La historia de los pueblos es la historia de su gente. Es la
gente que vive la historia quienes la cuentan y los historiadores la recogen
textualmente en documentos para que queden constancia de los aconteceres de
cada momento. Pero siempre hay gente que se empeñan en contar las historias
tergiversando los acontecimientos según les conviene, buscando crear confusión para
hacer aflorar la animadversión contra conquistadores o descubridores de otros
tiempos. Eso está pasando actualmente en países con presidentes demagogos
populistas, que con sus mentiras pretenden, pasado los siglos, despertar odio entre
los pueblos de hoy, por acciones de ayer que se alejan de la realidad.
Hoy en día contamos con muchos medios de recoger los
acontecimientos, tanto en textos, como en imágenes, como en la propia voz de
los protagonistas. Así y con todo, hay personas que por las redes sociales
filtran mentiras que, de no ser desmentidas, quedarán como verdades.
Para saber de dónde venimos es obligado conocer la historia
de nuestra familia, y como pueblo se hace necesario conocer la historia de
nuestra gente. Canarias es una región de ocho islas, unida por una historia
común y diferencial, porque cada isla tiene a su vez su propia historia y eso
hace a Canarias más peculiar e interesante, si cabe.
Y, ese es el empeño de una Asociación que quiere que los
grancanarios conozcan la historia de los personajes que han hecho grande a Gran
Canaria. Alfredo Schamann, Presidente de la Asociación Cultural Fernando
Guanarteme Rey Canario dice que: "Gran Canaria tiene que saber que
Fernando Guanarteme fue su rey". La Asociación Fernando Guanarteme 'Rey
Canario', que reivindica la figura de Tenesor Semidán - Fernando Guanarteme, ha
editado un cuaderno con un centenar de preguntas y respuestas que ayudan a
conocer mejor la historia de Canarias y la figura del líder canario del siglo
XV de dimensión histórica.
Tenesor Semidán fue un caudillo aborigen de la isla de Gran
Canaria, siendo rey o guanarteme del territorio de Agáldar durante la conquista
europea a finales del siglo XV. Tenesor Semidán fue el último Guanarteme del
reino de Agáldar, bautizado en 1482 en Córdoba como 'Don Fernando Guanarteme,
Rey Canario', con tratamiento de Don por el reconocimiento de su condición real
por los Reyes Católicos. Nació en Agáldar sobre el año 1427 y falleció en
Tenerife pobre y necesitado, en 1519 y en vísperas de su cuarto viaje a la
Corte, tras la incorporación de la última isla, Tenerife, a la Corona de
Castilla. Según las crónicas, se comportó como un valiente guerrero y un hábil
negociador, capaz de conseguir una paz con unas condiciones de dignidad para
Canarias en su integración en la Corona de Castilla.
De acuerdo con la tradición genealógica, su padre fue Soront
o Tagoter Semidán y su madre Atendiura. Su esposa, Abenchara, bautizada a la fe
católica como Juana Fernández, tuvo un papel crucial en la preparación de la
negociación de la paz con la Reina Católica, porque llegó a la corte meses
antes que el Guanarteme. Consta documentalmente que tuvieron tres hijas:
Margarita, Catalina y Ana. Todas ellas alumbraron una amplia descendencia.
Líder de su pueblo e interlocutor de la paz con Castilla. Se
cree que el Guanarteme Tenesor Semidán tendió puentes para acercarse a los
conquistadores a finales del año 1482, tras establecerse Alonso Fernández de
Lugo en la casa fuerte de Agaete. Pedro de Vera decide trasladarlo a la
Península ante la insistencia del propio Guanarteme de negociar directamente la
paz con los Reyes Católicos. De Vera decía que Tenesor Semidán era el paladín
de su pueblo, el que más daño les había hecho y quien más les inquietaba por
sus dotes personales de mando y porque era considerado la máxima representación
en la Isla. El Guanarteme embarcó en la Bahía de las Isletas hacia los puertos
de Cádiz y Sevilla a finales de 1482. Al ver el poderío naval, las ciudades,
fortificaciones y tropas de sus adversarios se ratificó en su convicción de que
la mejor opción era la paz con una integración digna en la Corona de Castilla.
Al parecer, entre los Reyes Católicos y Tenesor Semidán hubo
buen entendimiento. Ya en su primer encuentro, en el Alcázar de los Reyes
Cristianos, en Córdoba, los Reyes Católicos y Tenesor Semidán concretaron en el
Tratado de Córdoba los pactos de anexión de Gran Canaria. El Guanarteme fue
tratado por los monarcas y su corte con admiración y respeto por la nobleza de
su porte y la sensatez de sus palabras. Al entendimiento de las partes
contribuyó el traductor Juan Mayor, nacido en Lanzarote en 1452 y miembro de la
comitiva del rey canario. Reconocido como un igual por los Reyes Católicos, el
monarca isleño desarrolló con ellos una relación propia de estadistas y
estableció un vínculo espiritual al convertirlos en sus padrinos de bautismo.
La decisión de bautizarse del Guanarteme fue una jugada
maestra, que le permitió adquirir personalidad jurídica para poder pactar en un
mundo dominado por los cristianos. De la consideración hacia su persona da fe
el hecho de que su bautismo lo ofició el arzobispo de Toledo, Pedro González de
Mendoza, Primado de España, que habitualmente bautizaba a las personas de la
realeza. Fernando el Católico preguntó a Tenesor Semidán qué nombre quería
tomar. Su respuesta fue: "Como rey que soy, como tú". Así pues, tomó
el nombre de Fernando por el rey católico y desde entonces pasó a ser "Don
Fernando Guanarteme, Rey Canario". Reconocido como Rey de Gran Canaria,
aunque no pidió nada para sí mismo sino para su pueblo, obtuvo para él y sus
familiares el trato como nobles en similares condiciones a las de la nobleza
castellana.
El tratado fue excepcional en muchos aspectos. Uno de ellos
es la exención fiscal de Canarias, tal y como recoge la Carta Real de
Privilegios y Franquezas de 20 de enero de 1487, una exención que se firmó
primero por 20 años y que después se renovaría "a perpetuidad, para
siempre jamás", el 24 de diciembre de 1507 en Burgos. Otro aspecto
singular es el acuerdo de que territorio de Guayedra, en Agaete, permaneciera
bajo jurisdicción canaria. Y también fue único por el reconocimiento de la
libertad del pueblo canario, que no podría ser esclavizado, así como por la
garantía de que los canarios apresados y vendidos como esclavos regresarían a
su patria. Con esto, se logró no solo evitar la esclavitud sino también el
exterminio del pueblo canario, lo que ha permitido a los canarios de hoy
conservar entre un mínimo de 56% y un máximo del 75% de genética de los
antiguos pobladores isleños. A su vez, este tratado definió el estatus de
Canarias en España para los siglos posteriores y de él aún se derivan
consecuencias jurídicas.
Decir que Tenesor Semidán, fue consejero de la asamblea insular y
Guanarteme o Rey a la muerte de su tío Guayasen ‘El Bueno’ en 1474, primero en
calidad de regente de su sobrina Arminda Mastegena, la Señora de la tierra y
única Guayarmina o princesa titular de toda la soberanía isleña, que contaba
siete años de edad. Al asumir Tenesor Semidán la dirección del gobierno se
convirtió en jefe supremo del Ejército y juez de la Isla, aunque su autoridad
se limitaba a ser mera ejecución de los acuerdos del Sábor o asamblea de
notables. Esto produjo la rebelión de Doramas, quien se apodera del faicanato o
cantón de Telde. Una zona agrícola y ganadera del sureste.
En 1478 se produce la primera expedición castellana contra la
Gran Canaria al mando del general Juan Rejón. Entonces los bandos de Gáldar (al
norte) y Telde se unen para efectuar la defensa conjunta del territorio
insular. Tenesor Semidán asume la jefatura de las tropas de los antiguos
canarios. Entre 1478 y 1481 se producen importantes y destacados sucesos
bélicos: la batalla de Guiniguada, llamada así por el riachuelo (hoy barranco)
que pasaba junto al campamento de los castellanos, las diferencias entre el
general Juan Rejón y el deán Bermúdez, la llegada de Pedro de Algaba, el
presidio de Juan Rejón; la incursión de los castellanos, sin éxito, en el
territorio de Moya; la llegada del obispo Frías; el ataque de Tirajana; la
ejecución de Pedro de Algaba; la arribada de Pedro de Vera y el desafío al
valeroso Doramas.
El 12 de febrero de 1481 Tenesor Semidán es sorprendido en su
cueva real de Gáldar por las gentes de Hernán Peraza y Alonso Fernández de
Lugo. Es hecho prisionero junto a cuatro notables entre los que se encontraba
Maninidra, hermano de Tenesor, y desde allí trasladado a la casa fuerte de
Agaete, una vieja construcción que los canarios llamaban ‘Roma’, en el noroeste
de la Isla. Posteriormente el Guanarteme es conducido rumbo a la Península, para
ser presentado a Sus Majestades los Reyes Católicos en la Corte. La figura del
rey canario despertaba admiración a su paso por las villas del reino, y se dice
que cuando fue apresado iba adornado de una barba larga y hermosa, todavía
negra.
El encuentro con los Monarcas tuvo lugar en Calatayud durante
una ceremonia en la que el Guanarteme reconoció la supremacía de aquéllos,
aunque el propio rey Fernando le levantó del suelo, abrazándole con dignidad y
prometiéndole apadrinarlo como cristiano.
Mandó que le vistiesen de grana y seda como a persona real
que era, y que a sus consejeros les suministrasen vestimenta adecuada a su
rango. Posteriormente fue bautizado en Toledo por el cardenal Pedro González de
Mendoza, siendo los Reyes sus padrinos. Se le impuso el nombre de Fernando
Guanarteme.
Entonces decidieron que regresase a la isla de Gran Canaria,
todavía irredenta, para que contribuyese a la pacificación de la misma con sus
ruegos, y asegurarles a sus compatriotas que se les respetaría como hombres
libres. No lo entendió así gran parte de la población nativa, que se atrincheró
con algunos defensores en diversas batallas: en Titana, Ajódar y Fataga; aunque
iban perdiendo adeptos, cada vez que Fernando Guanarteme intervenía con sus
razonamientos. Por fin en el lugar de Ansite, los pocos defensores que
quedaban, se rinden a los pies del Guanarteme en 1483, excepto los dos
dirigentes del bando defensivo, quienes deciden suicidarse lanzándose desde el
risco al grito religioso de “Atis Tirma”.
Fernando Guanarteme vuelve a la Península e interviene ante
Sus Majestades para que los canarios que se hallaban en Sevilla fuesen bien
tratados o devueltos a la Isla, como atestigua una Real Cédula de 30 de agosto
de 1485. En los repartimientos que se producen en Gran Canaria ese mismo año
elige el término de Guayedra, vecino del conquistador Alonso Fernández de Lugo;
junto al cual se enrola para llevar a cabo la conquista de la vecina isla de
Tenerife en el año 1494. El Guanarteme será uno de los conquistadores más
distinguidos, ya que a sus órdenes marcha una legión considerable de peones
canarios al mando táctico de su hermano Maninidra. La intervención de estas
fuerzas canarias, en el momento en que estaban sitiados los conquistadores
castellanos, permitió que la isla de Tenerife se rindiera a la supremacía
hispano canaria en muy poco tiempo. Y en ese lugar quedó residiendo Fernando
Guanarteme hasta el final de sus días, hecho que aconteció en 1519 en La
Laguna, donde recibió sepultura en la ermita de San Cristóbal de esta ciudad,
cuando contaba noventa y dos años de edad.
Aunque en su momento, Tenesor Semidán entre su gente tuvo sus detractores, al sentirse decepcionados por rendirse tan fácilmente frente a los invasores, hay que reconocer que es un personaje importante en la historia de Gran Canaria y más concretamente en la historia de Gáldar. Por eso, en el año 2008 el Ayuntamiento de Gáldar nombró a Tenesor Semidán 'Hijo Predilecto' a título póstumo.
Interesante historia. Aunque pasen los siglos, realmente, cuando conocemos la historia de la gente, empezamos a valorar y apreciar las gestas llevadas a cabo.
¡Feliz Día de Canarias!
Fotografía: Internet. Foto del Monumento a Fernando Guanarteme en la ciudad de Gáldar
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