Los años suman la edad
del tiempo que hemos vivido
y dentro de mí una niña
no envejece y va creciendo.
Para quien no pasan los días
es para mis sentimientos,
que a mi corazón desgarran
siempre que ven el sufrimiento.
Los pelos se vuelven canos,
a la piel surcan las arrugas,
pero dentro de mí camina
una niña a paso de tortuga.
La materia es corruptible,
perecer es su destino.
El espíritu se transforma,
la vida tiene otro nido.
Riquezas que aporta el tiempo
al envejecer viviendo.
Ver pasar días y días
sin sentir que voy muriendo.
Levanto la vista a lo alto
y dejo volar el pensamiento
para que la niña ya anciana
de un repaso a sus recuerdos.
Así se nos pasa la vida,
sin sentir que estamos viviendo.
Hay que tomar conciencia:
escucha tu corazón latiendo.