sábado, 27 de julio de 2024

La gentileza

 


¿Qué es la gentileza? Según la Real Academia Española, la gentileza es una forma de la amabilidad, muy cercana a la cortesía, es decir, al buen trato y la buena disposición para con los demás. ¡Un regalo! Se trata de querer el bien para el otro y actuar en consecuencia, ya sea amigos, familiares o desconocidos. Las investigaciones afirman que al ser gentiles aún con desconocidos, además de fortalecer las relaciones, el cerebro se impacta positivamente, así como el cuerpo-mente en su globalidad. Es importante la gentileza hacia uno mismo, ya que aporta bienestar al autoconcepto y a la autoestima.

Y ¿por qué la gentileza impacta tan positivamente? Es bien sencillo, cuando somos gentiles ya sea con una sonrisa o un gesto, sea grande o pequeño, generamos una emoción positiva en nosotros y en los demás. Se activa la química tanto en quien expresa gratitud, como en quien recibe y en quienes observan. Se trata de un canal de comunicación que impulsa la belleza interna que existe en todos.

“La gentileza impacta en nuestros telómeros, la parte final de nuestros cromosomas que la ciencia utiliza como biomarcadores de nuestra longevidad, y las personas más gentiles viven más y enferman menos”. Daniel Lumera.

La gentileza es un medicamento natural, afirma Daniel Lumera, experto en bienestar y coautor de 'Biología de la gentileza´, que nos explica que tener esta actitud hacia nosotros y hacia los demás, nos ayudará a estar más sanos y felices. Daniel Lumera, biólogo italiano, reconocido por sus investigaciones acerca de la gentileza, afirma que estamos dotados biológicamente para cuidar. Al cuidar a otros y cuidarnos a nosotros mismos, no solo evitamos el deterioro y la enfermedad, sino que activamos y fortalecemos la felicidad.

Para Lumera, el efecto onda, es otro aspecto científico extremadamente fascinante. La ciencia declara que la gentileza es contagiosa, lo que significa que al cumplir un acto de gentileza, o al recibir un acto de gentileza, o simplemente al ver a una persona gentil, se desencadenan en nuestro organismo una serie de reacciones químicas que son muy parecidas al enamoramiento, al efecto de drogas –adrenalina, morfina, dopamina…– porque nuestra biología reconoce que nosotros somos una especie que cuidamos a los demás, estamos construidos biológicamente para cuidar y amar a los demás.

La gentileza es contagiosa. Ser gentil establece un puente con los otros, nos permite desarrollar empatía, comprensión, cercanía, y por eso nuestra biología la reconoce y provoca las hormonas del bienestar y la felicidad, y por ello está considerada también un medicamento natural. O sea, la gentileza es contagiosa y el reto es crear una pandemia de gente gentil, afirma Lumera.

Son muchas y diversas las investigaciones que evidencian que esta actitud impacta en la salud. La forma distintiva de vivir la vida se compone de diversos aspectos, dentro de los cuales podemos mencionar, valores, hábitos, virtudes y muchas otras cosas, y la gentileza es parte de ese repertorio.

Inmaculata de Vivo, profesora de Medicina de Harvard Medical School, afirma que la gentileza, así como el optimismo, el perdón y la gratitud, son medicamentos naturales que pueden reducir la ansiedad. Se constituyen así en recursos de salud y valores fundamentales para vivir una vida sana y feliz. Comportamientos, pensamientos y emociones, inciden en forma directa en nuestra salud integral mente-cuerpo.

Está confirmado que la herencia genética determina en un 50% a los telómeros (secuencias de ADN que se acortan con el paso del tiempo y que evidencian el envejecimiento celular). El otro 50% estará determinado por la forma de vivir la vida. Por lo que, pudieran ser los hábitos saludables, o no, los que retrasarán o promoverán el desgaste. El acortamiento de los telómeros predispone en forma prematura a enfermedades, así como al envejecimiento y malestar psico-emocional. Como decía Ramón y Cajal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro", y cabe agregar de su salud y bienestar integral.

La integridad del cuerpo-mente deja claro que el cuidado de todas y cada una de las diversas áreas y aspectos que componen nuestra vida. La gentileza es una estrategia evolutiva esencial para una vida sana y feliz.

Al entrenar el hábito de la gentileza, podremos responder con gentileza ante el miedo, el rencor, la ira, la ansiedad, la frustración, en definitiva, ante todas esas actitudes, pensamientos y sentimientos que provocarían una respuesta destructiva. La gentileza es una virtud positiva en las relaciones personales ya que la amabilidad muestra la actitud de respeto hacia el otro al querer cuidar los pequeños detalles para hacerle la vida agradable. La gentileza es una deferencia hacia la otra persona, a través de actitudes y detalles. Responder con gentileza hacia uno mismo y hacia los otros, propone un cambio de paradigma hacia la construcción y la cooperación entre relaciones.

Daniel Lumera nos hace una invitación para ejercitar la gentileza y obtener sus bondades. "Es muy simple, se trata de realizar cuatro actos de gentileza cada día: uno hacía uno mismo, uno hacia otra persona, otro hacia un animal y otro hacia la naturaleza". Afirma que de esta manera se practica el músculo de la gentileza. Es una forma de potenciar la vida, el bienestar y la felicidad. Lo que es lo mismo: transformar la vida en un milagro.

La gentileza, arma poderosa de la Inteligencia. "Si tienes la opción de tener la razón o ser gentil, elige la gentileza". ¿Cuántas veces queremos tener la razón? ¿Cuántas veces dejamos actuar nuestro orgullo en lugar de reflexionar? ¿Cuántas veces queremos imponer nuestro pensar y sentir y no escuchamos el pensar y sentir de los demás? ¿Por qué no apostar por una conversación nutritiva, sincera que nos permita conocernos, aceptando con humildad nuestros errores, para evitar heridas y dejar que el amor se manifieste en plenitud, para caminar juntos por el sendero de la vida?

Expresar lo que sentimos y pensamos es nuestro derecho, pero cuando con ello inflamos nuestro orgullo, ninguneamos y oprimimos al otro, nos estamos olvidando que al calor de la gentileza, la sencillez y la sinceridad de una buena conversación, puede ayudarnos a crecer, a solucionar controversias, a darnos cuenta de nuestra humanidad y a entender que una palabra suave y gentil, puede activar los mejores sentimientos y  cambiarlo todo.

Cuando encontramos personas sinceramente amables, siempre nos sorprendemos, quedamos como encantados, sin palabras, pero a menudo tenemos una idea equivocada sobre la gentileza. Consideramos amables a aquellas personas que hablan con voz suave, atenta, comedida, afable; pero la gentileza va más allá, podríamos afirmar, que la gentileza está en el corazón, es hermana de la empatía, es decir, es el sentimiento que nos hace sentir la alegría, las dificultades y el sufrimiento de los demás y nos impulsa a extender la mano para ayudar a quienes lo necesitan. La gentileza es la belleza, esa belleza interior que se refleja en las acciones y que considera simplemente honesto y correcto, sentir las situaciones de los demás y sientes la necesidad de ayudar. 

La gentileza no reside en las formas, aunque estas puedan revelar su existencia, no es solo cortesía o amabilidad, aunque puedan ser una posible manifestación. La gentileza pertenece al ser de la persona, es un estado de ánimo permanente, resultado de un sentir espiritual, de sinceridad, altruismo y cercanía.

Puedes ser educado, cortés, refinado, pero eso no significa que seas amable, aunque la gentileza incluye buenos modales y cortesía, corrección y cordialidad. El opuesto de la gentileza no es la falta de educación, sino la indiferencia, la distancia, el desinterés y la insensibilidad hacia los demás.

Ser amable significa ser solidario con quienes sufren, acoger la humanidad de las personas, ser capaz de cuidar de su debilidad y vulnerabilidad. La gentileza no es hostilidad e indiferencia, sino un sentimiento de cercanía y participación. Es una gran fuerza de amor, un amor tan grande que siempre prefiere el "Nosotros" altruista a la soledad del "Yo" egoísta. La gentileza nos hace buenas personas, fuertes y capaces de serenidad.

En esta sociedad de cambios vertiginosos, rompiendo con el paradigma evolutivo basado en la competitividad y la ley del más fuerte, las personas más gentiles, más compasivas, serían las más capaces de adaptarse, esa es la clave para conservar el bienestar y la salud. La constancia, humildad, perseverancia, disciplina y paciencia, contribuyen a la reducción del potencial conflicto dentro de cualquier organización. Por tanto, la gratitud y ser comprensivos, se transforma en un don que une y contribuye al desarrollo y al éxito colectivo y a la estima personal.

“La gentileza es la belleza interior que podemos ser, tener y compartir, para que el mundo crea”. Juan 17:20.

La gentileza es la belleza que recupera el significado de la vida humana, para no convertirnos en simples "vividos", sino para ver, comprender y actuar como seres vivos, como nuestro Dios, que es el Viviente y, por lo tanto, además de ser Amor, Luz, Bondad y Misericordia, también es Belleza, porque solo la belleza se ha derramado en la creación y en el alma humana. Entre todos podemos hacer un mundo mejor: seamos gentiles, no viles.

Pongamos en practica esta actitud beneficiosa de la gentileza. Comportarnos con gentileza puede hacer la vida más agradable, tanto para nosotros mismos como para las personas que nos rodean. Ser gentil es manifestar que Dios está con nosotros.


Fotografía: Internet


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