero fui conducido de la mano al País de la Acción, donde permanecí una serie de años. Luego fui llevado al País de la Aflicción y allí viví hasta que mi corazón quedó purificado de toda afección desordenada. Entonces fue cuando me vi en el País del Amor cuyas ardientes llamas consumieron cuanto quedaba en mí de egoísmo. Seguidamente accedí al País del Silencio donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y de la muerte.
—¿Y fue ésta la fase final de tú búsqueda? —le preguntaron.
Respondió el maestro:
No, la búsqueda terminó el día que fui llevado al santuario más escondido del Templo y descubrí el País de la Risa.

Realmente una parte de las aflicciones y problemas en los que las personas se ven sumergidos, es por falta de reír y por no tomar las cosas con calma. La calma nos lleva a saber dar solución a cada problema. Todos pasamos por penumbras, tragedias y dificultades, pero todo depende de la cara que le pongamos a cada situación. No todo lo que nos pasa en esta vida es positivo ni todo es negativo, pero sí que todo son lecciones que ayudan a fortalecernos, y llevados de la lógica de la razón podemos discernir y separar lo bueno de lo malo y lo verdadero de lo falso, y ya con plena facultad podrás descubrir lo que verdaderamente te importa en la vida y por lo que merece la pena vivir… Pero, para mal acompañados más vale solos.

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