¿Qué es la gentileza? Según la Real Academia Española, la
gentileza es una forma de la amabilidad, muy cercana a la cortesía, es decir,
al buen trato y la buena disposición para con los demás. ¡Un regalo! Se trata
de querer el bien para el otro y actuar en consecuencia, ya sea amigos,
familiares o desconocidos. Las investigaciones afirman que al ser gentiles aún
con desconocidos, además de fortalecer las relaciones, el cerebro se impacta
positivamente, así como el cuerpo-mente en su globalidad. Es importante la
gentileza hacia uno mismo, ya que aporta bienestar al autoconcepto y a la autoestima.
Y ¿por qué la gentileza impacta tan positivamente? Es bien sencillo, cuando somos gentiles ya sea con una sonrisa o un gesto, sea grande o pequeño, generamos una emoción positiva en nosotros y en los demás. Se activa la química tanto en quien expresa gratitud, como en quien recibe y en quienes observan. Se trata de un canal de comunicación que impulsa la belleza interna que existe en todos.
“La gentileza impacta en nuestros telómeros, la parte final de nuestros cromosomas que la ciencia utiliza como biomarcadores de nuestra longevidad, y las personas más gentiles viven más y enferman menos”. Daniel Lumera.
La gentileza es un medicamento natural, afirma Daniel Lumera,
experto en bienestar y coautor de 'Biología de la gentileza´, que nos explica
que tener esta actitud hacia nosotros y hacia los demás, nos ayudará a estar más sanos
y felices. Daniel Lumera, biólogo italiano, reconocido por sus investigaciones
acerca de la gentileza, afirma que estamos dotados biológicamente para cuidar.
Al cuidar a otros y cuidarnos a nosotros mismos, no solo evitamos el deterioro
y la enfermedad, sino que activamos y fortalecemos la felicidad.
Para Lumera, el efecto onda, es otro aspecto científico extremadamente
fascinante. La ciencia declara que la gentileza es
contagiosa, lo que significa que al cumplir un acto de gentileza, o al recibir
un acto de gentileza, o simplemente al ver a una persona gentil, se
desencadenan en nuestro organismo una serie de reacciones químicas que son muy
parecidas al enamoramiento, al efecto de drogas –adrenalina, morfina,
dopamina…– porque nuestra biología reconoce que nosotros somos una especie que
cuidamos a los demás, estamos construidos biológicamente para cuidar y amar a
los demás.
La gentileza es contagiosa. Ser gentil
establece un puente con los otros, nos permite desarrollar empatía,
comprensión, cercanía, y por eso nuestra biología la reconoce y provoca las
hormonas del bienestar y la felicidad, y por ello está considerada también un
medicamento natural. O sea, la gentileza es contagiosa y el reto es crear una
pandemia de gente gentil, afirma Lumera.
Son muchas y diversas las investigaciones que evidencian que esta
actitud impacta en la salud. La forma distintiva de vivir la vida se compone de
diversos aspectos, dentro de los cuales podemos mencionar, valores, hábitos,
virtudes y muchas otras cosas, y la gentileza es parte de ese repertorio.
Inmaculata de Vivo, profesora de Medicina de Harvard Medical
School, afirma que la gentileza, así como el optimismo, el perdón y la
gratitud, son medicamentos naturales que pueden reducir la ansiedad. Se constituyen así en recursos de salud y
valores fundamentales para vivir una vida sana y feliz. Comportamientos,
pensamientos y emociones, inciden en forma directa en nuestra salud integral
mente-cuerpo.
Está confirmado que la herencia genética determina en un 50%
a los telómeros (secuencias de ADN que se acortan con el paso del tiempo y que
evidencian el envejecimiento celular). El otro 50% estará determinado por la
forma de vivir la vida. Por lo que, pudieran ser los hábitos saludables, o no, los que retrasarán o
promoverán el desgaste. El acortamiento de los telómeros predispone en forma
prematura a enfermedades, así como al envejecimiento y malestar psico-emocional.
Como decía Ramón y Cajal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser
escultor de su propio cerebro", y cabe agregar de su salud y bienestar
integral.
La integridad del cuerpo-mente deja claro que el cuidado de
todas y cada una de las diversas áreas y aspectos que componen nuestra vida. La gentileza es una estrategia evolutiva esencial para una vida sana y feliz.
Al entrenar el hábito de la gentileza, podremos responder con
gentileza ante el miedo, el rencor, la ira, la ansiedad, la frustración, en definitiva, ante todas esas actitudes, pensamientos y sentimientos
que provocarían una respuesta destructiva. La gentileza es una virtud positiva
en las relaciones personales ya que la amabilidad muestra la actitud de respeto
hacia el otro al querer cuidar los pequeños detalles para hacerle la vida
agradable. La gentileza es una deferencia hacia la otra persona, a través de
actitudes y detalles. Responder
con gentileza hacia uno mismo y hacia los otros, propone un cambio de paradigma
hacia la construcción y la cooperación entre relaciones.
Daniel Lumera nos hace una invitación para ejercitar la
gentileza y obtener sus bondades. "Es muy simple, se trata de realizar cuatro
actos de gentileza cada día: uno hacía uno mismo, uno hacia otra persona, otro
hacia un animal y otro hacia la naturaleza". Afirma que de esta manera se
practica el músculo de la gentileza. Es una forma de potenciar la vida, el
bienestar y la felicidad. Lo que es lo mismo: transformar la vida en un
milagro.
La gentileza, arma poderosa de la Inteligencia. "Si
tienes la opción de tener la razón o ser gentil, elige la gentileza". ¿Cuántas
veces queremos tener la razón? ¿Cuántas veces dejamos actuar nuestro orgullo en lugar de reflexionar? ¿Cuántas veces queremos imponer nuestro pensar y sentir y no escuchamos el pensar y sentir de los demás? ¿Por qué no apostar por una conversación nutritiva, sincera que
nos permita conocernos, aceptando con humildad nuestros errores, para evitar heridas y dejar que el amor se manifieste en plenitud, para caminar juntos por el sendero de la vida?
Expresar lo que sentimos y pensamos es nuestro derecho, pero
cuando con ello inflamos nuestro orgullo, ninguneamos y oprimimos al otro, nos estamos
olvidando que al calor de la gentileza, la sencillez y la sinceridad de una buena conversación,
puede ayudarnos a crecer, a solucionar controversias, a darnos cuenta de nuestra
humanidad y a entender que una palabra suave y gentil, puede activar los mejores sentimientos y cambiarlo todo.
Cuando encontramos personas sinceramente amables, siempre nos sorprendemos, quedamos como encantados, sin palabras, pero a menudo tenemos una idea equivocada sobre la gentileza. Consideramos amables a aquellas personas que hablan con voz suave, atenta, comedida, afable; pero la gentileza va más allá, podríamos afirmar, que la gentileza está en el corazón, es hermana de la empatía, es decir, es el sentimiento que nos hace sentir la alegría, las dificultades y el sufrimiento de los demás y nos impulsa a extender la mano para ayudar a quienes lo necesitan. La gentileza es la belleza, esa belleza interior que se refleja en las acciones y que considera simplemente honesto y correcto, sentir las situaciones de los demás y sientes la necesidad de ayudar.
La gentileza no reside en las formas, aunque estas puedan
revelar su existencia, no es solo cortesía o amabilidad, aunque puedan ser una
posible manifestación. La gentileza pertenece al ser de la persona, es un
estado de ánimo permanente, resultado de un sentir espiritual, de sinceridad,
altruismo y cercanía.
Puedes ser educado, cortés, refinado, pero eso no significa
que seas amable, aunque la gentileza incluye buenos modales y cortesía,
corrección y cordialidad. El opuesto de la gentileza no es la falta de
educación, sino la indiferencia, la distancia, el desinterés y la
insensibilidad hacia los demás.
Ser amable significa ser solidario con quienes sufren, acoger
la humanidad de las personas, ser capaz de cuidar de su debilidad y
vulnerabilidad. La gentileza no es hostilidad e indiferencia, sino un
sentimiento de cercanía y participación. Es una gran fuerza de amor, un amor
tan grande que siempre prefiere el "Nosotros" altruista a la soledad
del "Yo" egoísta. La gentileza nos hace buenas personas, fuertes y
capaces de serenidad.
En esta sociedad de cambios vertiginosos, rompiendo con el
paradigma evolutivo basado en la competitividad y la ley del más fuerte, las
personas más gentiles, más compasivas, serían las más capaces de adaptarse, esa
es la clave para conservar el bienestar y la salud. La constancia, humildad,
perseverancia, disciplina y paciencia, contribuyen a la reducción del potencial
conflicto dentro de cualquier organización. Por tanto, la
gratitud y ser comprensivos, se transforma en un don que une y contribuye al
desarrollo y al éxito colectivo y a la estima personal.
“La gentileza es la belleza interior que podemos ser, tener y
compartir, para que el mundo crea”. Juan 17:20.
La gentileza es la belleza que recupera el significado de la
vida humana, para no convertirnos en simples "vividos", sino para
ver, comprender y actuar como seres vivos, como nuestro Dios, que es el
Viviente y, por lo tanto, además de ser Amor, Luz, Bondad y Misericordia,
también es Belleza, porque solo la belleza se ha derramado en la creación y en el alma humana. Entre todos podemos hacer un mundo mejor: seamos gentiles, no viles.
Pongamos en practica esta actitud beneficiosa de la gentileza. Comportarnos con gentileza puede hacer la vida más agradable, tanto para nosotros mismos como para las
personas que nos rodean. Ser gentil es manifestar que Dios está con nosotros.
Fotografía: Internet
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