martes, 23 de junio de 2015

¡Ay, mamá!


¡Mamá!
Tu sufrimiento me hace sufrir.
Sufro por ti.
Sufro porque, aunque estoy a tu lado
no puedo frenar tu agonía.
Tu dolor me duele. ¡No lo mereces!
Simplemente porque eres mi madre y te quiero.
Simplemente porque eres mi vida.
Si yo pudiera madre, cargaría
con todo el mal que te daña
y te arrastra a la postrimería.
Por eso me siento impotente.
Por eso me siento vacía.
Porque no puedo hacer nada, madre,
para acabar tu sufrimiento y agonía.