Noche de ilusión. Noche de soñar despiertos. Esta noche con la llegada de los Reyes sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar, culmina el ciclo de festejos navideños iniciado en diciembre. Como todo niño al nacer recibe regalos, el Niño Jesús también recibió regalos de unos pastores y de unos sabios guiados por una estrella. Esos sabios hoy convertidos en Reyes Magos siguen despertando ilusiones a los niños y mayores.
Aunque en nuestra sociedad de hoy en día, en muchos hogares los regalos son un hecho consolidado que se percibe como
normal, esta situación contrasta con la que de niños vivieron nuestros mayores,
algo que nunca les frenó para ser felices y valorar lo que tenían y conformarse con lo que había. Los mayores
de niños fuimos menos egoístas y más agradecidos.
Hoy podemos contactar que, mientras los niños elaboran una
extensa carta repleta de objetos materiales como consolas, videojuegos u otros
elementos electrónicos, el deseo de los mayores engloba conceptos elementales y
necesarios en la vida como paz para todo el mundo, salud para sus nietos, o
bien poder estar junto a su familia y seres queridos en estas fechas tan
especiales.
Con esta balanza tan diferente de expectativas, convendría
hacer entender a los más pequeños que, mientras que ellos piden un listado de
cosas pensadas únicamente para ellos, los mayores se centran en desear cosas
enfocadas en los demás y en la ayuda que puedan brindarles para sentirse bien.
Los niños son muy espabilados y descubren pronto la magia de
los regalos, y así y con todo, sus listas son interminables… “Los Reyes Magos
existen, ¿verdad?”. Esta podría ser la pregunta de los niños que empiezan a
dudar sobre la existencia de los Reyes Magos y necesita disipar esa duda cuanto
antes, y acuden a sus padres para que le aseguren que sí existen esos maravillosos magos de la ilusión que traen lo que les pide.
Cualquier respuesta que se dé tiene inconvenientes. El “sí”
sería mentir, y, además, exponerse a que el día siguiente se lo cuente todo un
chico mayor. El “no” sería desilusionarle de golpe y, además, decepcionarle,
por haberle tenido engañado durante mucho tiempo. Una tercera posibilidad es
decirle que “los Reyes Magos no existen (ahora), pero existieron y nos siguen
enviando sus regalos por medio de pajes o mensajeros actuales, a quienes llega
ese encargo por tradición.
Benedicto XVI, en su libro La infancia de Jesús, considera que
el relato evangélico de los Reyes Magos es histórico y no solo una narración
catequética de la primera comunidad cristiana. Los hombres de los que habla el
evangelista Mateo no eran únicamente astrónomos: “Eran sabios; representaban el
dinamismo inherente a las religiones de ir más allá de sí mismas; un dinamismo
que es búsqueda de la verdad, búsqueda del verdadero Dios y, por tanto,
filosofía en el sentido originario de la palabra”.
Añade que la tradición de la Iglesia ha leído la historia de
los Magos a la luz de los Salmos 72,10 e Isaías 60. “Y de esta manera, los
hombres sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado
en la gruta (en las representaciones del belén) los camellos y los
dromedarios”.
Volviendo a qué tipo de respuesta dar al niño que pregunta si
existen los Reyes Magos, me quedo con la tercera de las propuestas:
existieron, y nos siguen enviando sus regalos sirviéndose de la tradición.
Es malo mentir a los niños, aunque sea con buena intención.
Si les decimos que no existen se podrán sentir momentáneamente decepcionados,
pero la decepción ante la mentira sería mucho mayor y puede durar toda la vida.
Hay que decirles siempre la verdad, pero sabiendo que existen buenas y malas
formas de hacerlo. Los Reyes Magos sí existieron y nos siguen enviando regalos sirviéndose de la tradición y no les gustaría que ningún niño se quede sin algún juguete.
Otro ejemplo: Cuando nació Jesús fueron a visitarle unos
personajes llamados Reyes o Magos de Oriente, para adorarle y llevarle regalos.
Aunque ya no están en la tierra, siguen influyendo en los niños debido a que
por su inocencia son semejantes al Niño Jesús. Como los Reyes no pueden llegar
a todos los niños del mundo, para enviar sus regalos se valen de la ayuda de
unos nuevos mensajeros que son los padres de los niños. Los padres estamos
encantados de que nuestros hijos tengan regalos, como los tuvo Jesús, siempre
que se porten bien.
En la tan extendida creencia en los Reyes Magos influye que a
los niños les atrae el misterio y viven en un mundo de sueños y fantasía. Pero
no es una creencia exclusiva de los niños; también la tienen algunos adultos.
“Yo creo en los Reyes Magos (…) La noche de Reyes y el resto
de fiestas navideñas son un mecanismo de adaptación social. Conservar rituales
como la carta con la lista de deseos, la cabalgata, el roscón, el Nacimiento y
el árbol con sus adornos, es útil socialmente, aunque la fe en su significado
se está perdiendo y ahí estamos perdiendo todos, porque este tiempo es el que le da sentido al tiempo del hombre. Y, estos rituales compartidos son la masa con la que se construyen
los recuerdos. Y los recuerdos de las
experiencias comunes son el pegamento que une a las familias”.
Con respecto a los regalos, conviene orientar a los niños en su carta a los Reyes Magos. Los psicólogos ven aconsejable leerles la carta de los padres para que vean que hay que pensar en el bien de todos; hacerles ver que no se puede pedir todo influenciados por la publicidad; los juguetes pedidos deben ser variados, para que aumenten las posibilidades de juego; si piden videojuegos se debe establecer las condiciones de uso (límite de tiempo y espacios donde se podrán utilizar); también hay que hablar de su comportamiento en el último año, los niños deben reflexionar y reconocer que no todo lo hicieron bien y deben añadir propósitos de mejora.
También sería interesante que siempre pidan algún libro. La lectura es un hábito de comunicación que permite desarrollar los pensamientos cognitivos e interactivos de lector, el leer permite construir con facilidad nuevos conocimientos. Ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje. Mejora la expresión oral y escrita y hace el lenguaje más fluido. La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo.
Existen diversidad de libros y temáticas apropiadas para cada edad, por ejemplo, los relatos universales de los Reyes Magos desarrollan la curiosidad y la imaginación de los niños y transmiten valores morales y sociales de forma bella y atractiva. Todo momento y ocasión ofrece una buena oportunidad para educar y formar a los niños.
Por muchos años que cumplamos, todos llevamos el niño que fuimos dentro, por eso, nunca es tarde para mantener la ilusión de siempre, disfrutemos de los pequeños detalles compartiendo momentos con nuestros seres queridos.
¡Que no decaigan los sueños y que nunca se pierda la ilusión!
Ya vienen los Reyes Magos cargaditos de regalos...
¡Feliz Noche de Reyes!
Fotografía: Internet
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