No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación. Confucio.
Como coherencia se denomina la relación, conexión o unión de
unas cosas con otras, o aquello que interconecta o mantiene unidas las partes
de un todo. También se conoce como coherencia la relación lógica y adecuada que
se identifica entre las distintas partes que conforman una totalidad. Y la incoherencia
es todo lo contrario, cosa que carece de la debida relación lógica con otra.
La coherencia es la congruencia entre lo que piensas, lo que
dices y lo que haces. Y podemos agregar: lo que sientes. Estamos en tiempos
líquidos, donde no sólo las horas y la vida pasa, sino también la responsabilidad
y el asumir los costos que ello conlleva.
La coherencia es un valor muchas veces depreciado: “lo que se
dice con la boca se borra con el codo”, dice el refrán. Justamente es en la
coherencia donde muchas personas encuentran una zona de desafío, ya que no
pueden ajustar sus pensamientos con sus dichos y sus acciones.
La falta de coherencia, o sea, la incoherencia, es uno de los aspectos más negativos
en los vínculos: con uno mismo, con los demás, con el entorno en general.
Promueve la desconfianza, la duda; siembra la decepción y la frustración; y te
sumerge en un espacio de sinsentido de la vida, motivado por esa imposibilidad
de ser íntegro.
La integridad humana se construye por tus valores, y la forma en que los ejercitas diariamente en tu hacer en el mundo. Una de sus herramientas es la coherencia, que es la concordancia entre lo que piensas, dices y haces. La integridad y la coherencia ayudan a transformar tu vida en más consistente, auténtica y enlazada con el bienestar, puesto que sostener la incoherencia es emocionalmente muy pesado.
Cuando algo en esa cadena virtuosa está fuera de lugar, caes en la incoherencia, y así lo percibe tu alrededor, transformándote en alguien de poco fiar, inconsistente, maleable y manipulable, puesto que hoy piensas y dices una cosa, y mañana haces otra distinta.
La incoherencia entre deseos y acciones impide avanzar. Se dice que se cae en la incoherencia cuando existe una falta total de coherencia entre varias ideas, acciones o cosas o bien, cuando se dice o realiza una cosa que contradice a otra, o no guarda con ella una relación lógica.
Podríamos asegurar que, para nuestra desgracia, nos estamos
acostumbrando a vivir en plena incoherencia. Cada vez nos resulta menos extraño
observar comportamientos incoherentes en nuestro entorno personal, familiar,
social y político y son ya tantos los casos o hechos de este tipo, que no nos
extrañan y mucho menos, nos alarman. Por todo ello, sería una tremenda e
inalcanzable pretensión por mi parte tratar de enumerar todos o la mayoría de
los casos de incoherencia en nuestro entorno más o menos cercano.
Nos gusta pensar que somos seres lógicos y razonables. Sin embargo, lo que los estudios nos dicen es que somos más bien incoherentes. Así, aunque esta imperfección, para muchos, forme parte de nuestra naturaleza, auto conocernos y prestar atención a estas pequeñas discrepancias puede ayudarnos a avanzar.
Hipocresía e incoherencia… Decir y no hacer, aparentar y no ser… Incoherencia es la que vio Jesús en los escribas y fariseos y los llamó hipócritas, y dijo a la gente "que hicieran lo que les decía, pero que no les imitaran, porque ellos, atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas".
Incluso el Papa Francisco se ha hecho eco de "la incoherencia" tanto de los fieles católicos como de los "pastores" entre lo que dicen y lo que hacen en su vida que "mina la credibilidad de la Iglesia". Es lamentablemente impresionante tanta incoherencia social, como la gente contradice con sus acciones lo que expresan sus palabras.
Para detectar la incoherencia, primero hay que observar si lo que se hace está en consonancia con lo que se dice, aunque puede suceder que alguna vez tu actuación está fuera de tu proceder, obligado por el proceder de los otros, como por ejemplo: una persona muy familiar puede verse obligada a alejarse de sus hermanos, porque éstos, llevados de envidias y malevolencias se unen para desacreditarle con injurias y calumnias. Estos tipos de uniones son un reflejo claro de hipocresía e incoherencia, porque quieren mostrar unión cuando lo que realmente demuestras es la incongruencia y la falsedad de personas sin valores. Para recuperar la coherencia hay que alinear los actos con los honestidad. Cada uno de tus pensamientos y de tus palabras programan tu mente, y es esa programación la que da forma a tu realidad. Si no logras avanzar en algún aspecto de tu vida quizás sea porque tus actos no son coherentes con estos deseos, sino justo, al contrario.
Ningún individuo enamorado habla mal del amor. Ninguna
persona rica piensa negativamente sobre el dinero. Quien cuenta con una vida
social saludable y satisfactoria no tiene más que buenas palabras sobre sus
amistades. Así pues, si quieres lograr un cambio comienza por pensar, sentir y
actuar como lo harías si ya lo tuvieras. Cuando tu mundo interno se encuentre
ajustado con el mundo externo que deseas experimentar, te será mucho más
sencillo avanzar hacia él.
Una de las formas de hacer compatibles nuestras maravillosas
ideas de ‘cómo deberían ser las cosas’ con nuestra falta de compromiso para
ayudar a cambiarlas, es vivir en la incoherencia y elaborar una sofisticada
justificación en torno a ella que nos alivie del sentimiento de culpa.
Fotografía: Internet
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