miércoles, 25 de marzo de 2015

Carta de un bebé a su mamá

Una embarazada acaricia su vientre.

Mamá:
Aunque tú no quisiste que yo naciera no puedo dejar de decirte, mamá. Te escribo desde el cielo para explicarte lo feliz que yo era desde que comencé a vivir en tu vientre. Yo quería nacer y deseaba conocerte, anhelando recibir tu cariño para crecer siendo un niño feliz y alegre.
Soñaba con ir a la escuela y ser un hombre importante para que te sintieras orgullosa de mí. Yo creía que cuando cumpliera los nueve meses de estar junto a tu corazón y naciera, todos se iban a alegrar en casa con mi llegada…, pero tú no pensabas igual que yo, tenías otros planes ¿verdad, mamá? Y un mal día cuando yo estaba contento jugando en lo más recóndito de tus divinas entrañas sentí algo extraño, algo que no sabría explicarlo, algo que me hizo temblar. Sentí que me arrancaban la vida. Quise defenderme pero la muerte con su implacable veneno y metálica arma me sorprendió, y ¡yo que pensaba que tu vientre era el nido seguro mientras esperaba a nacer para adorarte!

Para mí fue algo inesperado y en aquel momento no comprendía nada y no pude ver quién me quitaba la vida: ¡Dime, mamá! ¿Quién podría entrar impunemente dentro de ti y llegar hasta donde tan seguro me hallaba para matarme? ¿Quién sabía que estaba ahí? ¿Quién fue mamá, quién? ¿Dónde estabas tú que no me defendiste?
No sé lo que llegue a pensar…¡Ponte en mi lugar! Me sentí solo al ver que no me protegías y no lo dudé, todo la culpa recayó sobre ti. Me sangraba el corazón y creí que sólo tú habrías podido hacerlo.
Perdona mi mal pensamiento. ¿Cómo iba yo a comprender que una madre mate a su hijo, cuando se te ve cariñosa con los hijos de tus amigas y en tu casa no estorban ni el gato, ni el perro, ni el televisor?
Ahora mamá, ya yo lo sé todo. Sé que hay madres que matan a sus hijos antes de nacer. No evitan engendrarlos, pero para matarlos sin piedad buscan una escusa que justifique lo injustificable. ¡Madre! ¿Cómo pudiste matarme? ¿Cómo es posible que hicieras tal cosa conmigo? ¿Pensabas acaso comprar un coche o una lavadora con los gastos que yo te iba a ocasionar? Y si te dejaste aconsejar, ¿el mal consejo que te dieron lo escuchaste antes de oír a tu corazón?
Yo tenía tantas ilusiones y tú me las robaste todas. Quería ser un hombre de bien, solidario y profesional para contribuir a engrandecer la sociedad de mi tiempo, pero sobre todo, quería ser un buen hijo, para que te sintieras orgulloso de mí y para hacerte la vida agradable, y también soñaba con que algún día podría ser un buen padre, pero tú me lo negaste ¡todo!
¿Sabes una cosa, mamá? Ayer estuve hablando con Dios y le pedí que, por favor, me aclarase la verdad de mi muerte. El me abrazo con cariño y me dijo muchas cosas… Las palabras más maravillosas y alentadoras que jamás escuché; las mismas que siempre soñé escuchar de tus labios de madre, cuando todavía soñaba que me arrullabas en tus brazos. Me dijo también que solo Él es el dueño de la vida y que nadie tiene derecho ni poder para quitarla. Por mis ojos caían torrentes de lágrimas, pero Dios me estrecho contra su pecho y me susurró tiernamente:
—Pequeño mío, si tú no tienes madre Yo te daré la Mía—. Y me presentó a la Virgen que me ha dado todo lo que tú me negaste. Mamá, antes de despedirme de ti voy a pedirte un favor: Que esta carta que te escribo se la leas a tus amigas y a toda mujer embarazada, para que no cometan el monstruoso error que tú cometiste conmigo.
Te envío todo el cariño que hubiera querido y deseado darte durante mi vida viviéndola a tu lado y te pido que te arrepientas de lo que hiciste con tu hijo, que no nació porque tú se lo impediste y aunque las Leyes no te juzguen tú te castigarás, porque no podrás vivir en paz.

Cartas de estas características encontrarás muchas en Internet, porque gracias a Dios todavía existen muchas personas sensibles, que abiertamente denuncian la indefensión de miles de ángeles inocentes que diariamente son asesinados y para concienciar viene muy bien publicarla hoy 25 de marzo, día de la Encarnación de Jesús, que se memora como: «Día Internacional de la Vida» y «El Día del Niño no Nacido».

Fotografía: Josh McGinn, cc.

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