Aunque sacudas con fuerza un reloj de arena, cada
grano caerá a su tiempo. No fuerces nada. Todo llega.
“Toda llega a su tiempo”: Según esta frase de Mahatma Gandhi, nos puede llevar a pensar en la aceptación de nuestra realidad. Se firme en tus actitudes y perseverante en tu ideal, pero sé muy paciente, no pretendiendo que todo llegue de inmediato. Has tiempo para todo y así todo lo que es tuyo vendrá a tus manos en el momento oportuno, hay que aprender a esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamamos a la vida.
En la vida todo llega, todo pasa y todo cambia. Saber
afrontar con inteligencia cada una de las etapas de la vida es fundamental para
alcanzar el éxito y la tranquilidad, nos dice la psicóloga, Valeria Sabater.
Al principio somos como niños ansiosos; queremos que
todo llegue lo antes posible, soñamos con devorar experiencias, con exprimir la
vida. Más tarde llegan los triunfos, las desilusiones, las piedras en el
camino. No obstante, de eso trata la vida, de aprender, de asumir cambios y evolucionar
en todo ese maravilloso trayecto vital.
¿Quién no ha querido alguna vez que algo llegue lo más pronto posible? ¿Y quién no ha deseado en alguna ocasión que un momento fuera eterno, que el tiempo se detuviera ahí mismo, como esas rocas que se alzan firmes en medio del océano? Nada es eterno, pero no importa, porque los buenos momentos siempre se quedarán impresos en nuestra memoria, realmente somos la memoria de nuestros días. El hombre, por así decirlo, está hecho de recuerdos y nos pasamos gran parte del día evocándolos. Los que te dicen que hay que olvidar el pasado son los que se avergüenzan de las acciones de su pasado.
Hay que admitir que nuestra vida discurre un poco más cada día
y avanza con un tic-tac que nadie puede detener, sin duda es algo que nos
asusta y que nos obliga a reflexionar. Todos somos breves inquilinos es este
mundo imperfecto lleno de cosas maravillosas y de alguna gente insana. Pero, no hay que tenerle miedo a los
años sino a la vida no vivida. Miedo a los años vacíos huecos de emociones, de
triunfos y por qué no, también de fracasos y decepciones, esos de los
que tanto aprendemos.
En la vida todo cambia, excepto las esencias. En efecto, podríamos decir que en esta vida todo llega, todo pasa y todo cambia. No obstante, hay elementos de valores éticos y morales que deben ser puntos fijos en nuestro micro-universo particular: El amor, el respeto, la honestidad, la dignidad y nuestra necesidad por cultivar el crecimiento personal, deben ser pilares esenciales del día a día. Hay que saber guiar con fuerza y entereza las veletas del camino, sea cual sea la dirección tomada.
Hay veces, en que en esta extensa aventura vital declinamos muchos de los aspectos personales en favor de otras personas. Hay quien prioriza en algún momento de su vida a sus familiares o parejas, hasta tal punto, que se olvida de sí mismo. Y si bien puede ser justificable, si los sentimientos son intensos, pero hay que saber mantener el equilibrio. Ofrecernos a los demás hasta el punto de olvidar nuestras necesidades, hará detener nuestro desarrollo individual y eso, tarde o temprano, repercutirá en nuestro crecimiento personal, llegando a perder hasta la capacidad de vislumbrar un futuro ilusionante. Párate, respira, relativiza todo lo que te aferra y sopesa si realmente se valora tu esfuerzo, porque muchas veces se pueden aprovechar de tu generosidad y tan pronto dejes "de sacarles las castañas del fuego", te dan la espalda. Observa y cuando veas que descaradamente se aprovechan de ti, rompe esas relaciones familiares, porque si alguien te quiere de verdad, no abusa de tu tiempo. Puedes pasarte la vida apoyando y colaborando con tus hermanos y de pronto un día descubres que han formado una alianza tóxica, para solapadamente devastarte. Pero hacen el paripé de ir apenados porque su deseo es que esa hermana esté unida al grupo, (Hay que ser mala gente, cuando han ido por todas las casas familiares con calumnias y mentiras para desprestigiarla. Menos mal que Dios lo ve todo). Esa fuerte cadena amorosa que quieren demostrar, está llena de mugre... Las cadenas donde reina el amor, no son cadenas, son lazos de seda donde todo lo bueno florece y enriquece.
Es necesario tener en cuenta un aspecto muy importante que no debe cambiar a lo largo de nuestra vida, son sin duda, los valores. Podemos darnos cuenta que los que viven sin valores van perdidos por la vida. En la vida los valores son el baluarte del éxito y de la convivencia. Sin lugar a dudas existirán esos esquemas básicos que nunca romperemos, como es el respeto a uno mismo y a los demás, la honestidad, la lealtad, la sinceridad, la valentía… Dentro de este avanzar vital, las experiencias vividas nos van modelando y pueden generar algunos cambios en nuestra personalidad e incluso en nuestra escala de valores, de acuerdo a las circunstancias inesperadas que hayamos tenido que afrontar, porque en la vida nos llevamos alguna mala sorpresa.
No le tengamos miedo a los cambios, son anclas que rompemos para avanzar con un poco más de sabiduría de acuerdo a los actos vividos y a las acciones recibidas. El amor que nos trasciende nos ayudará a soportar todo lo inesperado, tanto la traición como el desprecio recibido por gente despreciable, porque todo aquel que es capaz de unirse para dañar a un hermano es un ser despreciable, no solo por la gente de nobles sentimientos, sino por Dios que todo lo ve... El amor es un sentimiento humano que tiene el poder de hacer de la vida algo maravilloso. En el amor están todos los valores y los poderes para vivir en paz y armonía, para hacer de la tierra un lugar agradable... El amor nos hace grandes. Para ser felices basta el amor: el amor por nuestros padres, hermanos, hijos, parejas, amigos y por toda la humanidad, deben ser puntos fijos en nuestra esencia vital.
El amor es inconmensurable, ahora bien, el amor no es una entidad estable en el
tiempo. También el amor se trasforma y se adapta. Un ejemplo de ello es nuestra
propia relación de pareja. Los dos miembros deberán ir adaptando a los cambios
vitales que van surgiendo a lo largo del tiempo: los cambios de trabajo, la
llegada de los hijos, el equilibrar el crecimiento individual con el
crecimiento de unidad familiar. Compartimos unas mismas raíces nutridas por el
amor, pero alzamos nuestras ramas individuales para seguir creciendo
personalmente. Para avanzar siendo dos personas en una misma unidad existencial,
hay que actuar con sabiduría.
Pero no te olvides, que tú eres la prioridad, el
protagonista de tu vida, y eres lo más importante que tienes que cuidar. Debes
ilusionarte por ti y por la vida, ser espontáneo dentro de toda la sabiduría
que has adquirido. Disfruta de las cosas sencillas, ama, experimenta, siente, sueña, vive y pase lo que pase, nunca pierdas la esperanza, porque todo llega a su tiempo…
Fotografía: Internet
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