miércoles, 21 de enero de 2015

Imágenes conmovedoras

Una chica fotografía un amanecer.

Conmovedoras que emocionan, porque la sensibilidad es parte de la ternura. Hace unos días me encontré en internet con una tierna historia con este titular: «La primera fotografía de 2015 que emociona a las redes sociales».
Se ve a un joven sentado en una silla y en su regazo sostiene a su anciana abuela con el mensaje siguiente: «En el pasado tú me tenías sobre tus piernas».

Esta es la historia: En Nochevieja reunidos los hijos y nietos de Antonia, y una vez terminada la cena, Giancarlo coge con ternura a su abuela en brazos, mientras le preparan la cama, ya que la anciana tiene una fractura de cadera y camina con dificultad, y es su prima de doce años quién realiza la foto.

La foto fue publicada en Facebook y en horas recibió centenares de miles de «me gusta». El joven italiano Giancarlo de 28 años que tiene en brazos a su abuela Antonia de 87, enferma de Alzeimer, se convirtió en foto símbolo en el inicio del 2015. Si conmovedora es la imagen, también lo es las palabras del joven a su abuela:
«En el pasado tu me tenías sobre tus piernas, ahora lo hago yo abuelita, sin vergüenza y sin temor… para recordar a todos que la vida hay que vivirla y combatirla… En la vida se debe estar presente siempre y en cualquier circunstancia… Este es mi deseo para el 2015, tener al lado la presencia de alguien que te pueda proteger y confortar, pero también estar feliz y sonriente con nosotros…»

Giancarlo que sabe cómo tratar a las personas mayores porque estudió Ciencias Motorias habla con cariño de su abuela materna: «He crecido en casa de los abuelos. Tenía una habitación en su casa por si tenían una necesidad y para asistirlos de noche, pero han sido ellos los que durante muchos años me han dado mucho más de lo que yo les podía ofrecer. De día no está nunca sola y de noche mi madre duerme con ella», afirma Giancarlo.

La foto, en la madrugada de la Nochevieja, habla del paso amoroso entre tres generaciones y está cargada de gran simbolismo, pero ver la imagen donde se manifiesta el amor y la ternura conmueve y emociona. Ojalá, hubieran más Giarcarlos por el mundo, dando testimonio de respeto y agradecimiento a quienes se han desvivido por ellos.

Otra de las imágenes que me ha conmovido porque la historia es sobrecogedora, es la del bebé inglés Jett Morris, que el pasado día 6 de diciembre fue su primer cumpleaños y los medios se han hecho eco de su historia. Es la historia de una vida que se habría truncado de no haber sido por el amor y la tenacidad de sus padres, ya que se negaron a abortar como le recomendaban los médicos, argumentando que «era un feto no viable» y no sobreviviría, por tanto, abortar era la mejor opción.

La vida de Jett fue despreciada por los médicos y aunque no le quisieron dar una oportunidad, el pequeño Jett le ha demostrado que su vida era de largo recorrido y nadie iba a arrebatársela. Ese feto ‘no viable’ nació con tan sólo 25 semanas de gestación y pesaba 624 gramos, cabía en la palma de la mano de su padre. Pero, aquella personita denominada feto, acaba de cumplir su primer año de vida. Aunque parece increíble, salió adelante y ahora es un niño sano y feliz.

La verdad que viendo las fotos de Jett impresionan. Ves como una miniatura desvalida en la que casi nadie creía, con pocas posibilidades de sobrevivir se ha convertido en un niño fuerte y robusto, y está en el mundo gracias al empecinamiento de sus padres que se negaron a abortar, a petición de los facultativos del hospital East Surrey, al sur de Londres. Imposible imaginártelo descuartizado dentro de un cubo… Sólo tres meses le bastó a esta prematura criatura, para demostrar que su corazón y pulmones tenían fuerza suficiente para afrontar la vida.

Jett, un niño sonriente y feliz que ha desafiado a los médicos agoreros, que le pronosticaban toda desgracia… Hoy la luz de su mirada y su sonrisa lo dice todo: «¡Gracias mamá y papá por permitirme vivir!». Realmente, como dijo Maurice Maeterlinck: «No hay vidas pequeñas; cuando la miramos de cerca, toda vida es grande».

Pensar que los médicos que están para cuidar, proteger y defender la vida, ni siquiera lo vieron como a un niño, lo llamaban ‘feto’ cuando ya estaba formado como persona. Esto te hace reflexionar y te conmueve pensar como cada día se aniquila la vida de tantos inocentes que denominados ‘fetos’ le niegan el derecho a vivir, y para neutralizar su cargo de conciencia se amparan en leyes que desamparan a los inocentes.

Dijo Juan Pablo II: «La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida».

Verdaderamente, la sociedad ha perdido la sensibilidad y esta está vinculada al alma, por tanto, una persona sin alma es un ser deshumanizado. Ya dijo Maquiavelo: «Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos».

Seamos sinceros en nuestras relaciones. No vivamos de apariencias, vivamos de corazón, con sensibilidad. La sensibilidad nos humaniza y no se puede confundir con debilidad ya que requiere de un esfuerzo que nos capacita para unirnos al alma de los demás para poder sentir sus emociones, sus sufrimientos y sus alegrías, y vencer los miedos y la soledad que aíslan y enferman.

«La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido». Pues vivamos alegremente, cada uno en su parcela, sin poner precio a la vida de los demás, porque nadie es dueño ni de su propia vida.
No quisiera perder mi sensibilidad, quiero seguir conmoviéndome con lo humano, aunque muchas veces tenga que sufrir al descubrir que la hipocresía forma parte del ser de personas en que confiabas y te sientes decepcionada y te ves obligada a apartarte para no ver cómo te dañan sin piedad.
Dijo Aitor Contreras que: «La sensibilidad en una llaga en el alma, que a lo largo de la vida se convierte en puntal de tu propia subsistencia y aunque duele acariciarla, nada es más verdadero y puro que sentir a través de su caudal».

Fotografía: Erwin Morales, cc.

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